Sin presiones, ni temor
Publicado 2004/03/28 00:00:00
- Por Julio Bermúdez Valdés
Es una de los fiscales anticorrupción. La llaman la decana después de casi treinta años en el ejercicio. Ha servido bajo la dirección de 13 procuradores, fue destituida y reintegrada en su cargo. Confiesa que lo importante no es ceder sumisa ante una orden, sino preservar su buen nombre y su reputación.
Como siempre, aquella pelea de Roberto Durán había paralizado el país, y en más de una casa amigos y familiares se habían reunido para ver el esperado combate. Ni un alma en la calle, todo desierto, como quien apuesta a un latido colectivo la existencia del corazón. No recuerda con quien peleaba Roberto, pero los fiscales no eran la excepción, también ellos estaban tensos y a la expectativa. Era "el cholo", acaparando el sentimiento de dos millones de panameños aquella noche, como en otras tantas ocasiones. Todo estaba dispuesto para ver al "mano de piedra" cuando una llamada telefónica le anunció que en una de las calles de las áreas revertidas, en Balboa, había un accidente vehicular y los ocupantes de los autos, todos jóvenes, estaban muertos.
Cecilia López había reemplazado en la recién creada Fiscalía Novena al abogado Rafael Guerrero, quien había pasado a la Fiscalía Auxiliar. La creación de la Fiscalía era parte de ese calendario descolonizador producido por los Tratados Torrijos-Carter, y que implicaba la sustitución de todo el andamiaje jurídico que los norteamericanos habían mantenido en la colonia hasta 1979. Así que desde lo que antes había sido el despacho del Fiscal norteamericano, ahora Cecilia López actuaba como Fiscal Novena de Circuito, lo que hacía que aquella noche debiera atender el accidente anunciado. Le pidió entonces a Guillermina Mc Donalds, otra fiscal, que la acompañara.
Pero las cosas no serían sencillas. Ya en ese momento las relaciones de Panamá con Estados Unidos eran tensas, y el entonces General Manuel Antonio Noriega, Comandante de las Fuerzas de Defensa, había dado la orden de no establecer contactos con los estadounidenses que mantenían aun bases militares en esa zona. Así que esa noche el conductor que debía transportarla hasta el lugar del accidente recibió una orden del militar encargado en Balboa para que no la llevara a la misión. Situación difícil, por cuanto que según los Tratados, los casos de justicia ocurridos en el área debían ser atendidos por las autoridades panameñas. Cuando ocurrían dentro de las bases quedaban en manos de los militares norteamericanos, pero cuando estos infringían la ley fuera de ellas, entonces Panamá tenía la potestad de atenderlos o bien cederlos a las autoridades estadounidenses. Hubo una ocasión en que dos boinas verdes del ejército de Estados Unidos violaron a una panameña, y aun cuando los militares extranjeros pidieron que Panamá cediera la atención del caso, López se opuso, pidió que testificaran y pese a la resistencia logró el objetivo. Militza Hernández, hoy Magistrada de Familia, se convirtió entonces en la primera jueza panameña en sancionar a soldados estadounidenses.
Así que la noche de la pelea de Durán, Cecilia López debía decidir entre una conducta sumisa ante la orden del encargado de Balboa o llegar hasta el sitio del accidente. Fue entonces cuando le dijo al conductor que, aun cuando comprendía su posición, porque podían hasta destituirlo por incumplir una orden superior, tenía que llevarlas, junto a Guillermina, hasta el lugar del hecho, y si quería después podía desaparecer. El conductor las llevó y no supo más de él.
En ese momento Cecilia López ratificaba una conducta que la caracterizaría en lo adelante, en momentos cruciales: "No aceptar presiones, ni llamadas indicándole qué hacer o que no hacer, en materia legal". Lo que la enfrentaría, por supuesto, a situaciones difíciles, incluida la destitución de su cargo.
