Sánchez Lorenzo y Rubin en final

Los limitados reclamos que han sostenido el Open de España de tenis han prolongado sus alicientes hasta la final del torneo, que ha reservado los privilegios de la final a la superviviente española, María Antonia Sánchez Lorenzo y a la única "top ten" que llegó a Madrid, la estadounidense Chanda Rubin.
Para un certamen carente de expectación en las gradas hasta ahora, ya es bastante. La organización hubiera sellado una situación semejante: la tenista con mayor pedigrí de todas cuantas arrancaron el torneo y una jugadora local.
Sin embargo, María Antonia se saltó el guión. La jugadora salmantina, de veinticinco años, criada deportivamente sobre la tierra batida del Club de Campo Villa de Madrid, entró en el torneo por "invitación". Los pronósticos no aventuraban una excesiva preponderancia en el abierto, más aproximado a pronósticos cercanos a Magüi Serna -reciente ganadora en Budapest y Estoril (Portugal)- o a la leyenda de Conchita Martínez. Pero Sánchez Lorenzo, que afronta su novena presencia en el Open de España sin protagonismo alguno hasta ahora, no dejó escapar el buen tenis, impulsado por su afinado momento ni los favores de la parte inferior del cuadro.
El promedio de velocidad conseguido en las pruebas de clasificación por los 33 pilotos que saldrán el domingo a la pista fue de 227,125 millas por hora, el tercero más rápido en las 87 ediciones de la Indy 500. El récord es de 228,648, establecido el pasado año, y la segunda mejor cota es de 227,807, lograda en 1996.