Libertad para Ingrid Betancourt y demás rehenes
Publicado 2007/04/28 23:00:00
- REDACCION
Hace ya casi cinco años que fue secuestrada por las FARCla candidata presidencial Ingrid Betancourt, cuando en medio de la campaña de 2002 se dirigía hacia el municipio de San Vicente del Cagüan. Estaba al borde del colapso un proceso de diálogo abierto por el entonces presidente Andrés Pastrana con los guerrilleros. Desde entonces, junto a otras connotadas figuras de ese país, Ingrid Bethancourt ha permanecido en la selva colombiana, en medio de un proceso en el que la guerrilla propone canjear a los 59 secuestrados por medio millar de guerrilleros presos en las cárceles del país, y el Gobierno de Álvaro Uribe se resiste a la posibilidad de un acuerdo de esa naturaleza que legitimaría políticamente a los fuera de la ley.
En el contexto de una campaña internacional por la libertad de la Candidata presidencial colombiana, el 12 de abril 2007se realizó en el Centro Cultural de la Embajada de Francia en Panamá una conferencia con la Dra. Astrid Betancourt, hermana de Ingrid. Andre Dumoulin, educador belga residente en Panamá, y representan de la, (Federación de los Comités Ingrid Betancourt) propuso un examen de la situación de los secuestrados de Colombia, de la siguiente manera:
Según el programa Voces del Secuestro, en la actualidad hay mas de 4, 200 personas secuestradas en Colombia. La cantidad exacta es imposible a determinar, dado que existen secuestros que nunca son denunciados y que el pago de un rescate por parte de las familias es ilegal en Colombia, sin embargo muchas familias pagan sin denunciar. De tal manera que una cultura de la impunidad, y sobre todo una ley del silencio, reina en materia de secuestros.
Los secuestrados "políticos" de la guerrilla, que son negociables solamente contra la liberación de guerrilleros encarcelados, son solamente la punta del iceberg. Ellos son 59 personas. La característica de la situación de ellos es que no son intercambiables por dinero, sino contra guerrilleros encarcelados, pero se estima que la guerrilla Farc detiene también alrededor de 1, 500 rehenes "económicos", liberables contra rescates, y la delincuencia común detiene también más de 2, 000 personas.
Para Astrid Betancourt, en cualquier nación del mundo, tal situación generaría una revolución social contra aquellos que generan o toleran semejantes atrocidades. Pero en Colombia las victimas del secuestro y sus familiares no reciben asistencia efectiva del estado: Se cuenta que familias que se endeudan para pagar el rescate terminan pagando el doble o el triple a los bancos o a las financieras que adelantan el dinero de los rescates.
Hay una indiferencia de la sociedad hacia las consecuencias del secuestro para sus victimas.
En el libro "La industria del secuestro en Colombia" (pax Cristi Nederlands, 2004) las estrategias para poner fin a la tragedia del secuestro son las siguientes:
Acabar con el código de silencio. Si todas las partes involucradas empiezan a dialogar, este diálogo será el comienzo del fin del negocio.
El Derecho Internacional Humanitario (DIH). El secuestro de civiles dentro del contexto de una guerra civil es una grave violación al DIH. No solamente nos referimos a las instituciones estatales que han guardado silencio por mucho tiempo, sino también a las ONG internacionales de derechos humanos.
Una Corte Internacional. La comunidad internacional debe facilitar los juicios internacionales a los grupos armados ilegales que utilizan el secuestro como un instrumento de guerra. Una corte internacional podría servir como elemento de disuasión y como mecanismo para acelerar las negociaciones de paz. Cuando la Corte Penal Internacional empiece a funcionar como tal, tendrá la jurisdicción debida sobre el delito de toma de rehenes por parte de los grupos armados ilegales, siempre y cuando
Al drama del secuestro se añade el problema de la violencia que ha generado mas de tres millones de personas desplazadas, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
La violencia interna no ha bajado suficientemente bajo el gobierno Uribe: Entre julio de 2002 y junio de 2006, 11, 084 personas fueron asesinadas o "desaparecidas" en Colombia Hoy día, 7.7 personas mueren o desaparecen cada día, según los reportes de Amnistía Internacional.
