El cooperativismo, un sector relevante en la economía panameña.
Publicado 1999/02/08 00:00:00
- Maybel M. Mainez P.
La actividad cooperativista representa un importante sector en el desarrollo económico del país. Los indicadores financieros registraron, según el censo nacional cooperativo en sus cifras preliminares de 1998, unos activos de B/. 479,768,041.00.
El 70% de la masa de activos de la actividad cooperativista forma parte del área de ahorro y crédito, el segundo lugar lo ocupa el de servicios múltiples.
Durante el año de 1997, el sector generó B/. 62,476,730.00 producto de las 15 cooperativas con mayor volumen de operaciones .
Existen actualmente 415 cooperativas que representan el universo del movimiento cooperativista en Panamá, con un total de aproximadamente 160,000 asociados.
El movimiento es el sector más grande y formalmente organizado del país, según Euclides Tejada, director del Consejo Nacional de Cooperativas (CONALCOOP).
Tejada manifestó que se interesan mucho por el desarrollo de un sector muy deprimido en el país como lo es el agropecuario. Por lo que destacó el trabajo de tres empresas cooperativistas en la república.
Los palmicultores en Chiriquí, que en su mayoría fueron productores asalariados de asentamientos campesinos y jornaleros en Chiriquí, obviamente, con una técnica de cultivo más elevada que la del campesino común, hoy se han constituido en tres cooperativas productoras de aceite, en las que entre 800 y 900 productores asociados trabajan más de 3 mil hectáreas y pagan sus tierras al Estado. Esta industria elabora el aceite que consume la industria local y extranjera.
Con un activo de más de 7 millones de dólares ganan al año alrededor de 1.4 millón de balboas.
De igual manera, la cooperativa que produce banano en Bocas del Toro cuenta con unos 400 productores asociados. Antes eran trabajadores de la Chiriquí Land Company, compraron al Estado COOBAN y hoy, la Chiriquí Land Company les compra el banano.
Tejada manifestó que son los mejores cultivadores de banano del mundo, estimando que el banano bocatoreño establece los precios en los mercados de Europa y Estados Unidos porque cuenta con los mejores niveles de calidad. Esta cooperativa percibe 3 millones 300 mil balboas al año.
Toda esa producción de rubros desde 1952 crea una comercializadora de cacao orgánico, un tipo de cacao sin fertilizantes, agroquímicos, ni control de enfermedades, solamente procesado a través de métodos biológicos. En esta cooperativa, 800 productores venden en el mercado internacional más de 700 mil balboas en cacao, seleccionado para la exportación. Sin contar con el que venden en el país que es de otra calidad.
En el orden de rubros ofrecidos por pequeños productores cooperativizados, incluyendo los que se dedican a cultivos no tradicionales, como los producidos durante el verano, por ejemplo, melón, sandía y zapallo, generan más de 20 millones de balboas al año.
En casi todos los sectores de la vida económica del país está el sector cooperativo y sobre todo, durante los años entre 1996 y 1998 se ha registrado un notable crecimiento en el número de asociados.
Los fondos con los que cuenta el sector cooperativo para desarrollarse están comprendidos entre el ahorro de los asociados que deben capitalizar una cantidad, el financiamiento de la banca privada, el financiamiento del Estado por medio del programa FESICOOP, que representa el 25% de todo lo que genera el 1% del gravamen al crédito comercial a través de bancos estatales como el Banco Nacional de Panamá y el Banco de Desarrollo Agropecuario sobre todo, para apoyar a las cooperativas que se dedican o canalizan recursos al desarrollo de la producción.
Otro aporte, en menor medida, lo hacen algunas entidades internacionales, mediante donaciones y créditos tradicionales.
Las cooperativas de ahorro y crédito y las de servicio múltiples, con los más altos porcentajes en volúmenes de operación crearon un renglón de financiamiento destinado a la educación, que durante 1998 representó la inversión de 3 millones de dólares.
Con la intención de prepararse para la apertura de mercados, hay cooperativas que hacen alianzas, buscando crecer, fortalecerse y ampliar sus servicios.
Ejemplo de ello es la consolidación de la alianza de la Asociación de Educadores de Chiriquí (ASECHI), con una cooperativa de transporte.
