Terror en el hospital Cunningham Hall

El miedo helará hasta tus huesos, en una historia bajo la dirección de William Butler.
Cunningham Hall, la que fue en su día una respetada clínica psiquiátrica, es ahora un hospicio decadente con demasiados pacientes y muy poco presupuesto. Pero cuando un motivado y joven estudiante de medicina llamado Clark Stevens acepta entrar en el centro de salud mental como médico interno para conseguir graduarse, pronto se dará cuenta de que ha pasado a formar parte de la plantilla de un manicomio.
El hospital es dirigido por el Dr. Franks, quien inmediatamente coloca a Clark en su puesto antes de presentarle al amigable Dr. Morton y la fornida enfermera Hendricks. Clark conoce también allí a Sara, una joven y atractiva enfermera que le enseña las instalaciones, incluyendo el sótano, que incluye algo más que lo que se ve a primera vista.
Cunningham Hall tiene un pasado que el Dr. Franks y su equipo prefieren no desenterrar. Clark empieza a cuestionarse su propia cordura cuando empieza a ver una inquietante figura de un joven, que parece querer advertirle de algo, pide ayuda a Sara, y cada vez se siente más atraído por ella, pero a su vez descubre que oculta algo.
La enfermera Hendricks y el Dr. Morton son brutalmente asesinados. El Dr. Franks ordena a Clark entrevistar a todos los pacientes, pero resulta que ninguno de ellos podría ser el culpable de las muertes. Ninguno excepto Ben, que parece saber todo lo que ocurre en la clínica. Él se oculta en la oscuridad de la Celda 44, y guarda la llave del misterio de aquel chico extraño que se aparece, así como de la identidad del asesino.