Ingrid Betancourt, como símbolo de los secuestrados, ha sido nombrada -simbólicamente- ciudadana de honor en 1817 municipalidades en el mundo.
En Panamá, una solicitud para que la ciudad capital de Panamá se una al movimiento esta siendo evaluada por la Alcaldía.
Para Astrid Betancourt, la vida de su hermana Ingrid y de sus compañeros secuestrados depende en gran medida de la persistencia de una presión internacional sobre el gobierno y la guerrilla colombiana para lograrla liberación de los rehenes. Según Astrid, el gobierno colombiano nunca ha logrado asegurar por medio de la fuerza la liberación de un solo secuestrado de la guerrilla. Las unidades Gaulas anti-secuestro tuvieron algunos éxitos pero solamente en caso de secuestros perpetrados por delincuentes comunes en las ciudades. Nunca han logrado el rescate exitoso de secuestrados de la guerrilla en la jungla, donde las intervenciones difícilmente pueden tomar a los guerrilleros por sorpresa.
Astrid Betancourt agradece particularmente a Francia, y el Presidente Jacques Chirac que varias veces se comunicó con el Presidente Uribe para pedir evitar acciones militares que pudieran poner fin a la vida de los rehenes.
En Panamá, los eventos de Colombia son pocos presentados en los medios de prensa, por razones históricas: Panamá se separó de Colombia entre otras razones para dejar de ser partes de los conflictos civiles de Colombia. Sin embargo, Una Colombia más pacifica y segura seria de gran beneficio para la nación panameña.
En este contexto, las acciones de los comités Ingrid Betancourt van más allá de buscar simplemente la liberación de Ingrid Betancourt. Se trata de derrotar la industria del secuestro.
El apoyo e interés que dan países europeos a un intercambio humanitario entre el gobierno colombiano y la guerrilla no debe entenderse como una capitulación antes las practicas de de toma de rehenes. Mas bien se trata de poner a dialogar las partes, de romper la ley del silencio que rodea el tema del secuestro de personas, y se recomiendan también medidas tales como el envío de los responsables de secuestros políticos hacia el tribunal penal internacional, siendo Colombia signataria del tratado penal internacional.
"Decir no al olvido" : El último reporte de Amnistía Internacional presenta en portada las dos secuestradas mas famosas del mundo: Ingrid Betancourt de Colombia y Aung San Suu Kyi de Birmania.
En el contexto de una campaña internacional por la libertad de la Candidata presidencial colombiana, el 12 de abril 2007se realizó en el Centro Cultural de la Embajada de Francia en Panamá una conferencia con la Dra. Astrid Betancourt, hermana de Ingrid. Andre Dumoulin, educador belga residente en Panamá, y representan de la, (Federación de los Comités Ingrid Betancourt) propuso un examen de la situación de los secuestrados de Colombia, de la siguiente manera:
Según el programa Voces del Secuestro, en la actualidad hay mas de 4, 200 personas secuestradas en Colombia. La cantidad exacta es imposible a determinar, dado que existen secuestros que nunca son denunciados y que el pago de un rescate por parte de las familias es ilegal en Colombia, sin embargo muchas familias pagan sin denunciar. De tal manera que una cultura de la impunidad, y sobre todo una ley del silencio, reina en materia de secuestros.
Los secuestrados "políticos" de la guerrilla, que son negociables solamente contra la liberación de guerrilleros encarcelados, son solamente la punta del iceberg. Ellos son 59 personas. La característica de la situación de ellos es que no son intercambiables por dinero, sino contra guerrilleros encarcelados, pero se estima que la guerrilla Farc detiene también alrededor de 1, 500 rehenes "económicos", liberables contra rescates, y la delincuencia común detiene también más de 2, 000 personas.
Para Astrid Betancourt, en cualquier nación del mundo, tal situación generaría una revolución social contra aquellos que generan o toleran semejantes atrocidades. Pero en Colombia las victimas del secuestro y sus familiares no reciben asistencia efectiva del estado: Se cuenta que familias que se endeudan para pagar el rescate terminan pagando el doble o el triple a los bancos o a las financieras que adelantan el dinero de los rescates.
