Participios bifrontes
- Ariel Barría Alvarado
Calma, calma, no se asuste; sucede que quise darles este nombre de mayor sonoridad a ciertos modos verbales que tienen dos formas de expresarse, siendo ambas correctas, y a los que se conoce como dobles participios.
Escogí el tema porque en la columna pasada (“¿Puedo escribir ‘hubieron’?”, 19 de junio), cité una consulta algo desacertada que me hizo un amigo, y este quedó algo mohíno por la alusión. Para compensar un poco el daño hecho a su orgullo, voy a citar otro incidente similar que ocurrió, aunque esta vez no fue a la misma persona (en realidad si fue a él, pero le prometí que no lo diría; ustedes, guarden el secreto).
El asunto es que una compañera de trabajo, en medio de sus tareas, dijo en voz alta: “¿Alguien ha imprimido hoy algún documento?” Eso ocurrió como a las nueve de la mañana de un martes, desde esa hora hasta que aparecí por ahí, a la misma hora del día siguiente, se le mantuvo arrinconada tras un muro de sornas y vacilones. No es que uno tenga la última palabra en la materia, Dios me libre; lo que sí es que ante dudas como esa, lo más aconsejable es acudir a la Corte Suprema de la Lengua (el diccionario, hombre, el diccionario), que no tarda ni zigzaguea para dar su fallo; eso es lo que suelo hacer ante dudas semejantes.
La muchacha, y tampoco sus detractores, tomaron la iniciativa de hacer la consulta oportuna a una fuente idónea, pero al verme ahí quisieron echar sal sobre la herida, y me relataron la historia que acabo de relatar. Como yo no me uní al coro, pensaron que algo no estaba saliendo como pensaban (se equivocaron; si hubiese sido una falla de la joven, tampoco me habrían visto en la grita aquella; el idioma es un mar inmenso y casi siempre nos limitamos a realizar navegación de cabotaje). Lo que sí hice fue pedirle la computadora a la dama escarnecida, para copiarle el texto subtitulado “Dobles participios”, bajo el aval de la Real Academia Española. Luego le recomendé que pegara la hoja en el tablero de anuncios de la oficina, entre los cumpleañeros del mes. De ese modo, los demás pudieron leer:
“Los únicos verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro irregular, son imprimir (imprimido/impreso), freír (freído/frito) y proveer (proveído/provisto), con sus respectivos derivados. Los dos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica…”
* Hemos imprimidoveinte ejemplares / Habían impresolas copias en papel fotográfico.
* Nos hemos proveídode todo lo necesario / Se había provistode víveres abundantes.
* Las empanadillas han de ser freídasdos horas antes / Nunca había fritoun huevo.”
Claro, la costumbre es que usamos más una forma que la otra, pero eso no significa que es condenable el otro uso (y menos en la forma poco cordial con la que denostaron a la compañera, ahora muy oronda).
Sus apedreadores me lanzaron una mirada de pocos amigos, y entre ellos (el de la historia anterior) pronunció un: “¡Por culpa de esos profesores que no saben nada es que andamos así! Dizque imprimido, dizque proveído, dizque freído… ¡Cha!”
Algo más dijo, o dijeron, pero ya no los oí: me envolvía el abejeo de sonrisas de mi buena amiga resarcida.
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