Tejada planteó también la posibilidad de que las cooperativas puedan aliarse con empresas tanto nacionales como internacionales. Señaló como ejemplo de ello, el caso de la Cooperativa Dos Pinos, productora de productos lácteos de Costa Rica que se unió con la empresa Nestlé.
Dos Pinos descubrió que consolidar una empresa requiere de años, de inversiones fuertes, además de hacerse una imagen y promoción de marca. Hoy vende su leche a Nestlé y la exporta a El Salvador.
El director del Consejo Nacional de Cooperativas considera que en Panamá hay varias áreas cooperativizadas, que aún son incipientes pero aliándose de manera oportuna pueden llegar a ser muy productivas, como las relacionadas con el sector salud, industria manufacturera y la producción de electrodomésticos.
Panamá está en capacidad de desarrollar otras alternativas, sobre todo porque cuenta con un importante centro de exportación como lo es la Zona Libre de Colón.
Actualmente en Latinoamérica existen cinco países en los que las superintendencias de bancos supervisan a las cooperativas de créditos. Sobre la implementación de este sistema de control para las cooperativas en Panamá, Tejada manifestó que está de acuerdo con que toda institución que maneje recursos del público debe contar con una estructura de fiscalización.
No obstante opina que resultaría más eficiente nombrar un organismo dentro del Instituto Panameño Autónomo Cooperativo ( IPACOOP) o incluso una institución independiente, que satisfaga los requerimientos de control y supervisión pero sin postergar la calidad de servicio de las cooperativas, como considera haría la superintendencia de bancos, un organismo de control y fiscalización que sea tan eficiente como los que exige el Concordato de Basilea para los bancos.
Se requiere una superintendencia de cooperativas, resulta muy fácil clasificar a las cooperativas en el sector financiero y ubicarlas en el sector de los bancos, cuando es evidente que las cooperativas son organizaciones dirigidas a una clientela diferente, expresó.
En debates organizados por cooperativas latinoamericanas, con la participación de expertos de los países que ya utilizan este sistema, éstos no parecen estar conformes con la manera en que las superintendencias de bancos están manejando esta fiscalización. Los procesos no se están desarrollando de manera ágil y efectiva y el sector bancario y su desarrollo siempre es una prioridad.
Tejada argumentó que para realizar un trabajo efectivo, el movimiento cooperativista debe cumplir con dos exigencias: manejar bien el dinero y que éste llegue a las cooperativas con eficiencia e impacto para resolver problemas sociales.
El 70% de la masa de activos de la actividad cooperativista forma parte del área de ahorro y crédito, el segundo lugar lo ocupa el de servicios múltiples.
Durante el año de 1997, el sector generó B/. 62,476,730.00 producto de las 15 cooperativas con mayor volumen de operaciones .
Existen actualmente 415 cooperativas que representan el universo del movimiento cooperativista en Panamá, con un total de aproximadamente 160,000 asociados.
El movimiento es el sector más grande y formalmente organizado del país, según Euclides Tejada, director del Consejo Nacional de Cooperativas (CONALCOOP).
Tejada manifestó que se interesan mucho por el desarrollo de un sector muy deprimido en el país como lo es el agropecuario. Por lo que destacó el trabajo de tres empresas cooperativistas en la república.
Los palmicultores en Chiriquí, que en su mayoría fueron productores asalariados de asentamientos campesinos y jornaleros en Chiriquí, obviamente, con una técnica de cultivo más elevada que la del campesino común, hoy se han constituido en tres cooperativas productoras de aceite, en las que entre 800 y 900 productores asociados trabajan más de 3 mil hectáreas y pagan sus tierras al Estado. Esta industria elabora el aceite que consume la industria local y extranjera.
Con un activo de más de 7 millones de dólares ganan al año alrededor de 1.4 millón de balboas.
De igual manera, la cooperativa que produce banano en Bocas del Toro cuenta con unos 400 productores asociados. Antes eran trabajadores de la Chiriquí Land Company, compraron al Estado COOBAN y hoy, la Chiriquí Land Company les compra el banano.
Tejada manifestó que son los mejores cultivadores de banano del mundo, estimando que el banano bocatoreño establece los precios en los mercados de Europa y Estados Unidos porque cuenta con los mejores niveles de calidad. Esta cooperativa percibe 3 millones 300 mil balboas al año.
