Skip to main content
Trending
Ifarhu inicia el pago del Pase-U a partir del 9 de junio a 900 mil estudiantesDirigentes bananeros viajarán a Panamá para dialogar sobre la Ley 45Minsa reitera que agua en Chitré y La Villa es apta para el consumoPanamá descarta por ahora envío de fuerzas a Haití y ofrece capacitar a policía haitianaAumentan los problemas por la escasez de agua en el Oeste
Trending
Ifarhu inicia el pago del Pase-U a partir del 9 de junio a 900 mil estudiantesDirigentes bananeros viajarán a Panamá para dialogar sobre la Ley 45Minsa reitera que agua en Chitré y La Villa es apta para el consumoPanamá descarta por ahora envío de fuerzas a Haití y ofrece capacitar a policía haitianaAumentan los problemas por la escasez de agua en el Oeste
  • Actualidad
    • Política
    • Sociedad
    • Judicial
    • Provincias
    • Mundo
    • Aldea Global
    • Sucesos
  • Opinión
    • Columnistas
    • Confabulario
    • El Pulso
    • Trazo del día
    • Doña Perla
  • Economía
  • Variedades
  • Deportes
  • Tecnología
  • Multimedia
    • Videos
    • Podcast
    • Galerías
  • Especiales
  • e-PAPER
  • Contenido Premium
  • Recetas
  • Cine
Panamá América Panamá América
Inicio

Día D / La fiera

1
Panamá América Panamá América Sábado 07 de Junio de 2025
  • Secciones
  • Actualidad
  • Opinión
  • Economìa
  • Variedades
  • Deportes
  • Tecnología
  • Multimedia
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias
  • x
  • Mi cuenta
  • Mi perfil
  • Mis Noticias
  • Prémiate
  • Mis boletines
  • Seguridad
  • x
  • Notificaciones
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias

La fiera

Publicado 2011/02/19 20:48:07
  • Francisco Moreno Mejías.
  • facebook messenger
  • Compartir en WhatsApp
  • x twitter
  • facebook messenger
  • facebook messenger

…y siento más tu muerte que mi vida.

“Elegía”. Miguel Hernández

Nacho no tuvo que madrugar aquel día. Ño Benito, el dueño del potrero que estaba limpiando, le dijo que regresara el lunes porque él tenía que ir a la capital. Si no hubiera sido por el ruido infernal que hacían los talingos sobre el techo de cinc no habría despertado tan temprano. Abrió la ventana y parpadeó deslumbrado por la cascada de luz que alumbró el cuarto. Se quedó un rato parado en la puerta de la casa oyendo mugir las olas y viendo saltar la espuma sobre el arrecife. Pensó que hacía un día bonito para ir a pescar. Después de darse un chapuzón le pidió a su madre algo para desayunar. Se puso un suéter y el sombrero y bajó a pedir prestado el cayuco de su padrino, pero el padrino no estaba y el cayuco permanecía amarrado con cadena y candado para evitar que los pelaos hicieran con él alguna diablura. Luego se dio cuenta de que la marea estaba baja y podría caminar por la restinga hasta el islote de los Pájaros, donde otras veces había sacado buen pescado.

Cogió los instrumentos de pesca, los metió dentro de un cubo y se puso a pensar quién podría acompañarlo. En el pueblo casi todos estaban en sus labores, pero Tito había quedado sin trabajo cuando cerró el aserradero hacía ya cuatro meses. Se fue a buscarlo.

Partieron los dos amigos por la costa. Atraparon unos camarones en la desembocadura de una quebrada para que les sirvieran de cebo y caminaron por la restinga hasta las rocas del lado de fuera del islote. Armaban los anzuelos, enganchaban las carnadas y lanzaban; cambiaban de lugar y seguían lanzando entre conversa y conversa. Después de casi una hora en que ninguno de los dos había sacado nada, Nacho se fue un poco más lejos y, apenas tiró el anzuelo, le picó un mero. A los pocos  minutos sacó una lora. Luego, una barracuda chica. Tito, por más que lo intentaba, no logró sacar más que un sarajuelo mientras que Nacho iba poco a poco llenando el cubo.

La buena suerte le borró a Nacho la noción del tiempo y, si no hubiera sido por la sensación de vacío en el estómago, no se hubiera percatado de que ya era mediodía y de que ahora la marea estaba bien alta y tapaba la restinga por completo. Llegar hasta la costa era fácil para Nacho y para Tito, que habían aprendido a nadar antes que a caminar. El problema era cómo llevar nadando un cubo lleno de peces sin perderlos por el camino. Nacho vio la solución en un trozo de alambre oxidado que encontró entre las piedras. Mientras ensartaba uno a uno los peces no dejaba de pensar que Tito tenía mujer y tres hijos, estaba desempleado y necesitaba llevar alimento a su casa. Por no humillarlo le mintió diciendo que se llevara él todos los peces porque su madre había comprado pescado y si le daba más se le dañaría.

