Viejos conocidos
- Redacción /
El éxodo constante de jinetes de primera línea hacia Estados Unidos y Arabia, tiene su lado bueno y su ángulo malo.
Algunos dueños de caballos, especialmente aquellos que cuentan con caballos estelares, se quejan de que no hay jockeys de primera para compromisos trascendentales.
Pero, el lado positivo es que los jinetes que emigran salen en busca de mayores beneficios económicos, ya que en la plaza local los incentivos no son tan halagüeños como en otrora.
Todavía quedan en el terreno local látigos de estirpe, pero el monopolio de las competencias está circunscrito a 4 ó 5 profesionales y a uno que otro aprendiz, que sólo pueden gozar de la bonanza mientras tengan el beneficio del descargo.
Otra situación que se da en medio de esta “fuga de valores” es el retorno de algunos jinetes, cuyas glorias creíamos pasadas.
Con bastante frecuencia se observa en el círculo de ganadores a Dilio Long, un jinete que frisa los 70 años. Recientemente estuvieron actuando Clovis Vergara e Inocencio Ayarza y recién el miércoles de esta semana, a sus 48 años, volvió a ponerse las botas Aristides Araúz.
Los hípicos “viejos” saben que hubo tiempos en los que un buen jinete podía cambiar la historia de una carrera, y en Panamá había tanto jockey bueno, que la gente muchas veces veía primero quién montaba antes de fijarse en el nombre del caballo.
¡Qué buenos tiempos aquellos!
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