Aquilino De La Guardia rindió declaración ante la CNV
Publicado 2001/06/08 23:00:00
- JorgeIsaac Olmos M.
El ciclo de testimonio de los directores dignatarios del Grupo ADELAG S.A., terminó ayer con la declaración jurada de Aquilino De La Guardia, quien se presentó por dos días consecutivos ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) para ampliar las investigaciones sobre el manejo financiero de las empresas que negociaban los bonos y valores comerciales.
Aunque la CNV advirtió que no puede revelar ningún elemento de esta investigación hasta tanto ésta no termine, una fuente vinculada al proceso que pidió reserva de su nombre, manifestó que con la declaración de Aquilino De La Guardia finaliza la ronda de declaratorias, por lo que, a mediados de mes, la entidad podría emitir la resolución final del proceso.
De La Guardia se presentó a rendir su informe luego que la CNV solicitara su participación desde el 15 de mayo.
La fuente indicó que sus abogados solicitaron que De La Guardia contestara el cuestionario por correo electrónico al encontrarse en Costa Rica, pero la solicitud fue negada.
El empresario rindió declaración jurada personalmente, ya que por Ley no puede negarse a contestar, ni responder evasivamente.
Además, se pudo constatar que la empresa auditora Arthur Anderson, que realizó los Estados Financieros que investiga la CNV por estar aparentemente maquillados, advirtió en su declaración que trabajó con la información presentada por ADELAG y aseguran no tener responsabilidad alguna en este caso.
El pasado 17 de mayo la CNV informó a la Procuraduría General de la República la imposibilidad de localizar a ciertas figuras claves en la investigación que supuestamente lleva a cabo esta autoridad desde el mes de diciembre, con el objetivo de determinar la existencia de posibles violaciones a las leyes de valores.
El grupo ADELAG debe cerca de 122 millones de dólares entre acreedores, proveedores y tenedores de bonos, mientras que aún los bancos que les prestaron dinero no tienen respuesta de la desaparición de 51 millones de dólares en los Estados Financieros.
Las empresas que conformaban el grupo son: El Triángulo S.A., Financiera El Roble, El Eléctrico Internacional S.A., Unicentro Trading Company Inc., Tecno Auto, Tecno Taller, Comercio Total y Enafin International, S.A. Estas compañías están en virtual liquidación. Al parecer los trabajadores no han logrado cobrar el total de sus prestaciones y fue por ello que en el caso de los empleados del almacén El Triángulo procedieron intempestivamente a vender el inventario y quedarse con el dinero.
Los acreedores bancarios de ADELAG aprobaron un plan de reestructuración para la recuperación de la empresa, pero este fue un intento fallido, al no aceptarse entre otros requisitos la participación de los hermanos Carlos y Aquilino De La Guardia.
Varios acontecimientos fueron debilitando el proceso de reestructuración; los empleados empezaron a reclamar sus prestaciones y secuestraron el inventario que no estaba pignorado; mientras que los tenedores de bonos de Enafin International ejecutaron las garantías hipotecarias sobre la emisión de 10 millones de dólares; el Banco Santander Central Hispano secuestró las cuentas bancarias; el Banco General secuestró la empresa Comercio Total; y el Banco Internacional de Panamá (BIPAN) sustrajo las computadoras que mantenían en arrendamiento financiero. Ahora los hermanos De La Guardia se encuentran entre la espada y pared.
Aunque la CNV advirtió que no puede revelar ningún elemento de esta investigación hasta tanto ésta no termine, una fuente vinculada al proceso que pidió reserva de su nombre, manifestó que con la declaración de Aquilino De La Guardia finaliza la ronda de declaratorias, por lo que, a mediados de mes, la entidad podría emitir la resolución final del proceso.
De La Guardia se presentó a rendir su informe luego que la CNV solicitara su participación desde el 15 de mayo.
La fuente indicó que sus abogados solicitaron que De La Guardia contestara el cuestionario por correo electrónico al encontrarse en Costa Rica, pero la solicitud fue negada.
El empresario rindió declaración jurada personalmente, ya que por Ley no puede negarse a contestar, ni responder evasivamente.
Además, se pudo constatar que la empresa auditora Arthur Anderson, que realizó los Estados Financieros que investiga la CNV por estar aparentemente maquillados, advirtió en su declaración que trabajó con la información presentada por ADELAG y aseguran no tener responsabilidad alguna en este caso.
El pasado 17 de mayo la CNV informó a la Procuraduría General de la República la imposibilidad de localizar a ciertas figuras claves en la investigación que supuestamente lleva a cabo esta autoridad desde el mes de diciembre, con el objetivo de determinar la existencia de posibles violaciones a las leyes de valores.
El grupo ADELAG debe cerca de 122 millones de dólares entre acreedores, proveedores y tenedores de bonos, mientras que aún los bancos que les prestaron dinero no tienen respuesta de la desaparición de 51 millones de dólares en los Estados Financieros.
Las empresas que conformaban el grupo son: El Triángulo S.A., Financiera El Roble, El Eléctrico Internacional S.A., Unicentro Trading Company Inc., Tecno Auto, Tecno Taller, Comercio Total y Enafin International, S.A. Estas compañías están en virtual liquidación. Al parecer los trabajadores no han logrado cobrar el total de sus prestaciones y fue por ello que en el caso de los empleados del almacén El Triángulo procedieron intempestivamente a vender el inventario y quedarse con el dinero.
Los acreedores bancarios de ADELAG aprobaron un plan de reestructuración para la recuperación de la empresa, pero este fue un intento fallido, al no aceptarse entre otros requisitos la participación de los hermanos Carlos y Aquilino De La Guardia.
Varios acontecimientos fueron debilitando el proceso de reestructuración; los empleados empezaron a reclamar sus prestaciones y secuestraron el inventario que no estaba pignorado; mientras que los tenedores de bonos de Enafin International ejecutaron las garantías hipotecarias sobre la emisión de 10 millones de dólares; el Banco Santander Central Hispano secuestró las cuentas bancarias; el Banco General secuestró la empresa Comercio Total; y el Banco Internacional de Panamá (BIPAN) sustrajo las computadoras que mantenían en arrendamiento financiero. Ahora los hermanos De La Guardia se encuentran entre la espada y pared.
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