Cecilia Raquel López Fitzpatrick es una abogada con casi 30 años de ejercicio, la mayoría de los cuales los ha desempeñado en el Ministerio Público en varias Fiscalías. Hoy es Fiscal Anticorrupción.
Hija de Carlos Lisandro López Schaw, un economista oriundo de Las Tablas, quien ejerció como auditor durante su ejecutoria pública y fue viceministro de Comercio e Industria durante el gobierno del General Omar Torrijos, entre otros muchos cargos, y de Alicia Fitzpatrick, una bocatoreña hija de irlandés, maestra y que dedicó su vida a la atención del hogar.
Egresada del colegio María Inmaculada, se recibió como licenciada en Derecho y Ciencias políticas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá, en una promoción de la que hicieron parte, entre otros, los hoy abogados Carlos Villaláz, José Troyano, Antonia Rodríguez French, Rubén Blades y Miguel Antonio Bernal.
"Tuve la dicha de contar con los mejores profesores que tenía la Facultad en ese momento -afirma- y cita a Camilo Pérez, Dulio Arroyo, Narciso Garay, Eloy Benedetti, Pedro Barsallo, Secundino Torres Gudiño, Humbeto Ricord, Julio Linares. Ellos influyeron decisivamente en mi formación profesional".
Su decisión de ser abogada la atribuye a la influencia de su padre, de quien admira su tenacidad, y por parte del cual procede de una familia con una larga trayectoria en el derecho. Carlos Laureano López, su abuelo, fue Procurador de la Nación; una calle en Las Tablas, en Punta Fogón lleva su nombre. Jacinto "Chinto" López y León, su tío, fue diputado y legislador, en una familia identificada siempre con el Partido Liberal; Germán López fue Magistrado de la Corte Suprema de Justicia y miembro fundador de la firma Morgan&Morgan; Carlos Lucas López, de la firma Galindo, Arias y López, fue Magistrado Presidente de la Corte Suprema de justicia.
Fue asesora legal en el Ministerio de Vivienda, su primer trabajo, en 1974, en la Dirección General de Arrendamiento, y en 1976, por intermedio de Rafael Rodríguez, entonces uno de los Fiscales Superiores, ocupa una vacante en el Ministerio Público.
Sus largos años en el Ministerio Público le indican que en la lucha contra la corrupción es decisivo el papel del órgano ejecutivo. Recuerda que en 1982, cuando el escándalo de la Caja de Seguro Social, fue determinante en la investigación el papel del entonces jefe de la Guardia Nacional, Rubén Darío Paredes, debido a su apoyo al Procurador de ese entonces.
Como Fiscal Anticorrupción siente que "si no hay apoyo del ejecutivo para luchar contra la corrupción, nos encontramos con todo tipo de obstáculos".
"Cuando a mi me toca el asunto del HP 1430, porque en realidad no sabemos que hay en el fondo, ya usted ve reacciones cuando salgo a la luz pública y digo que ese helicóptero lo hundieron. Al principio no tenía evidencia, me lo habían comentado. Yo no sabía cómo comprobar que eso era cierto, porque tenía mucha resistencia en la información. Es a través de una inspección que yo hago en un expediente que lleva la compañía de seguro, que veo el informe, y veo lo del hundimiento, y digo, pero qué pasó aquí? Y eso lo sabían los del Servicio Marítimo Nacional y nunca me lo revelaron. Usted ve allí una resistencia. Y sale en los medios de comunicación que debo renunciar porque estoy haciendo revelaciones que son de una investigación".
"En el caso del Banco Nacional, la Corte asume decisiones muy fuertes, porque el asunto ha tomado magnitudes escandalosas en cuanto a la participación de una serie de funcionarios, particulares, abogados y otros. En la medida en que la Corte empiece a dar el ejemplo en esa misma medida la gente va a ver un resultado en el cambio de actitud frente a la visión de corrupción. Aquí han habido muchas cosas que han sido cuestionadas: Panamá Ports, el CEMIS, la gente está esperando resultados. Una cosa tan evidente como que un legislador sale ante la faz del país con dólares, y usted ve el desprecio con que la Asamblea se ha pronunciado."
