Agricultores en contra de explotación minera
Publicado 2002/06/06 23:00:00
- MÉXICO
Los esfuerzos del gobierno por atraer capital foráneo al Perú, vital para generar empleo y reactivar la economía, deberán redoblarse los próximos días para vencer la resistencia de una población agrícola que se niega a que la minera canadiense Manhattan explote un yacimiento a tajo abierto en la zona.
La tensión entre la población norteña de Tambogrande y el gobierno, que respalda los planes de la minera, puede cobrar dimensiones insospechadas ante la voluntad de la empresa de luchar "contra viento y marea" por lograr la explotación de la zona, de donde podría extraer al menos un millón de onzas de oro y unos 56 millones de toneladas de minerales de cobre.
Tambogrande es una más de las pequeñas localidades del norte peruano, que no llamaría la atención probablemente si no fuese porque en el valle donde se encuentra se registra una notable producción de limones, ingrediente principal de la gastronomía peruana y de su plato insignia: el cebiche.
La alcaldía de la localidad realizó incluso un referéndum -sin carácter vinculante- el pasado fin de semana para despertar la conciencia del país sobre lo que ellos consideran un atropello. El plebiscito fue ganado holgadamente por quienes se oponen al proyecto, pero ha dividido a los lugareños.
Los agricultores afirman que los trabajos a tajo abierto de la minera canadiense afectarían a los cultivos y, en pocos años acabaría con los campos, contaminándolos y alterando el equilibrio ambiental. El proyecto polimetálico está programado para ejecutarse a tajo abierto sobre una extensa zona agraria.
Manhattan opera en Tambogrande desde 1999. Según la empresa, su inverión en Perú es hasta ahora de unos 56 millones de dólares, de los cuales 23 millones fueron destinados a la compra de la concesión a la Oficina de Investigación Geológica y Mineras de Francia (BRGM por siglas en francés), que fue la primera firma que la obtuvo, en 1979. Según los estudios técnicos de la zona que pretende explotar Manhattan, allí hay yacimientos de oro y diversas cantidades de cobre, plata y zinc.
Ante las alegaciones de riesgos de contaminación, Manhattan asegura que cuentan con estudios de impacto ambiental y de factibilidad que serían presentados al gobierno a fines de junio para continuar con el cronograma del yacimiento polimetálico ubicado en Tambogrande, distrito de Piura, 1,107 km al norte de Lima.
El mensaje de la minera para los 25,000 habitantes de Tambogrande es breve y simple: la explotación de los minerales sólo traerá desarrollo socio-económico a una zona que no destaca por ser rica precisamente en términos económicos a pesar de su famosa producción de limones.
Directivos de la minera confían en doblegar el rechazo, persuadiendo a la población a través de una campaña informativa. Roberto Obradovich, Charles Smith y Américo Villafuerte, responsables de Manhattan Minerales en Perú, señalaron que esa falta de apoyo se debe a que la población no está bien informada y exhortaron a las autoridades del gobierno a contribuir también a dar a conocer los alcances de los beneficios que acarrean los capitales privados.
Si el gobierno aprueba el proyecto -posibilidad que se da por descontada en medios gubernamentales- dará ocupación directa a 1,500 personas en su etapa de construcción y a 350 en su fase de producción.
El panorama no es tan claro para quienes se aferran a su visión agrícola de la riqueza pues alegan que el proyecto obligará a mediano plazo al traslado y reubicación del 40% de los pobladores, provocará serios daños ambientales en el área agrícola (fruta y limones) y destruirá paulatinamente la agricultura.
En Tambogrande temen que la instalación de la minera implicará una virtual expropiación de sus tierras de cultivo y las viviendas, a través del Estado, por lo que insisten en que lucharán por evitar la puesta en marcha del yacimiento de oro y cobre.
La minera sostiene que el área industrial del yacimiento será de 750 hectáreas, de las cuales 540 son áreas cultivables actualmente, en tanto se expropiarán 2,500 viviendas.
La tensión entre la población norteña de Tambogrande y el gobierno, que respalda los planes de la minera, puede cobrar dimensiones insospechadas ante la voluntad de la empresa de luchar "contra viento y marea" por lograr la explotación de la zona, de donde podría extraer al menos un millón de onzas de oro y unos 56 millones de toneladas de minerales de cobre.
Tambogrande es una más de las pequeñas localidades del norte peruano, que no llamaría la atención probablemente si no fuese porque en el valle donde se encuentra se registra una notable producción de limones, ingrediente principal de la gastronomía peruana y de su plato insignia: el cebiche.
La alcaldía de la localidad realizó incluso un referéndum -sin carácter vinculante- el pasado fin de semana para despertar la conciencia del país sobre lo que ellos consideran un atropello. El plebiscito fue ganado holgadamente por quienes se oponen al proyecto, pero ha dividido a los lugareños.
Los agricultores afirman que los trabajos a tajo abierto de la minera canadiense afectarían a los cultivos y, en pocos años acabaría con los campos, contaminándolos y alterando el equilibrio ambiental. El proyecto polimetálico está programado para ejecutarse a tajo abierto sobre una extensa zona agraria.
Manhattan opera en Tambogrande desde 1999. Según la empresa, su inverión en Perú es hasta ahora de unos 56 millones de dólares, de los cuales 23 millones fueron destinados a la compra de la concesión a la Oficina de Investigación Geológica y Mineras de Francia (BRGM por siglas en francés), que fue la primera firma que la obtuvo, en 1979. Según los estudios técnicos de la zona que pretende explotar Manhattan, allí hay yacimientos de oro y diversas cantidades de cobre, plata y zinc.
Ante las alegaciones de riesgos de contaminación, Manhattan asegura que cuentan con estudios de impacto ambiental y de factibilidad que serían presentados al gobierno a fines de junio para continuar con el cronograma del yacimiento polimetálico ubicado en Tambogrande, distrito de Piura, 1,107 km al norte de Lima.
El mensaje de la minera para los 25,000 habitantes de Tambogrande es breve y simple: la explotación de los minerales sólo traerá desarrollo socio-económico a una zona que no destaca por ser rica precisamente en términos económicos a pesar de su famosa producción de limones.
Directivos de la minera confían en doblegar el rechazo, persuadiendo a la población a través de una campaña informativa. Roberto Obradovich, Charles Smith y Américo Villafuerte, responsables de Manhattan Minerales en Perú, señalaron que esa falta de apoyo se debe a que la población no está bien informada y exhortaron a las autoridades del gobierno a contribuir también a dar a conocer los alcances de los beneficios que acarrean los capitales privados.
Si el gobierno aprueba el proyecto -posibilidad que se da por descontada en medios gubernamentales- dará ocupación directa a 1,500 personas en su etapa de construcción y a 350 en su fase de producción.
El panorama no es tan claro para quienes se aferran a su visión agrícola de la riqueza pues alegan que el proyecto obligará a mediano plazo al traslado y reubicación del 40% de los pobladores, provocará serios daños ambientales en el área agrícola (fruta y limones) y destruirá paulatinamente la agricultura.
En Tambogrande temen que la instalación de la minera implicará una virtual expropiación de sus tierras de cultivo y las viviendas, a través del Estado, por lo que insisten en que lucharán por evitar la puesta en marcha del yacimiento de oro y cobre.
La minera sostiene que el área industrial del yacimiento será de 750 hectáreas, de las cuales 540 son áreas cultivables actualmente, en tanto se expropiarán 2,500 viviendas.
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