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‘Pro populo et civitate’
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Mónica Miguel Franco (Antropóloga y escritora) / PANAMA AMERICAMuchos estarán extrañados con el latinajo que les acabo de soltar en el título.Pero espero que algunos hayan reconocido en esas palabras los caracteres grabados en el frontispicio del palacio municipal de Panamá que significan ‘para el pueblo y la ciudad’.Ya sé que soy un poco repetitiva con éste tema del latín, pero claro, como casi nadie conoce ya la lengua de Séneca, y los políticos menos que nadie, la frase y su significado pasan desapercibidos para casi todos.‘Para el pueblo y la ciudad’, qué bien suena eso, ¿verdad? Y a todos nos gustaría que fuera verdad.A todos nos gustaría que los políticos se dedicaran realmente a los ciudadanos y a la ciudad.Al país, no a sus intereses personales, no a imitar un pobre remedo de mesías salvadores.No necesitamos que nadie nos salve.Necesitamos políticos que se den cuenta de que la basura nos come por las patas arriba.Que la ciudad está hecha una pocilga.Que debe implementarse un sistema de recogida de basuras eficiente y que las hormiguitas, ellas solas, no pueden con la cantidad de porquería que hay en las aceras.Necesitamos políticos que entiendan que la estética es importante para el ser humano, que las ciudades bonitas son un acicate para ser mejores ciudadanos, que se ha probado y comprobado en numerosas ocasiones que las aceras reparadas, las avenidas cuidadas, los jardines pulidos, tienen un efecto sobre las personas.Lo que vemos día a día en nuestra ciudad es todo lo contrario, la desidia y el poco importa campan por sus respetos.Las papeleras dañadas con la basura regada alrededor.Las pocas aceras que existen, destrozadas.Los pedazos de césped esmirriado que hay en ellas comiendo espacio para poder pasar, en lugar de estar verdes y lozanos, están resecos en verano y hechos un monte amenazador en invierno.La ciudad está sucia y mal cuidada en general.Claro que si te vas a los barrios yeyés la cosa cambia, pero eso también desazona y provoca un malestar en el resto de la ciudadanía, ¿por qué ellos sí y nosotros no? ¿Por qué ellos tienen derecho a tener aceras y entornos bonitos y yo tengo que vivir en medio del desastre?No me vengan ahora con comentario demagógicos y estupideces del tipo: ‘es que el panameño no sabe cuidar las cosas’, ‘es que a los pobres les gusta vivir así’.A nadie le gusta vivir en la pobreza y la fealdad.Ni siquiera a los cerdos, a pesar de la mala fama que tienen, si les das la opción, son unos bichos muy limpios.Los políticos tienen que ser conscientes de esto de una vez por todas, es su obligación, para eso les pagamos sus sueldos, lo otro que farfullan en sus discursos está muy bien y no digo yo que no sea importante, pero los datos de la macroeconomía no me consuelan cuando saco a pasear a mis perras y me deprimo al ver la decadencia horrenda que me rodea.Prefiero una ciudad que me provoque el síndrome de Stendhal a una que lo único que me provoca es arcadas cuando paso por un tinaco y me encuentro un monstruo de la basura pugnando por salir de él.Y no es el monstruo agradable y simpaticón de Plaza Sésamo, no.Es uno maloliente y que trae consigo montones de enfermedades.Todos tenemos que poner de nuestra parte, es cierto, y a los que tiran desperdicios desde la ventanilla de sus carros deberían cortarles las manos, pero eso no es óbice para que los que tienen que hacer, hagan.Sin excusas.