Zedillo niega guerra en Chiapas

El presidente de México, Ernesto Zedillo, rechazó tajantemente que en el estado de Chiapas exista una "guerra", aunque admitió que es un "conflicto político y social" que ocupa una de las mayores prioridades de la agenda gubernamental.
En una de las primeras evaluaciones sobre su periodo de gobierno, Zedillo conversó ampliamente -por primera vez en la historia de México- en un programa de televisión con un grupo de periodistas y analistas políticos sobre los principales retos que ha afrontado en su administración.
El presidente afirmó que en Chiapas hay un conflicto político, un problema social y cultural que amenaza con desatar la violencia, y que no puede resolverse mediante el uso de la fuerza, porque si se hubiera hecho sería "un error lamentable, una tontería mayúscula para el país".
Afirmó que es un problema político que se debe solucionar mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo, es decir sólo a través de una "solución política".
En el programa, que fue transmitido a la media noche y la primera hora de ayer, domingo, el presidente mexicano señaló que en Chiapas hay problemas de miseria, desigualdad, injusticia y de pobreza que explican la amenaza de violencia desde el 1 de enero de 1994, y por otro lado, hay un grupo que le declara la guerra al Estado.
Zedillo sostuvo que su gobierno decidió no utilizar la fuerza y aseguró que se mantendrá en espera de que "ese grupo" responda a las invitaciones de diálogo que le ha hecho el Estado, ya que su "paciencia es ilimitada",
Recordó que en 1995 las autoridades utilizaron la fuerza para obligar a la guerrilla a sentarse a dialogar, y reconoció que se corrió un riesgo muy grande de desatar la violencia, pero aseguró que ya no se utilizará la fuerza para sentarlos otra vez a negociar.
En el programa Zona Abierta, de la cadena Televisa, Zedillo fue entrevistado por los periodistas de Televisa, Joaquín López Dóriga Guillermo Ortega Ruiz, y por los analistas políticos Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles.
En otros temas que abordaron a lo largo de dos horas de conversación, Zedillo negó que existan "focos rojos" que supongan un riesgo de crisis de final de sexenio (periodo de gobierno) y que la economía ha logrado superar las condiciones adversas.
El presidente contestó a diversas preguntas y detalló sus esfuerzos para fortalecer la seguridad pública, el estado de derecho y mejorar los procedimientos de aplicación de la justicia mediante diversas reformas, que comenzaron por garantizar la imparcialidad del Poder Judicial.
En relación con el conflicto que mantiene paralizada desde hace más de siete meses a la Universidad Nacional autónoma de México, la mayor de Iberoamérica, Zedillo insistió en que se debe resolver mediante acuerdos democráticos.
Aseguró que el Gobierno ha mantenido una distancia prudente ante este conflicto, que no ha caído en la tentación de querer capitalizar políticamente este asunto, y que será absolutamente respetuoso con la decisión que tomen las autoridades de la Universidad.