En Panamá encontró a los ángeles que necesitaba para hacer volver su talento
Fernanda Cirici y el arte de vencerlo todo
Hace cuatro años, llegó a Panamá de la mano de su familia. Venía con inquietudes artísticas y aquí encontró varios maestros, entre ellos, Blas Petit. A pesar de tener capacidades especiales, su trabajo ha sido bien calificado y, sorpresivamente, sus obras se han ido valorando en el mercado de las ventas.
Perfil
- Nombre: Fernanda Cirici
- Nacionalidad: Guatemalteca
- Residencia actual: Panamá
- Actividades: Pintura, jazz, gimnasia, y canto.
Fernanda Cirici es guatemalteca y artista del pincel. Hace cuatro años, llegó a Panamá en donde encontró algunos ángeles que le pusieron alas a su arte.
Hoy, además de expresarse mejor a través de sus obras, cuenta con una galería hecha “por ella y para ella”, pero que también servirá como lugar para quienes, como ella, buscan un espacio en donde perfeccionarse y mostrar su talento.
Fernanda es una joven de capacidades especiales que ve, oye y siente el mundo de una manera muy particular. Sus obras así lo muestran.
Antes de que su familia y quienes la apoyan decidieran abrir la galería la artista --que desde su natal Guatemala ya mostraba inclinación hacia las artes plásticas-- pasó por un proceso de afianzamiento en la Universidad Ganexa, bajo la tutela del maestro Blas Petit y otros docentes, quienes hicieron ver que en ella habita una artista debido, entre otros detalles, al hecho de que “su trazo es persistente”.
Fer,Esto es recurrente y se expresa en cada una de sus obras caracterizadas por el expresionismo abstracto.
Cambio
Cerca del exclusivo sector de Costa del Este en el corregimiento de Parque de Lefvre, en el primer alto de una edificación de cristal, se encuentra la galería Fer. Ahí --en medio de la exposición denominada Latitudes, que daba cabida a obras pictóricas de artistas procedentes de nueve países-- se encuentran Fernanda Cirici; su madre, Coralia; Vicky Imendia, quien la acompaña, y Consuelo Pillot, una renombrada artista mexicana que le sirve como mentora de Fer.
Todas coinciden en señalar que, desde su arribo a Panamá, Fernanda Cirici se ha convertido en otra persona, tanto en el plano personal como en el artístico.
“Nosotros como familia decidimos venir hace cuatro años a Panamá porque tiene muchas cualidades y ventajas. Una ellas es la seguridad, porque ella no podía estar en un lugar inseguro”, explica la madre, y añade que “es en Panamá donde empieza a dar un cambio y un vuelco tan grande en su vida y hace su mundo. Panamá no solo le ha abierto las puertas, sino que le ha cambiado su vida, y eso es algo que Dios hizo por alguna razón”, añade.
El proceso incluyó la búsqueda de una universidad para seguir fomentando lo que desde Guatemala ya era obvio. Fernanda tenía un vínculo casi indisoluble en el arte, tanto así que en su país había presentado tres exposiciones.
Sin embargo, explican, era importante potenciar su talento y su forma de expresarse artísticamente debido a que “una cosa es hacer una exposición y otra que la gente saque la chequera y compre un cuadro”, reconoce Coralia de Cirici, quien dice percibir la mano de Dios en todo esto.
Presencia
La idea de exponer la obra de Fernanda Cirici ya comenzaba a germinar, pero no todos en casa estaban seguros de que los cuadros tuvieran un valor más allá del sentimental.
Francisco Cirici, padre de Fernanda, necesitaba opiniones imparciales sobre el tema, y así se hizo. Después de que los entendidos certificaron que en Fernanda y sus trazos había arte, comenzó a caminar en firme la idea de exponer con posibilidades de comercializar sus obras.
Alquilar un lugar para tal fin resultaba algo oneroso, por lo que se decidió buscar un sitio para establecer una galería que fuera hecha por y para ella, como destaca su madre, y es así como surge la galería Fer.
Desde septiembre de este año, cuando abrió sus puertas, se han montado dos exposiciones y la repuesta de la crítica ha sido positiva en todos los sentidos.
“Fernanda tiene su trazo personal, es una artista, por eso comenzamos a exponer, además los cuadros se venden”, explican en medio de la galería en la que se confunden de tú a tú los cuadros de Fernanda con los de su maestro Blas Petit, los de sus compatriotas Julio Ajin y Jorge Carleto o los de Luis Alejandro Feo, de Venezuela, y Paloma Ripolles, de España, entre otros.
Logros
Además de poseer su galería y vender sus cuadros, Fernanda Cirici fue invitada por la embajadora de su país en Panamá para que representara a Guatemala en la elaboración del mural que varios artistas de la región pintarán con motivo del centenario de la inauguración del Canal de Panamá.
En su primera exposición se vendieron 16 cuadros y en los primeros días de Latitudes, en medio de todos los expositores, logró colocar tres obras, todas a buen precio.
“Fer nació con problemas y ahora no tiene problemas”, resume con maestría su madre, la situación actual. “Ha logrado vencer todo, todo lo que fluye en su mente lo expresa en la pintura; allí ha encontrado la manera de expresarse”.
Con evidente emoción agrega: “Hemos aprendido como familia que no todo es negocio. Hemos logrado alcanzar los éxitos con ella porque Dios nos ha dado la oportunidad de demostrar que él existe. Esto no tiene precio. Todo es una maravilla y queremos contarle a la gente que sí se puede”.
Inclusión
Pese a que la galería Fer fue pensada para Fernanda Cirici, los planes inmediatos incluyen algunas iniciativas que permiten que otros artistas se presenten, y de otra parte ofrecerá la posibilidad de que los niños puedan sumarse y aprender.
La idea es que Fer sea también “una galería para la inclusión”, explica la señora de Cirici.
Para ello sus instalaciones están plenamente adaptadas.
“Disfruta del placer de su propio arte” es el lema que distingue a la galería en la que se realizan clases abiertas para principiantes y avanzados.
Los talleres y cursos incluyen dibujo, pintura, escultura, arte objeto y terapia de arte y están dirigidos a gente que van desde niños hasta los 99 años.
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