Se desnudaron para nadar cómodamente y para enrollar entre la ropa los utensilios de pesca. El canal interior estaba tranquilo porque el islote hacía de rompeolas y los dos jóvenes braceaban sin dificultad mientras sujetaban con la boca las correas de los pantalones, con las que habían amarrado los envoltorios. Tito llevaba además enganchada al brazo izquierdo la sarta de peces, por lo que iba un poco rezagado.

De pronto Nacho oyó un fuerte zarpazo en el agua a sus espaldas. Miró hacia atrás y vio como si el mar hirviera alrededor de Tito, que gritaba con desesperación ¡Nacho, Nacho! mientras se hundía. Nadó hacia él sin comprender qué pasaba hasta que vio relucir el vientre y las aletas de un blanco enorme que giraba como él había visto que hacen estos tiburones cuando arrancan un bocado. Sin pensar en el peligro de ser atacado buscó a Tito, que se hundía, lo abrazó manteniéndole la cabeza fuera del agua y nadó vigorosamente con las piernas y la mano que le quedaba libre mientras Tito tosía y vomitaba el agua que había tragado. Cuando llegaron a tierra, Nacho se dio cuenta de que el brazo izquierdo de Tito había sido arrancado a la altura del codo. Pensó en un torniquete para parar el chorro de sangre, pero no había con qué porque todo lo que traían había desaparecido en el mar. Las casas del pueblo se veían a lo lejos como una promesa de salvación y Nacho se echó a la espalda a su amigo y corrió cuanto pudo.

Unas mujeres que chachareaban y reían mientras tendían ropa en la playa quedaron mudas por la sorpresa cuando vieron que se acercaba a toda carrera un muchacho cargando a otro, ambos completamente desnudos, que iban dejando un reguero rojo sobre la arena. Les dieron unas toallas para que se taparan y Nacho, sin pedir permiso a nadie, rompió una sábana que estaba tendida al sol, hizo un torniquete y vendó el muñón sangrante. Fue demasiado tarde. Tito estaba inconsciente por la pérdida de sangre. Llamaron a un vecino del pueblo que había sido instruido como asistente sanitario, pero no logró salvarlo. Nacho no pudo contener el llanto cuando comprobó que su amigo ya no respiraba.

El pueblo entero quedó conmocionado por aquella pérdida. Todos los vecinos conocían el mar y todos habían visto tiburones alimentándose, pero nunca se supo que atacaran tan cerca de la orilla. Decían que el olor a la sangre de los peces que traía Tito fue lo que provocó el ataque.

La viuda y los tres huérfanos vivieron un tiempo de la caridad de sus paisanos y después se fueron con unos parientes de la capital. Nacho no volvió a pescar nunca en su vida. Si trataba de comer pescado, vomitaba. Por fin se fue a trabajar al interior para no ver el mar ni oír el ruido de las olas, pero muchos años después todavía despertaba a medianoche asustado, soñando que la fiera se llevaba a su amigo mientras éste iba gritando desesperado: ¡Nacho, Nacho!

Suscríbete al newsletter #AlDíaConPanamáAmérica

Las noticias que importan directo a tu inbox

Google noticias Panamá América

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.

Clasiguía
Clasiguía

Contenido Patrocinado

Empresas enfrentan el desafío de proteger su operación digital ante ciberamenazas y fallos tecnológicos

Transforman ideas en negocios sostenibles en Donoso

Clientes de Caja de Ahorros se beneficiarán de pagos digitales con Yappy

¡Los nuevos Galaxy A56, A26 y A36 ya están en Panamá!

El juego cambia: Betcris se suma a la FPF para impulsar la pasión por el fútbol en Panamá

Últimas noticias

Pago de becas. Foto: Cortesía

Ifarhu inicia el pago del Pase-U a partir del 9 de junio a 900 mil estudiantes

Omar Smith, dirigente de Sitraibana.

Dirigentes bananeros viajarán a Panamá para dialogar sobre la Ley 45

Monitoreo de la calidad del agua. Foto: Cortesía

Minsa reitera que agua en Chitré y La Villa es apta para el consumo

Protesta por la situación que se vive en Haití. Foto: EFE

Panamá descarta por ahora envío de fuerzas a Haití y ofrece capacitar a policía haitiana

Aumentan los problemas por la escasez de agua en el Oeste




Panamá América
  • Siguenos en:
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias
Buscar
Mapa del sitio
Clasificados
Publicidad
Grupo EPASA
Crítica
Día a Día
Mujer
Cine
Recetas
Impresos

Miembro de:

Miembro del PAL
Sociedad de prensa
Grupo EPASA

Todos los derechos reservados Editora Panamá América S.A. - Ciudad de Panamá - Panamá 2025.

Prohibida su reproducción total o parcial, sin autorización escrita de su titular.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información "aquí".