Cecilia López: ¿"Usted cree que se puede ir contra una Asamblea ?. Yo creo que sí debiera cambiarse o reforzarse la fiscalía de corrupción como lo ha hecho un Baltazar Garzón. El conoce todos los casos, no importa que sea un ministro. Y así debe ser para darle todo el poder a esa persona para poder investigar."
Falta una ley que proteja al funcionario denunciante del acto. Aplicar la ley de transparencia, para ver en qué se gastan nuestros impuestos
Nuestra entrevistada se pronuncia por un cambio de actitud en defensa de la democracia, porque aun cuando subraya la lucha por el cambio, siente que el país salió de una dictadura de militares para entrar en una de partidos políticos.
Pese a los esfuerzos de su propia Fiscalía y del Ministerio Público Cecilia López estima que faltan medidas para fortalecer la batalla contra la corrupción. "Falta -indica- una ley que proteja al funcionario denunciante del acto. Aplicar la ley de transparencia, para ver en qué se gastan nuestros impuestos."
La Fiscal anticorrupción aplaude, por ejemplo, el reciente caso de la Lotería, donde la Directora de esa entidad puso al funcionario sospechoso del ilícito a disposición del Ministerio Público.
Pero -le decimos- a veces la cárcel y las sanciones huelen a pobres y no a "monosgordos".
"Yo comparto esa opinión porque a pesar de que manejo los casos anticorrupción no conozco de casos de legisladores , ministros, magistrados, por que hay una clasificación. Nosotros no podemos investigar a esos funcionarios. En otras ocasiones que hemos ordenado la detención los fallos que han venido han sido de reemplazar esa orden con medidas cautelares porque consideran que la persona no constituye ningún peligro para la sociedad. Ahí entra en juego lo que uno debe llamar "peligro para la sociedad". Tanto peligro es para la sociedad el que esgrime un arma y asalta un banco, como peligro para la sociedad es el que se mueve en el mundo de la impunidad moviendo grandes sumas de dineros, aunque sean personas que no hayan tenido antecedentes penales.
Seis meses antes de la invasión del 20 de diciembre de 1989, Cecilia López fue destituida de su cargo por oponerse al cierre del periódico "el Extra". Fue su prueba de fuego, y el momento más difícil de su carrera. En esa ocasión emitió un concepto contrario a las intenciones del régimen de turno, porque estimó que no había causa para la sanción.
Es una mentira pensar que fallar en función de quedar bien con un gobernante de turno puede preservarle su puesto al funcionario
En 1983 cuando los militares le piden a Rafael Rodríguez la renuncia, es junto a Guillermina Mc Donalds, Maria Elena Valdés y Alma de Vallarino solidaria con el Procurador, y le pide que no renuncie porque era titular en derecho, tras haber sido nombrado por la Asamblea, y se enfrenta a los agentes del G-2 que se habían tomado la Procuraduría. Sostiene que existen diferencias entre las etapas de Torrijos y la de Noriega. En la de este último, junto a Mc Donalds, Valdés y Vallarino constituyen lo que llama una especie de "resistencia francesa", que coordina y traza líneas para evitar que en su trabajo tengan repercusión los lineamientos que vienen de los cuarteles. "Ahora puedo decirlo abiertamente", enfatiza.
Cree que la impunidad resultante de la amistad o la relación política deben ser superadas. Es -dice- una deuda que tenemos con el pueblo, y advierte que es una equivocación de esos colectivos pensar que si ponen las denuncias abiertamente sus partidos no saldrán favorecidos. Estima que es todo lo contrario.
En el ejercicio mismo de fiscal, Cecilia López es mucho más radical, y sentencia que es una mentira pensar que fallar en función de quedar bien con un gobernante de turno puede preservarle su puesto al funcionario. Lo importante es - a su criterio- preservar su buen nombre, y que nadie lo señale a uno cuando deje la Institución.
