Donaire y belleza
En Las Tablas, considerada por muchos como "la cuna del folclore" de este país, convergen los mejores artesanos y orfebres para resaltar esta obra de arte tan fina y maravillosa.
E l Festival Nacional de la Pollera, celebrado esta semana en la ciudad de Las Tablas, llenó al país de elegantes mujeres que lucían uno de los vestidos folclóricos más caros del mundo.
Desde hace 51 años, se celebra en Panamá el Concurso Nacional de La Pollera, el máximo galardón de reconocimiento para este traje típico que vestían, ya en el siglo XVII, las esposas de los colonos españoles.
Sólo la camisa y el pollerón (la falda) que usan las panameñas en este traje típico puede valer más de 5.000 dólares, por sus valiosas telas y el trabajo que realizan las artesanas, que pueden tardar entre seis meses y un año en su elaboración.
Con las enaguas, joyas, zapatos, abanicos y los "tembleques" que adornan la cabeza con su movimiento, el precio de la pollera puede incrementarse hasta los 25.000 e incluso 50.000 dólares.
"El Club de Leones de Las Tablas decidió hace más de cincuenta años resaltar con este concurso el traje nacional, como uno de los baluartes de nuestro país", señaló a Acan-Efe Hernando Velasco, uno de los organizadores del Festival.
En Las Tablas, con considerada por muchos como "la cuna del folclore" de este país, convergen los mejores artesanos y orfebres para resaltar "esta obra de arte tan fina y maravillosa", como la calificó Velasco.
Más de 60 mujeres "empolleradas" participaron en las cinco categorías del concurso bajo la atenta mirada y minucioso escrutinio de nueve jueces que valoraban la confección y el corte, los complementos, la gracia y donaire de las muchachas al bailar las danzas típicas con este atuendo.
Polleras regionales, montunas, marcadas, bordadas y sombreadas competían para conseguir la "medalla de oro Margarita Lozano", llamada así en honor a la primera reina del Festival de la Pollera, que se enmarca dentro de las fiestas patronales en honor a Santa Librada.
Según Cristóbal Rodríguez, "estudioso del folclore", como él mismo se define, el evento es "un paraíso para fotógrafos, por la cantidad de polleras que participan de todas las técnicas habidas y por haber".
Ser la reina del Festival Nacional de la Pollera es "el honor más grande para una chica", dijo Rodríguez, porque tendrá un año entero de reinado lleno de actividades, de presidir concursos y de ser la cara visible del folclore panameño a nivel nacional e internacional.
El Gobierno de Panamá declaró por ley en el año 1961 el 22 de julio como el Día Nacional de la Pollera, por la relevancia del concurso de Las Tablas.
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