Un Mundial de tres estrellas

Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho, la famosa Triple R de Brasil, fueron las tres estrellas de un Mundial que dio a Brasil ayer su quinto título mundial, pero que quedó lejos de la categoría de la Copa de cinco estrellas que tuvo la selección de 1970 con los Pelé, Rivelino, Tostao, Jairzinho y Gerson. Ronaldo, con ocho goles, fue la máxima estrella de un Mundial con el que estaba en deuda desde las famosas convulsiones en la final de 1998. Además, con su marca, superó la barrera de los míticos seis tantos que ningún máximo realizador superaba desde 1974 en que el polaco Gregorz Lato consiguió siete tantos. El jugador del Inter marcó además los tres tantos que anotó Brasil en los partidos de semifinales (1-0) ante Turquía y en la final (2-0) contra Alemania.
Para completar la jugada, ganó la pulseada al que hasta ese momento era la otra estrella del Mundial, el portero alemán Oliver Kahn, que había llegado a la final encajando un solo gol (ante Irlanda) en seis partidos y que recibió dos contra Brasil, uno de ellos, el primero, en un semifallo, al escapársele el balón de las manos tras un disparo de Rivaldo. Ese error de Kahn bajó del pedestal al germano y abrió el camino al estrellato a Rivaldo.