Hay una indiferencia de la sociedad hacia las consecuencias del secuestro para sus victimas.
En el libro "La industria del secuestro en Colombia" (pax Cristi Nederlands, 2004) las estrategias para poner fin a la tragedia del secuestro son las siguientes:
Acabar con el código de silencio. Si todas las partes involucradas empiezan a dialogar, este diálogo será el comienzo del fin del negocio.
El Derecho Internacional Humanitario (DIH). El secuestro de civiles dentro del contexto de una guerra civil es una grave violación al DIH. No solamente nos referimos a las instituciones estatales que han guardado silencio por mucho tiempo, sino también a las ONG internacionales de derechos humanos.
Una Corte Internacional. La comunidad internacional debe facilitar los juicios internacionales a los grupos armados ilegales que utilizan el secuestro como un instrumento de guerra. Una corte internacional podría servir como elemento de disuasión y como mecanismo para acelerar las negociaciones de paz. Cuando la Corte Penal Internacional empiece a funcionar como tal, tendrá la jurisdicción debida sobre el delito de toma de rehenes por parte de los grupos armados ilegales, siempre y cuando
Al drama del secuestro se añade el problema de la violencia que ha generado mas de tres millones de personas desplazadas, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
La violencia interna no ha bajado suficientemente bajo el gobierno Uribe: Entre julio de 2002 y junio de 2006, 11, 084 personas fueron asesinadas o "desaparecidas" en Colombia Hoy día, 7.7 personas mueren o desaparecen cada día, según los reportes de Amnistía Internacional.
Ingrid Betancourt, como símbolo de los secuestrados, ha sido nombrada -simbólicamente- ciudadana de honor en 1817 municipalidades en el mundo.
En Panamá, una solicitud para que la ciudad capital de Panamá se una al movimiento esta siendo evaluada por la Alcaldía.
Para Astrid Betancourt, la vida de su hermana Ingrid y de sus compañeros secuestrados depende en gran medida de la persistencia de una presión internacional sobre el gobierno y la guerrilla colombiana para lograrla liberación de los rehenes. Según Astrid, el gobierno colombiano nunca ha logrado asegurar por medio de la fuerza la liberación de un solo secuestrado de la guerrilla. Las unidades Gaulas anti-secuestro tuvieron algunos éxitos pero solamente en caso de secuestros perpetrados por delincuentes comunes en las ciudades. Nunca han logrado el rescate exitoso de secuestrados de la guerrilla en la jungla, donde las intervenciones difícilmente pueden tomar a los guerrilleros por sorpresa.
Astrid Betancourt agradece particularmente a Francia, y el Presidente Jacques Chirac que varias veces se comunicó con el Presidente Uribe para pedir evitar acciones militares que pudieran poner fin a la vida de los rehenes.
En Panamá, los eventos de Colombia son pocos presentados en los medios de prensa, por razones históricas: Panamá se separó de Colombia entre otras razones para dejar de ser partes de los conflictos civiles de Colombia. Sin embargo, Una Colombia más pacifica y segura seria de gran beneficio para la nación panameña.
En este contexto, las acciones de los comités Ingrid Betancourt van más allá de buscar simplemente la liberación de Ingrid Betancourt. Se trata de derrotar la industria del secuestro.
El apoyo e interés que dan países europeos a un intercambio humanitario entre el gobierno colombiano y la guerrilla no debe entenderse como una capitulación antes las practicas de de toma de rehenes. Mas bien se trata de poner a dialogar las partes, de romper la ley del silencio que rodea el tema del secuestro de personas, y se recomiendan también medidas tales como el envío de los responsables de secuestros políticos hacia el tribunal penal internacional, siendo Colombia signataria del tratado penal internacional.
"Decir no al olvido" : El último reporte de Amnistía Internacional presenta en portada las dos secuestradas mas famosas del mundo: Ingrid Betancourt de Colombia y Aung San Suu Kyi de Birmania.
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