Tripleta “Ro-Ro-Ri”, los sobresalientes
Publicado 2002/06/30 23:00:00
- Yokohama, Japón
El colegiado francés JOEL QUINIOU, nacido el 11 de julio de 1950, tiene varios registros personales. Es el árbitro que ha dirigido mayor número de encuentros de fase final: ocho en total. Además ha decretado cinco expulsiones en total, en tres Mundiales diferentes.
Por haber anotado los dos goles y por haber enterrado el “fantasma” de la final que perdió hace cuatro años en Francia, Ronaldo fue la gran figura de la selección brasileña que venció 2-0 a Alemania para ganar la Copa del Mundo del 2002 en Japón y Corea del Sur. A continuación, las actuaciones individuales de los jugadores brasileños en la final contra los germanos disputada en Yokohama:
El portero del Palmeiras cumplió una gran actuación. Como ocurrió en la victoria de semifinales por 1-0 frente a Turquía, no participó mucho del juego, pero sus escasas intervenciones fueron fundamentales para que su equipo no recibiera goles en los momentos más importantes del torneo.
En defensa, su principal función, cumplió una actuación aceptable, especialmente por su fuerza en la marca ante los jugadores germanos, a los que está acostumbrado a enfrentar en la Bundesliga con el Bayern Leverkusen.
Tuvo un duelo especial con el artillero Miroslav Klose. El germano le aplicó un codazo en un salto al principio del partido, por lo cual fue amonestado, y él después lo barrió en una falta. El polifuncional jugador del equipo francés Olympique de Lyon tuvo más orden con respecto a sus partidos anteriores.
A veces complicó a sus compañeros en la salida de la pelota y por momentos sintió la presión de los alemanes, especialmente en la primera media hora, cuando los europeos tuvieron mayor control de la pelota y dominio territorial, aunque no inquietaron a Marcos.
Sin sus características proyecciones por el lateral derecho, jugó un buen partido, aunque lo más importante fue lo personal. El carrilero de la Roma de Italia se convirtió en el primer futbolista de la historia en jugar tres finales consecutivas en Copas del Mundo.
Fue superado por la entrega de los alemanes en la lucha por la posesión de la pelota y anticipado en varias oportunidades. Pese a los nervios iniciales, con el correr de los minutos se soltó un poco y mejoró en el segundo tiempo.
Con una final magnífica terminó convirtiéndose en uno de los jugadores revelación de esta Copa del Mundo, tal como le ocurrió en la pasada temporada en el fútbol brasileño con el Atletico Paranaense. En el complemento envió el centro para que Ronaldo sellara la victoria. Su inclusión fue todo un acierto de Felipao.
En la final no aportó tanto con sus características subidas al ataque por el lateral izquierdo y tampoco causó peligro con alguno de sus típicos remates al arco rival. Estuvo algo contenido por las preocupaciones en defensa, en lo cual cumplió y por lo cual siempre había sido criticado en el pasado.
Muchos esperaban ansiosos su regreso al equipo después de haber cumplido un partido de suspensión por la expulsión que sufrió en los cuartos de final contra Inglaterra, cuando fue el artífice de la importante victoria brasileña en esa instancia. Contra Turquía, Brasil extrañó su habilidad, y en la final ante los alemanes, bien marcado, aportó su categoría sólo por momentos. A pesar de su irregular actuación en la final, el jugador del PSG de Francia fue desequilibrante a lo largo de todo el torneo.
Algo perdido entre el centro del campo y el ataque, deambuló por tres cuartos de cancha en gran parte de la final, casi sin tocar la pelota, pero su gran categoría apareció en los momentos más importantes, en las jugadas de los dos goles brasileños. En la primera, el astro del Barcelona sacó un fuerte remate que provocó el rebote que regaló el arquero Oliver Khan y en la segunda hizo un amague espectacular, sin tocar el balón, para llevarse la marca del zaguero Thomas Linke y así dejar solo a Ronaldo para el remate.
El mejor de Brasil. Por fin cumplió su actuación consagratoria a nivel internacional, algo que muchos esperaban tras su decepcionante actuación en la final de Francia ‘98. “Il fenómeno”, como lo rebautizó la prensa italiana tras su pase al Inter de Milán, anotó los dos tantos y con un total de ocho terminó como el goleador del torneo, la máxima cantidad para el mejor artillero desde que el alemán Gerd Muller anotara 10 en México ‘70. Después de no jugar siquiera un minuto en Estados Unidos ‘94, entre Francia ‘98 y esta copa acumuló 12 y alcanzó al “Rey” Pelé como el máximo anotador en la historia de Brasil en los Mundiales. Tras las dos operaciones a las que fue sometido en su rodilla derecha luego de Francia ‘98 y pese a su prolongada inactividad, Felipao apostó a su recuperación y él le devolvió la confianza de la mejor forma: con goles.