Pero hay otra manera? Arjona no las señaló, y es posible que la respuesta corresponda a otros sectores de la sociedad en instantes en que más y más sectores reclaman mayor participación en las decisiones y aspectos fundamentales de la vida de la República. Para el Magistrado Presidente saliente preservar y desarrollar lo actuado es uno de esos compromisos.
Al menos así lo señaló cuando asumió el cargo: "Si algo queda claro es que esta transformación solo puede alcanzarse a través de la decidida y entusiasta participación ciudadana".
Cecilia López había reemplazado en la recién creada Fiscalía Novena al abogado Rafael Guerrero, quien había pasado a la Fiscalía Auxiliar. La creación de la Fiscalía era parte de ese calendario descolonizador producido por los Tratados Torrijos-Carter, y que implicaba la sustitución de todo el andamiaje jurídico que los norteamericanos habían mantenido en la colonia hasta 1979. Así que desde lo que antes había sido el despacho del Fiscal norteamericano, ahora Cecilia López actuaba como Fiscal Novena de Circuito, lo que hacía que aquella noche debiera atender el accidente anunciado. Le pidió entonces a Guillermina Mc Donalds, otra fiscal, que la acompañara.
Pero las cosas no serían sencillas. Ya en ese momento las relaciones de Panamá con Estados Unidos eran tensas, y el entonces General Manuel Antonio Noriega, Comandante de las Fuerzas de Defensa, había dado la orden de no establecer contactos con los estadounidenses que mantenían aun bases militares en esa zona. Así que esa noche el conductor que debía transportarla hasta el lugar del accidente recibió una orden del militar encargado en Balboa para que no la llevara a la misión. Situación difícil, por cuanto que según los Tratados, los casos de justicia ocurridos en el área debían ser atendidos por las autoridades panameñas. Cuando ocurrían dentro de las bases quedaban en manos de los militares norteamericanos, pero cuando estos infringían la ley fuera de ellas, entonces Panamá tenía la potestad de atenderlos o bien cederlos a las autoridades estadounidenses. Hubo una ocasión en que dos boinas verdes del ejército de Estados Unidos violaron a una panameña, y aun cuando los militares extranjeros pidieron que Panamá cediera la atención del caso, López se opuso, pidió que testificaran y pese a la resistencia logró el objetivo. Militza Hernández, hoy Magistrada de Familia, se convirtió entonces en la primera jueza panameña en sancionar a soldados estadounidenses.
Así que la noche de la pelea de Durán, Cecilia López debía decidir entre una conducta sumisa ante la orden del encargado de Balboa o llegar hasta el sitio del accidente. Fue entonces cuando le dijo al conductor que, aun cuando comprendía su posición, porque podían hasta destituirlo por incumplir una orden superior, tenía que llevarlas, junto a Guillermina, hasta el lugar del hecho, y si quería después podía desaparecer. El conductor las llevó y no supo más de él.
En ese momento Cecilia López ratificaba una conducta que la caracterizaría en lo adelante, en momentos cruciales: "No aceptar presiones, ni llamadas indicándole qué hacer o que no hacer, en materia legal". Lo que la enfrentaría, por supuesto, a situaciones difíciles, incluida la destitución de su cargo.
Cecilia Raquel López Fitzpatrick es una abogada con casi 30 años de ejercicio, la mayoría de los cuales los ha desempeñado en el Ministerio Público en varias Fiscalías. Hoy es Fiscal Anticorrupción.
Hija de Carlos Lisandro López Schaw, un economista oriundo de Las Tablas, quien ejerció como auditor durante su ejecutoria pública y fue viceministro de Comercio e Industria durante el gobierno del General Omar Torrijos, entre otros muchos cargos, y de Alicia Fitzpatrick, una bocatoreña hija de irlandés, maestra y que dedicó su vida a la atención del hogar.
