¡Que suenen los tambores, el alma de la fiesta llegó !
- Mario Lara
No era para menos, el campeón llegó con los prometido a su tierra, motivo de sobra para rendirle tributo con un soberana fiesta tricolor
El cielo nublado no fue impedimento para que el campeón pintara de alegría a la marejada de fanáticos a la que atrajo como un imán con su sola presencia.
Al mejor estilo del panameño, se festejó la llegada de la mayor atracción del deporte nacional. Los rostros ansiosos de las personas que un 18 de agosto saltaron con el oro, y que volvieron a saltar ayer después de ver llegar a su ídolo, se veían por doquier.
El calor humano se hizo sentir en cada rincón. El ingrediente principal ya estaba en Panamá para darle sazón a un día que el pueblo panameño jamás olvidará.
El carnaval tricolor colmó de algarabía, jolgorio y júbilo a quien se lo merece todo y mucho más. Los tambores avivaron el fuego con los que el pueblo gozó a más no poder.
Así de intenso se vivió. Las más profundas emociones desbordaron el corazón de la marea que gritaba Saladino, en un intento desesperado por llamar la atención del campeón.

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