Juancho Armas Marcelo pondrá su tono personal

Otro de los autores españoles que estará en la Feria Internacional del Libro de Panamá es el canario J.J. Armas Marcelo viejo conocido de muchos y un gran apasionado de Panamá. Su última y quijotesca aventura fue sacar adelante junto al escritor nicaragüense Sergio Ramírez una candidatura en los premios Príncipe de Asturias para que se reconociera la vocación de camino de concordia de nuestro Canal.

Contaba yo los otros días en mi blog cómo me encontré con el autor de “Los dioses de sí mismos” en Madrid y quise invitarlo a la primera Feria del Libro por allá por el 2001 pero una odisea circunstancial no permitió que se fraguara la visita. Pero en 2003, Juancho nos acompañó junto a Rosa Montero durante la Feria y de aquellos días estos años de feliz vínculo. Al día siguiente de la ceremonia de apertura desayuné con él y su mujer Saso Blanco y me regaló un par de libros que siguen resistiendo por mi biblioteca. Conversamos, nos llamamos por teléfono y luego las circunstancias nos apartaron por un tiempo. Pero hemos restablecido el contacto y la verdad es que no pierde su punto ágil, su rocosa manera de enfrentarse a todo y a todos y, sobre todo, no pierde la complicidad con los que aprecia y tiene por amigos. Un tipo de esos que lo compras en “six pack” o no lo compras. Pero Juancho escribe novelas y yo quiero aquí hacerles dos recomendaciones literarias y una salvedad intelectual.

Mi primera recomendación es una de sus, para mí, mejores novelas. Se trata de “Los dioses de sí mismos” (Alfaguara, 1996), una novela de unos seres que iniciaron la revolución en el 68 célebre y que luego son protagonistas de la Transición española, una obra técnica, sentimental y política, un espejo que se alarga hasta hoy y cuyo reflejo es ya el nuestro.

Luego está la que es una de mis favoritas y queridas, su novela “cubana”, “El niño de luto y el cocinero del Papa” (Alfaguara, 2001) una obra rítmica, con puro sabor habanero. El protagonista, Diosmediante Malaespina, es brillante y en la novela hay un maravilloso capítulo dedicado al béisbol que cualquier buen aficionado debería leer. La concepción de esta obra esconde una divertida y aleccionadora anécdota de cómo se fraguan las novelas y cómo los escritores estamos listos para convertir cualquier confidencia o infidencia en pura ficción. Pregúntenle por ella.

Y ahora una recomendación intelectual. Los que no estén de acuerdo con lo que dice Juancho Armas Marcelo o cómo lo dice tiene que hacer una cosa de manera urgente: rebatirle. Lo que no se puede hacer nunca ante una adversario intelectual es no decirle nunca y sufrirlo como una úlcera estomacal. Con Armas Marcelo tienen debate servido pero, sobre todo, a un apasionado conocedor de la literatura Hispanoamericana y un muy buen conversador con fundamento. Así que en esta Feria, durante las jornadas que le van a llevar por allá, (lleva novela nueva que no he leído “La noche que Bolívar traicionó a Miranda”, más debate imposible) les invito a fajarse con el tipo. De la refriega seguro que saldrán los dos crecidos, maduros y hasta con ganas de conocerse mejor y tomarse unos buenos tragos o lo que haga falta.