Egresada del colegio María Inmaculada, se recibió como licenciada en Derecho y Ciencias políticas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá, en una promoción de la que hicieron parte, entre otros, los hoy abogados Carlos Villaláz, José Troyano, Antonia Rodríguez French, Rubén Blades y Miguel Antonio Bernal.
"Tuve la dicha de contar con los mejores profesores que tenía la Facultad en ese momento -afirma- y cita a Camilo Pérez, Dulio Arroyo, Narciso Garay, Eloy Benedetti, Pedro Barsallo, Secundino Torres Gudiño, Humbeto Ricord, Julio Linares. Ellos influyeron decisivamente en mi formación profesional".
Su decisión de ser abogada la atribuye a la influencia de su padre, de quien admira su tenacidad, y por parte del cual procede de una familia con una larga trayectoria en el derecho. Carlos Laureano López, su abuelo, fue Procurador de la Nación; una calle en Las Tablas, en Punta Fogón lleva su nombre. Jacinto "Chinto" López y León, su tío, fue diputado y legislador, en una familia identificada siempre con el Partido Liberal; Germán López fue Magistrado de la Corte Suprema de Justicia y miembro fundador de la firma Morgan&Morgan; Carlos Lucas López, de la firma Galindo, Arias y López, fue Magistrado Presidente de la Corte Suprema de justicia.
Fue asesora legal en el Ministerio de Vivienda, su primer trabajo, en 1974, en la Dirección General de Arrendamiento, y en 1976, por intermedio de Rafael Rodríguez, entonces uno de los Fiscales Superiores, ocupa una vacante en el Ministerio Público.
Sus largos años en el Ministerio Público le indican que en la lucha contra la corrupción es decisivo el papel del órgano ejecutivo. Recuerda que en 1982, cuando el escándalo de la Caja de Seguro Social, fue determinante en la investigación el papel del entonces jefe de la Guardia Nacional, Rubén Darío Paredes, debido a su apoyo al Procurador de ese entonces.
Como Fiscal Anticorrupción siente que "si no hay apoyo del ejecutivo para luchar contra la corrupción, nos encontramos con todo tipo de obstáculos".
"Cuando a mi me toca el asunto del HP 1430, porque en realidad no sabemos que hay en el fondo, ya usted ve reacciones cuando salgo a la luz pública y digo que ese helicóptero lo hundieron. Al principio no tenía evidencia, me lo habían comentado. Yo no sabía cómo comprobar que eso era cierto, porque tenía mucha resistencia en la información. Es a través de una inspección que yo hago en un expediente que lleva la compañía de seguro, que veo el informe, y veo lo del hundimiento, y digo, pero qué pasó aquí? Y eso lo sabían los del Servicio Marítimo Nacional y nunca me lo revelaron. Usted ve allí una resistencia. Y sale en los medios de comunicación que debo renunciar porque estoy haciendo revelaciones que son de una investigación".
"En el caso del Banco Nacional, la Corte asume decisiones muy fuertes, porque el asunto ha tomado magnitudes escandalosas en cuanto a la participación de una serie de funcionarios, particulares, abogados y otros. En la medida en que la Corte empiece a dar el ejemplo en esa misma medida la gente va a ver un resultado en el cambio de actitud frente a la visión de corrupción. Aquí han habido muchas cosas que han sido cuestionadas: Panamá Ports, el CEMIS, la gente está esperando resultados. Una cosa tan evidente como que un legislador sale ante la faz del país con dólares, y usted ve el desprecio con que la Asamblea se ha pronunciado."
Cecilia López: ¿"Usted cree que se puede ir contra una Asamblea ?. Yo creo que sí debiera cambiarse o reforzarse la fiscalía de corrupción como lo ha hecho un Baltazar Garzón. El conoce todos los casos, no importa que sea un ministro. Y así debe ser para darle todo el poder a esa persona para poder investigar."
