El costo y la cantidad de trámites influyen a la hora de querer formalizar una empresa
El 68% de las microempresas operan bajo la informalidad
Existen diferentes programas de Estado y de la empresa privada para incentivar la formación de microempresas que ofrecen diferentes alternativas. Especialistas argumentan que las Mipymes afrontan retos urgentes como la especialización en la actividad que realizan y acceso a financiamiento.
- 70% de los panameños establece un negocio por oportunidad, según algunos estudios.
- 20.8% creció la actividad emprendedora en el país de 2009 a 2011, según estadísticas.
La actividad empresarial en Panamá está dominada en un 97% por la micro, pequeña y mediana empresa (Mipymes), aunque su rentabilidad es aún considerada muy baja con relación a las ganancias que reciben las grandes compañías.
Esta situación podría estar cimentada en el hecho nada alentador de que tan solo el 32% de las 78 mil 441 de las Mipymes que hay en el país actúan en la formalidad, dejando a unas 53 mil 594, o el 68% de estas, en el sector informal, según estudios de Fundes, una organización sin fines de lucro especializada en promover el desarrollo de este tipo de emprendimientos.
Las empresas informales no cuentan con avisos de operación, lo que conduce en muchos casos a que los actores no cotizen para tener derecho a los servicios de seguridad social, siendo esto un problema que remarca las cifras de pobreza en el país y que afecta al 35% de la población.
Según la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas (Umpyme), este es uno de los sectores más amplios y productivos del país, sin embargo, algunos cuestionan la falta de incentivos, aunque reconocen que los programas han aumentado notablemente de 2009 a la fecha, pero aún no llegan a la totalidad del potencial emprendedor que existe o que no se articulan de la forma correcta.
“Desde la perspectiva de la microempresa formal, lamentablemente existen muchas presiones de tipo fiscal y laboral que hacen que este sector en verdad no esté creciendo, así como los empleos que ofrecen, a pesar de ser el sector más importante”, destacó Marisanta Donoso, presidenta de Umpyme.
La ley brinda un beneficio fiscal a este sector solo por dos años.
“Una vez que la empresa se formaliza la misma puede caer, sobre todo en un pozo de compromisos fiscales desde el cual es difícil salir, tendiendo apenas a subsistir o bien regresar a la informalidad”, señaló.
En cada fase las nuevas y existentes pymes tienen la necesidad de recursos financieros que aún no se consolidan en la oferta de financiamiento privado.
Según Umpyme, además se precisan otros apoyos para el desarrollo de los negocios como lo son que tengan la capacidad de gestión e innovación, redes de contactos y ayuda en el diseño de estrategias productivas.
Donoso considera que de todo el crecimiento económico y megaproyectos que se desarrollan en el país, deberían quedar los suficientes conocimientos y capacidades en la empresa local para que pueda subsistir.
“Definitivamente existe un elemento que pesa y es la parte burocrática de la tramitación de permisos”, pasos que son muy difíciles para una persona que no cuenta con un empleo y que trata de entrar al sector formal, pero no lo logra, entonces desarrolla una estrategia de sobrevivencia que lo mantiene en la informalidad, indicó el economista Jorge Castillo.
Si la persona no ve un atractivo para legalizar su actividad, permanecerá en la misma situación, dijo.
A pesar del gran número de empresas establecidas, Fundes Panamá advierte que la cultura panameña está orientada en crear asalariados y no jefes.
Informes de la entidad indican que el 66% de la población es empleada y solo el 3% es dueña de empresas, sin embargo, el Gobierno y la empresa privada están llevando a cabo distintos programas de cultura empresarial.
“El ritmo de emprendimiento en el país no va acorde con lo que se necesita, ya que no educamos a nuestros hijos para ser emprendedores, sino para que se gradúen y logren un buen trabajo”, sostuvo Fernando Quirós, gerente general de Fundes.
“Considero que todas las instituciones relacionadas al sector estamos creando la infraestructura y bases necesarias para que Panamá sea un país de emprendedores, ya que tenemos la capacidad, las entradas necesarias y sobre todo la posición geográfica correcta para lograrlo”, indicó Quirós.
Sin embargo, destacó que entre los principales retos que afrontan las Mipymes es mejorar su calidad de gestión, lo que implica mejorar la educación y especialización, acceso a servicios financieros expeditos y tener mayor vinculación a industrias que demanden sus servicios.
“Los problemas que afrontan estas empresas son los mismos, como la falta de especialización en lo que hacen y el vínculo con entidades financieras que puedan suplir sus necesidades de forma más expedita”, sostuvo.
Explicó Quirós que si bien es cierto han aumentado las pymes en Panamá, el principal problema es que no están insertadas en las cadenas de valor o cadenas comerciales y no permean la misma cantidad de dinero en ingresos como las grandes empresas. Es decir que el 3% solamente tiene el 55% de todas las entradas o ganancias.
El sector Mipymes en Panamá se ha clasificado en microempresas cuya facturación anual alcanza hasta los $150 mil, la mediana empresa factura desde 1,000,001 hasta $2,500,000.00 y la pequeña empresa, desde $150,001 hasta $1,000,000.
De acuerdo con datos de Ampyme, bajo el esquema de idea de negocio o empresa, de julio de 2009 a octubre de 2012 se registraron 49 mil 948 empresas, algunos catalogados como emprendedores y otras como empresas establecidas.
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