Seguiré hasta que no pueda más
Publicado 2000/09/16 23:00:00
- Redacción /
Laffit Pincay Jr. llegó ayer. Dijo que va seguir adelante hasta que pueda y que el repunte que ha tenido su carrera obedece más que todo a que han habido cambios en su mente y en su cuerpo.
Pincay, de 53 años, se presentó a la prensa evidentemente extenuado por el largo viaje de San Diego hasta Panamá, y disimuló la irritación de sus ojos detrás de unas gafas oscuras, las cuales parecían un desafío para que las decenas de periodistas que cubrieron su arribo trataran de sacar de él la mayor cantidad de información posible. No todos los días se puede alternar con un atleta de talla mundial.
Los reflectores de las cámaras y los micrófonos estaban concentrados en "El Pirata", mientras que al fondo del salón una mujer alta, rubia y, sobre todo, guapísima, sostenía en sus brazos a un niño. Eran su esposa Jeanine y el más pequeño de sus hijos, John Laffit.
"Voy a seguir adelante hasta que ya no pueda", sentenció Pincay, cuando se le interrogó sobre sus planes de retiro y dejó claro que tiene suficiente dinero "para retirarme y vivir tranquilo". Pero no se trata de un asunto de dólares, ni de premios.
Es que Laffit Pincay Jr. ha llegado donde está por ser un hombre de gran espíritu. Sus ideas sobre su presente y su futuro son tan claras como las estrategias que diseñó para lograr los 8979 triunfos durante su campaña.
"Los tiempos de montar cualquier cosa pasaron. Ahora debo escoger mis montas y eso lo determina el chance que tenga el caballo, ya que la carrera no siempre la gana el mejor jinete, sino el mejor caballo", explicó.
Lo que Laffit Pincay Jr se propone, lo hace. Soñó con ganar el Kentucky y lo hizo. Decidió que tenía que romper la marca de Shoemaker en los mejores hipódromos y compitiendo ante los mejores y también lo hizo.
"Me siento satisfecho de volver y haber triunfado. Por un tiempo las cosas se pusieron difíciles, pero cuando llegué a los 8000 me di cuenta que podía ir por el record (8833) y cuando llegué a los 8500, ya sabía que era cuestión de tiempo", sostuvo.
Pincay de 5 pies, una pulgada y 117 libras de peso, parecía más un artista de Hollywood que un jinete. Las gafas oscuras las tenía combinadas con una calentador azul marino de terciopelo con un suéter blanco. Calzaba zapatillas y casi ninguna prenda. Fue sencillo en el vestir y también en el hablar.
"Ahora entiendo mejor mi cuerpo. No tomo pastillas ni medicamentos; ni siquiera café. Eso sí, hago ejercicios todos los días", narró Pincay, quien después de su visita a Panamá atenderá una invitación para montar en Japón.
Laffit Pincay Jr. no actúa en una carrera oficial desde el 4 de septiembre, cuando se acogió a un merecido descanso, pero advirtió que "he estado caminando y haciendo bastante ejercicios, así que montar tres o cuatro caballos no será ningún problema para mí".
"Nunca sentí miedo sobre los caballos, lo que sucedía en un tiempo era que me sentía débil, pero ahora estor mejor y voy a seguir hasta que ya no pueda", reafirmó.
Al término de la reunión "El Corsario" se abrió paso como él sabe hacerlo entre la multitud y salió del recinto escoltado por miembros del comité organizador, amigos familiares y periodistas. Atrás quedaron Jeanine y John Laffit, mientras que Laffit Pincay hacía lo que muchas veces se le ha visto hacer: tomar la delantera y llegar primero.
"Espero ganar aunque sea una carrera mañana", terminó.
Pincay, de 53 años, se presentó a la prensa evidentemente extenuado por el largo viaje de San Diego hasta Panamá, y disimuló la irritación de sus ojos detrás de unas gafas oscuras, las cuales parecían un desafío para que las decenas de periodistas que cubrieron su arribo trataran de sacar de él la mayor cantidad de información posible. No todos los días se puede alternar con un atleta de talla mundial.
Los reflectores de las cámaras y los micrófonos estaban concentrados en "El Pirata", mientras que al fondo del salón una mujer alta, rubia y, sobre todo, guapísima, sostenía en sus brazos a un niño. Eran su esposa Jeanine y el más pequeño de sus hijos, John Laffit.
"Voy a seguir adelante hasta que ya no pueda", sentenció Pincay, cuando se le interrogó sobre sus planes de retiro y dejó claro que tiene suficiente dinero "para retirarme y vivir tranquilo". Pero no se trata de un asunto de dólares, ni de premios.
Es que Laffit Pincay Jr. ha llegado donde está por ser un hombre de gran espíritu. Sus ideas sobre su presente y su futuro son tan claras como las estrategias que diseñó para lograr los 8979 triunfos durante su campaña.
"Los tiempos de montar cualquier cosa pasaron. Ahora debo escoger mis montas y eso lo determina el chance que tenga el caballo, ya que la carrera no siempre la gana el mejor jinete, sino el mejor caballo", explicó.
Lo que Laffit Pincay Jr se propone, lo hace. Soñó con ganar el Kentucky y lo hizo. Decidió que tenía que romper la marca de Shoemaker en los mejores hipódromos y compitiendo ante los mejores y también lo hizo.
"Me siento satisfecho de volver y haber triunfado. Por un tiempo las cosas se pusieron difíciles, pero cuando llegué a los 8000 me di cuenta que podía ir por el record (8833) y cuando llegué a los 8500, ya sabía que era cuestión de tiempo", sostuvo.
Pincay de 5 pies, una pulgada y 117 libras de peso, parecía más un artista de Hollywood que un jinete. Las gafas oscuras las tenía combinadas con una calentador azul marino de terciopelo con un suéter blanco. Calzaba zapatillas y casi ninguna prenda. Fue sencillo en el vestir y también en el hablar.
"Ahora entiendo mejor mi cuerpo. No tomo pastillas ni medicamentos; ni siquiera café. Eso sí, hago ejercicios todos los días", narró Pincay, quien después de su visita a Panamá atenderá una invitación para montar en Japón.
Laffit Pincay Jr. no actúa en una carrera oficial desde el 4 de septiembre, cuando se acogió a un merecido descanso, pero advirtió que "he estado caminando y haciendo bastante ejercicios, así que montar tres o cuatro caballos no será ningún problema para mí".
"Nunca sentí miedo sobre los caballos, lo que sucedía en un tiempo era que me sentía débil, pero ahora estor mejor y voy a seguir hasta que ya no pueda", reafirmó.
Al término de la reunión "El Corsario" se abrió paso como él sabe hacerlo entre la multitud y salió del recinto escoltado por miembros del comité organizador, amigos familiares y periodistas. Atrás quedaron Jeanine y John Laffit, mientras que Laffit Pincay hacía lo que muchas veces se le ha visto hacer: tomar la delantera y llegar primero.
"Espero ganar aunque sea una carrera mañana", terminó.
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