Falta una ley que proteja al funcionario denunciante del acto. Aplicar la ley de transparencia, para ver en qué se gastan nuestros impuestos
Nuestra entrevistada se pronuncia por un cambio de actitud en defensa de la democracia, porque aun cuando subraya la lucha por el cambio, siente que el país salió de una dictadura de militares para entrar en una de partidos políticos.
Pese a los esfuerzos de su propia Fiscalía y del Ministerio Público Cecilia López estima que faltan medidas para fortalecer la batalla contra la corrupción. "Falta -indica- una ley que proteja al funcionario denunciante del acto. Aplicar la ley de transparencia, para ver en qué se gastan nuestros impuestos."
La Fiscal anticorrupción aplaude, por ejemplo, el reciente caso de la Lotería, donde la Directora de esa entidad puso al funcionario sospechoso del ilícito a disposición del Ministerio Público.
Pero -le decimos- a veces la cárcel y las sanciones huelen a pobres y no a "monosgordos".
"Yo comparto esa opinión porque a pesar de que manejo los casos anticorrupción no conozco de casos de legisladores , ministros, magistrados, por que hay una clasificación. Nosotros no podemos investigar a esos funcionarios. En otras ocasiones que hemos ordenado la detención los fallos que han venido han sido de reemplazar esa orden con medidas cautelares porque consideran que la persona no constituye ningún peligro para la sociedad. Ahí entra en juego lo que uno debe llamar "peligro para la sociedad". Tanto peligro es para la sociedad el que esgrime un arma y asalta un banco, como peligro para la sociedad es el que se mueve en el mundo de la impunidad moviendo grandes sumas de dineros, aunque sean personas que no hayan tenido antecedentes penales.
Seis meses antes de la invasión del 20 de diciembre de 1989, Cecilia López fue destituida de su cargo por oponerse al cierre del periódico "el Extra". Fue su prueba de fuego, y el momento más difícil de su carrera. En esa ocasión emitió un concepto contrario a las intenciones del régimen de turno, porque estimó que no había causa para la sanción.
Es una mentira pensar que fallar en función de quedar bien con un gobernante de turno puede preservarle su puesto al funcionario
En 1983 cuando los militares le piden a Rafael Rodríguez la renuncia, es junto a Guillermina Mc Donalds, Maria Elena Valdés y Alma de Vallarino solidaria con el Procurador, y le pide que no renuncie porque era titular en derecho, tras haber sido nombrado por la Asamblea, y se enfrenta a los agentes del G-2 que se habían tomado la Procuraduría. Sostiene que existen diferencias entre las etapas de Torrijos y la de Noriega. En la de este último, junto a Mc Donalds, Valdés y Vallarino constituyen lo que llama una especie de "resistencia francesa", que coordina y traza líneas para evitar que en su trabajo tengan repercusión los lineamientos que vienen de los cuarteles. "Ahora puedo decirlo abiertamente", enfatiza.
Cree que la impunidad resultante de la amistad o la relación política deben ser superadas. Es -dice- una deuda que tenemos con el pueblo, y advierte que es una equivocación de esos colectivos pensar que si ponen las denuncias abiertamente sus partidos no saldrán favorecidos. Estima que es todo lo contrario.
En el ejercicio mismo de fiscal, Cecilia López es mucho más radical, y sentencia que es una mentira pensar que fallar en función de quedar bien con un gobernante de turno puede preservarle su puesto al funcionario. Lo importante es - a su criterio- preservar su buen nombre, y que nadie lo señale a uno cuando deje la Institución.
Pero hay otra manera? Arjona no las señaló, y es posible que la respuesta corresponda a otros sectores de la sociedad en instantes en que más y más sectores reclaman mayor participación en las decisiones y aspectos fundamentales de la vida de la República. Para el Magistrado Presidente saliente preservar y desarrollar lo actuado es uno de esos compromisos.
Al menos así lo señaló cuando asumió el cargo: "Si algo queda claro es que esta transformación solo puede alcanzarse a través de la decidida y entusiasta participación ciudadana".
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