Toda esa producción de rubros desde 1952 crea una comercializadora de cacao orgánico, un tipo de cacao sin fertilizantes, agroquímicos, ni control de enfermedades, solamente procesado a través de métodos biológicos. En esta cooperativa, 800 productores venden en el mercado internacional más de 700 mil balboas en cacao, seleccionado para la exportación. Sin contar con el que venden en el país que es de otra calidad.
En el orden de rubros ofrecidos por pequeños productores cooperativizados, incluyendo los que se dedican a cultivos no tradicionales, como los producidos durante el verano, por ejemplo, melón, sandía y zapallo, generan más de 20 millones de balboas al año.
En casi todos los sectores de la vida económica del país está el sector cooperativo y sobre todo, durante los años entre 1996 y 1998 se ha registrado un notable crecimiento en el número de asociados.
Los fondos con los que cuenta el sector cooperativo para desarrollarse están comprendidos entre el ahorro de los asociados que deben capitalizar una cantidad, el financiamiento de la banca privada, el financiamiento del Estado por medio del programa FESICOOP, que representa el 25% de todo lo que genera el 1% del gravamen al crédito comercial a través de bancos estatales como el Banco Nacional de Panamá y el Banco de Desarrollo Agropecuario sobre todo, para apoyar a las cooperativas que se dedican o canalizan recursos al desarrollo de la producción.
Otro aporte, en menor medida, lo hacen algunas entidades internacionales, mediante donaciones y créditos tradicionales.
Las cooperativas de ahorro y crédito y las de servicio múltiples, con los más altos porcentajes en volúmenes de operación crearon un renglón de financiamiento destinado a la educación, que durante 1998 representó la inversión de 3 millones de dólares.
Con la intención de prepararse para la apertura de mercados, hay cooperativas que hacen alianzas, buscando crecer, fortalecerse y ampliar sus servicios.
Ejemplo de ello es la consolidación de la alianza de la Asociación de Educadores de Chiriquí (ASECHI), con una cooperativa de transporte.
Tejada planteó también la posibilidad de que las cooperativas puedan aliarse con empresas tanto nacionales como internacionales. Señaló como ejemplo de ello, el caso de la Cooperativa Dos Pinos, productora de productos lácteos de Costa Rica que se unió con la empresa Nestlé.
Dos Pinos descubrió que consolidar una empresa requiere de años, de inversiones fuertes, además de hacerse una imagen y promoción de marca. Hoy vende su leche a Nestlé y la exporta a El Salvador.
El director del Consejo Nacional de Cooperativas considera que en Panamá hay varias áreas cooperativizadas, que aún son incipientes pero aliándose de manera oportuna pueden llegar a ser muy productivas, como las relacionadas con el sector salud, industria manufacturera y la producción de electrodomésticos.
Panamá está en capacidad de desarrollar otras alternativas, sobre todo porque cuenta con un importante centro de exportación como lo es la Zona Libre de Colón.
Actualmente en Latinoamérica existen cinco países en los que las superintendencias de bancos supervisan a las cooperativas de créditos. Sobre la implementación de este sistema de control para las cooperativas en Panamá, Tejada manifestó que está de acuerdo con que toda institución que maneje recursos del público debe contar con una estructura de fiscalización.
No obstante opina que resultaría más eficiente nombrar un organismo dentro del Instituto Panameño Autónomo Cooperativo ( IPACOOP) o incluso una institución independiente, que satisfaga los requerimientos de control y supervisión pero sin postergar la calidad de servicio de las cooperativas, como considera haría la superintendencia de bancos, un organismo de control y fiscalización que sea tan eficiente como los que exige el Concordato de Basilea para los bancos.
Se requiere una superintendencia de cooperativas, resulta muy fácil clasificar a las cooperativas en el sector financiero y ubicarlas en el sector de los bancos, cuando es evidente que las cooperativas son organizaciones dirigidas a una clientela diferente, expresó.
En debates organizados por cooperativas latinoamericanas, con la participación de expertos de los países que ya utilizan este sistema, éstos no parecen estar conformes con la manera en que las superintendencias de bancos están manejando esta fiscalización. Los procesos no se están desarrollando de manera ágil y efectiva y el sector bancario y su desarrollo siempre es una prioridad.
Tejada argumentó que para realizar un trabajo efectivo, el movimiento cooperativista debe cumplir con dos exigencias: manejar bien el dinero y que éste llegue a las cooperativas con eficiencia e impacto para resolver problemas sociales.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.