La Fundación Tammy Gazal transforma el acompañamiento de los familiares con la creación con Casa Tammy
La Fundación Tammy Gazal, creada en honor a Tammy Gazal por su esposo Henri Mizrachi Kohen y su familia, impulsa un programa pionero que pone a la familia en el centro del acompañamiento oncológico.
Frente al dolor que genera un diagnóstico de cáncer, la atención suele centrarse exclusivamente en el paciente. Pero ¿qué pasa con quienes lo rodean? ¿Qué sienten los niños, los adolescentes, los padres o abuelos que acompañan silenciosamente ese proceso? Con esa pregunta en el corazón, nació Casa Tammy, una iniciativa de la Fundación Tammy Gazal de Mizrachi e Hijos, liderada por Henry Mizrachi Kohen.
La fundación fue creada en memoria de Tammy Gazal, esposa de Henri Mizrachi, como una forma de honrar su compromiso con la familia, la empatía y el cuidado hacia los demás. Su propósito central ha sido siempre fortalecer los lazos familiares en contextos de enfermedad, brindando un apoyo emocional y práctico tanto al paciente como a su entorno.
Casa Tammy comenzó realizando actividades dentro del Instituto Oncológico Nacional (ION), con un concepto claro: permitir que los pacientes pudieran asistir a sus tratamientos mientras sus hijos estaban cerca, cuidados en un ambiente seguro, cómodo y divertido. Así, los niños podían pasar tiempo de calidad con sus adultos significativos, reduciendo la angustia que genera la separación y el desconocimiento.
El programa ofrecía talleres, juegos, acompañamiento psicológico y actividades lúdicas guiadas por profesionales. Psicólogos especializados preparaban a los menores para entender el proceso que atravesaban sus padres o abuelos, dándoles herramientas para gestionar el miedo, la tristeza o el duelo.
“Siempre hablamos del paciente, pero rara vez miramos a su alrededor. En Casa Tammy quisimos dar contención a toda la familia, porque todos sufren, y todos merecen ser cuidados”, señala Henry Mizrachi Kohen.
La pandemia obligó a reubicar el centro y hacer ajustes en la operación, pero el espíritu de Casa Tammy se mantuvo intacto: ofrecer un refugio emocional dentro del hospital, donde la familia no se fragmente sino que se fortalezca.
Hoy, el programa sigue operando desde el ION, y ha atendido a decenas de familias con sensibilidad, calidez y compromiso. Casa Tammy no es solo un lugar físico, es una declaración de principios: que ningún niño debe enfrentar solo la enfermedad de un ser querido, y que el amor familiar también es medicina.
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