Luego de este triunfo hay que sacarse el sombrero ante Felipao. El carismático técnico que anteriormente llevó al éxito al Gremio y al Palmeiras mostró todo su pragmatismo al dejar a un lado su pasado de “especulador” y confiar en el buen fútbol de sus principales figuras. Asumió la dirección técnica del equipo en el peor momento de su historia, y, pese a un comienzo incierto, aguantó las críticas, clasificó al equipo en una difícil eliminatoria y después se mantuvo firme cuando dejó afuera a un ídolo como Romário. Cerró la boca a todos con este nuevo título y su planteo en la final fue brillante.
El portero del Palmeiras cumplió una gran actuación. Como ocurrió en la victoria de semifinales por 1-0 frente a Turquía, no participó mucho del juego, pero sus escasas intervenciones fueron fundamentales para que su equipo no recibiera goles en los momentos más importantes del torneo.
En defensa, su principal función, cumplió una actuación aceptable, especialmente por su fuerza en la marca ante los jugadores germanos, a los que está acostumbrado a enfrentar en la Bundesliga con el Bayern Leverkusen.
Tuvo un duelo especial con el artillero Miroslav Klose. El germano le aplicó un codazo en un salto al principio del partido, por lo cual fue amonestado, y él después lo barrió en una falta. El polifuncional jugador del equipo francés Olympique de Lyon tuvo más orden con respecto a sus partidos anteriores.
A veces complicó a sus compañeros en la salida de la pelota y por momentos sintió la presión de los alemanes, especialmente en la primera media hora, cuando los europeos tuvieron mayor control de la pelota y dominio territorial, aunque no inquietaron a Marcos.
Sin sus características proyecciones por el lateral derecho, jugó un buen partido, aunque lo más importante fue lo personal. El carrilero de la Roma de Italia se convirtió en el primer futbolista de la historia en jugar tres finales consecutivas en Copas del Mundo.
Fue superado por la entrega de los alemanes en la lucha por la posesión de la pelota y anticipado en varias oportunidades. Pese a los nervios iniciales, con el correr de los minutos se soltó un poco y mejoró en el segundo tiempo.
Con una final magnífica terminó convirtiéndose en uno de los jugadores revelación de esta Copa del Mundo, tal como le ocurrió en la pasada temporada en el fútbol brasileño con el Atletico Paranaense. En el complemento envió el centro para que Ronaldo sellara la victoria. Su inclusión fue todo un acierto de Felipao.
En la final no aportó tanto con sus características subidas al ataque por el lateral izquierdo y tampoco causó peligro con alguno de sus típicos remates al arco rival. Estuvo algo contenido por las preocupaciones en defensa, en lo cual cumplió y por lo cual siempre había sido criticado en el pasado.
Muchos esperaban ansiosos su regreso al equipo después de haber cumplido un partido de suspensión por la expulsión que sufrió en los cuartos de final contra Inglaterra, cuando fue el artífice de la importante victoria brasileña en esa instancia. Contra Turquía, Brasil extrañó su habilidad, y en la final ante los alemanes, bien marcado, aportó su categoría sólo por momentos. A pesar de su irregular actuación en la final, el jugador del PSG de Francia fue desequilibrante a lo largo de todo el torneo.
Algo perdido entre el centro del campo y el ataque, deambuló por tres cuartos de cancha en gran parte de la final, casi sin tocar la pelota, pero su gran categoría apareció en los momentos más importantes, en las jugadas de los dos goles brasileños. En la primera, el astro del Barcelona sacó un fuerte remate que provocó el rebote que regaló el arquero Oliver Khan y en la segunda hizo un amague espectacular, sin tocar el balón, para llevarse la marca del zaguero Thomas Linke y así dejar solo a Ronaldo para el remate.
El mejor de Brasil. Por fin cumplió su actuación consagratoria a nivel internacional, algo que muchos esperaban tras su decepcionante actuación en la final de Francia ‘98. “Il fenómeno”, como lo rebautizó la prensa italiana tras su pase al Inter de Milán, anotó los dos tantos y con un total de ocho terminó como el goleador del torneo, la máxima cantidad para el mejor artillero desde que el alemán Gerd Muller anotara 10 en México ‘70. Después de no jugar siquiera un minuto en Estados Unidos ‘94, entre Francia ‘98 y esta copa acumuló 12 y alcanzó al “Rey” Pelé como el máximo anotador en la historia de Brasil en los Mundiales. Tras las dos operaciones a las que fue sometido en su rodilla derecha luego de Francia ‘98 y pese a su prolongada inactividad, Felipao apostó a su recuperación y él le devolvió la confianza de la mejor forma: con goles.
Luego de este triunfo hay que sacarse el sombrero ante Felipao. El carismático técnico que anteriormente llevó al éxito al Gremio y al Palmeiras mostró todo su pragmatismo al dejar a un lado su pasado de “especulador” y confiar en el buen fútbol de sus principales figuras. Asumió la dirección técnica del equipo en el peor momento de su historia, y, pese a un comienzo incierto, aguantó las críticas, clasificó al equipo en una difícil eliminatoria y después se mantuvo firme cuando dejó afuera a un ídolo como Romário. Cerró la boca a todos con este nuevo título y su planteo en la final fue brillante.
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