Un sueño construido con uñas y dientes
El joven Saladino efectúa sus estudios universitarios, en la Universidad Santa María la Antigua, donde ingresa en la carrera de Informática.
Tal y como lo había hecho en la secundaria, ingresa a la Universidad Tecnológica, donde obtiene el título de Técnico en Electricidad, para emular a su padre David.
En el 2000, Irving Saladino participó en los Juegos Intercolegiales Centroamericanos (CODICADER), en la disciplina del salto de longitud, y resulto ganador de su primera medalla de oro a nivel internacional. Estos juegos se realizaron en el Salvador.
En este evento inicia su vida activa en las competencias del salto de longitud, representando a nuestro hermoso, y glorioso país, en diversos torneos centroamericanos.
Iniciaba de esta forma un recorrido extraordinario en lo que sería una promisoria carrera; Saladino participa del campeonato mundial juvenil realizado en Jamaica donde ocupa la posición número 17, con un registro de 7.39 metros, en el año 2002.
Años después fue uno de los cuatro atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Atenas en Grecia.
Hace cuatro años, el centroamericano era uno de los saltadores más destacados del mundo y aterrizó en Grecia con el cartel de "posible sorpresa". Pero todo resultó mal: por una pelea con los dirigentes del Comité Olímpico de Panamá, el entrenador Florencio Aguilar no fue incluido en la delegación y su puesto fue ocupado por el médico Carlos Balcázar.
El "coach" le diseñó un programa de adiestramiento diario para que su pupilo siguiera en Atenas. Todo iba bien hasta que Saladino sufrió un pinchazo en su pierna izquierda en una práctica. Visitó al mentado facultativo, quien ni siquiera lo revisó y sólo le dio una pastilla contra el dolor. No pudo seguir con su rutina de preparación, pero el galeno se negó a tratarlo porque decía que eran sólo inventos. Al final, un facultativo de la delegación de Venezuela lo revisó y le diagnosticó una rotura fibrilar. Igual saltó, lesionado, pero sólo alcanzó una marca de 7,42 metros y quedó fuera de la final.
Ese recuerdo de Atenas fue lo que potenció a Saladino para seguir adelante. Se fue de Panamá a trabajar a Sao Paulo junto al reputado entrenador brasileño Nelio Alfano Moura, junto a quien logró el título mundial de Osaka 2007.
Aunque llegaba a Beijing con una marca de presentación de 8,73 metros, Saladino se quedó con el oro con un salto de 8,34.
"No estoy conforme con lo que hice, pero en realidad esto es como el fútbol: se gana 1-0 y se puede ser el campeón mundial. Sí estoy muy alegre por mi Panamá y por toda América Latina", dijo tras subir al podio.
Con el impulso del oro, el panameño se puso como meta ser el primer saltador en pasar los 9 metros. "Mi próximo objetivo es romper el récord mundial (8,95 metros, en manos de Mike Powell). Para eso me voy a preparar con todo. Si logro eso, seré feliz", cerró.
Son 22 los centímetros que separan la mejor marca de Saladino del récord mundial de Mike Powell (8,95 m).
Hay un refrán que reza que la vida te da revanchas, y Saladino tuvo la suya en los Juegos Olímpicos de Beijing.
El afamado saltador colonense les prometió a sus padres, y a su pueblo, traer la medalla de oro, la primera presea dorada que obtendría este pequeño país de casi tres millones de habitantes.
Esa segunda oportunidad que la vida le brindó a Irving, el joven atleta, la aprovechó al máximo. Llegó al evento como favorito a la presea de oro, y se cumplieron todos los pronósticos de los entendidos que señalaban al campeón mundial de salto de longitud, como ganador de ese baño dorado.

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