Panamá es un país hostil para las artes
- Carlos Atencio
Los 18 músicos de este proyecto son profesores, estudiantes y administrativos, todos vinculados a la Universidad y apoyan este movimiento orquestal sin ningún interés ni remuneración económica.
Néstor Castillo cree que un día tiene espacio para todo. Llega a las ocho de la mañana a atender los asuntos prioritarios en la Dirección de Cultura de la Universidad de Panamá, luego se traslada al campus Harmodio Arias Madrid donde labora como docente, para regresar en la tarde a la oficina a atender otras actividades, y si no hay otros compromisos, como exposiciones de arte y presentaciones musicales, se va a casa a escribir algo de música.
Esa es la vida que Néstor eligió desde pequeño y es la que quiere seguir viviendo. Está en la música cumpliendo un anhelo de su infancia, ya que siempre le atrajo la música y sus padres sabiamente lo acercaron a esta y a la cultura en general.
En ese camino se fue encontrando con "esas cosas" que sus padres buscaban que el aprendiese: la poesía, la música, la pintura y el teatro.
Cuando llegó el momento, este joven veragüense, hijo de un profesor de español, comunicó a los padres que lo que quería estudiar era música. "Quiero ser director de orquesta", decía.
En principio, ellos mostraron recelo por la profesión que escogió Néstor, pero luego fueron el mayor soporte para el estudio de una profesión -licenciatura en Dirección de Orquestas"- que aún no se dicta en Panamá y que no se tiene previsto implementar en los planes de estudio.
Luego de buscar en varios centros educativos encontraron un cupo para estudiar en Brasil, en la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde obtuvo la Licenciatura en Dirección de Orquestas; luego hizo el profesorado en Dirección de Orquesta. Más tarde su padre vio un anuncio sobre una beca para estudiar en Estados Unidos, ofrecida por la OEA. El profesor Castillo recuerda que "metieron los papeles" y fue elegido. Poco tiempo después regresó con la maestría en Dirección de Orquestas. Tres diplomas sobre una misma temática.
Así, se resumen los primeros años de este músico que dirige la Dirección de Cultura de la Universidad de Panamá, y quien ha desarrollado una carrera en la docencia artística. En los 30 años como profesor, ha desempeñado muchos cargos: director del Departamento de Música, Coordinador de Maestrías, Decano de la Facultad de Bellas Artes y Director de Cultura (dos veces).
Además de las funciones administrativas y docentes, él dirige el proyecto de la Orquesta Filarmónica, iniciado el 8 de agosto de 1988. Viente años después, el profesor Néstor Castillo, dice que todavía no son una orquesta filarmónica como tal, pero cree que algún día serán una gran filarmónica.
"Nos faltan muchos elementos, más cuerdas, violines, violas, violonchelos, además de los recursos para adquirir estos instrumentos y para darle el mantenimiento. También se necesita un espacio físico donde ensayar", dice.
Los 18 músicos de este proyecto son profesores, estudiantes y administrativos, todos vinculados a la Universidad y apoyan este movimiento orquestal sin ningún interés ni remuneración económica.
"Son gente muy firme, uno de los mejores músicos que hay en Panamá está en este proyecto filarmónico, otros han sido formados por mí, pero ya me han superado, componen, cantan y encantan", asegura.
Luchando contra la corriente.
"Soy un panameño dedicado a la música que ha sacrificado muchas cosas y muchas personas. Detrás de mi está el sacrificio de mis padres, mi esposa e hija, que sufren porque el tiempo que queda lo dedico a la música, única forma de hacer música en un país hostil a las artes.
Sobre los tipos de música, el profesor Castillo detalla que esta es una sola, solo que se realiza en diferentes niveles de elaboración. Hay música más y menos elaborada, hay música para algunos fines, hay música con fines religiosos, con fines terapéuticos, de entretenimiento, para ballet, para bailar y para ser felices.
Los procesos de composición.
Uno, que es comparado con la forma en que un periodista recrea un reportaje en su mente, antes de escribirlo, viendo todas las partes y los datos para luego plasmarlo en el papel. Otras veces, se puede trabajar poco a poco hasta que finalmente se logra la pieza. En resumen, hay dos formas de las cuales se desprenden muchas. Recomiendo a mis estudiantes no dejar todo para última hora, aunque si le sale la pieza de una sola vez, perfecto.
Durante los meses de verano de este año, esta filarmónica ha visitado Boquete, David, Natá, y están en agenda Chitré, Las Tablas, Penonomé y la ciudad capital, gracias a instituciones que comparten el propósito de llevar música a todos los rincones. Esto, a su vez, les sirve a los músicos para perfeccionar. "Pienso que la única forma de mejorar es tocando más. El público es lo que mejora al artista, por ello, ensayamos todos los sábados de forma abierta al público en el salón F112".
Atrás quedan esos momentos en que pedían en sus mentes que el público no pidiese otra canción adicional porque solamente tenían tres. Hoy cuentan con un repertorio de 210 piezas, todas escritas por ellos mismos y que interpretan en graduaciones de universidades privadas. Estos temas luego de escritos hay que dárselos a los músicos, para que ellos hagan los aportes. "Toda la pieza debe sufrir una adaptación, de cada músico", explica.
En cuanto a las lecturas de este director de orquesta, que fue asistente del director de la Orquesta Sinfónica por 15 años, señala que "hay que leer de todo, desde los grafitis hasta periódicos, libros, la Internet, para ver qué hace la gente.
De los años de estudio en Brasil recuerda la gente, a la que señala como más suave que la panameña, también recuerda un diccionario de portugués que su padre le dio para que aprendiese conceptos durante el viaje.
El profesor dice que se necesita de más premios e incentivos para las ramas en las que se sostiene la Dirección de Cultura, que son: la música, la danza, artes visuales, folclor, teatro y llevarlas a la comunidad por medio de la prestación de servicios y con el programa la Universidad en la Comunidad.
Otras opciones son los cursos libres de artes, para niños y jóvenes, cursos de teatro, de cine y televisión, de pintura y escultura, el taller Benítez y los grupos de danza. En cuanto a la música, están los grupos musicales, la Orquesta Sinfónica de la Universidad y Filarmónica.
Finalmente, este músico reconoce que el público citadino es diferente del interiorano. La gente del interior es más atenta y los recibe con más calidez, mientras que en la ciudad el ruido causa distracción y hacen a las personas presten menos atención.
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