Panamá realizará mantenimiento en hidroeléctrica mientras se define su futuro
- Panamá/ACAN-EFE
El proyecto está suspendido por el incurrimiento de la constructora, Generadora del Istmo (Genisa), de origen hondureño, en una decena de faltas a su estudio de impacto ambiental.
La Gobierno de Panamá informó hoy de que una serie de trabajos de mantenimiento y prevención se realizarán en las obras del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco, que se mantienen paralizadas desde febrero pasado.
El proyecto está suspendido por el incurrimiento de la constructora, Generadora del Istmo (Genisa), de origen hondureño, en una decena de faltas a su estudio de impacto ambiental.
Pero además de ello el Gobierno se enfrenta a la negativa de comunidades indígenas cercanas al sitio de construcción, que se oponen a la finalización de la hidroeléctrica y dieron un ultimátum al presidente Juan Carlos Varela para que erradique el proyecto antes del 15 de junio próximo.
Pero mientras la incertidumbre prosigue, el Gobierno indicó hoy que tras una inspección por parte del Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Obras Públicas, la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos y la Universidad Tecnológica de Panamá, se vio la necesidad de estabilizar taludes y sanear un área inundada con agua posiblemente contaminada.
La fuente oficial señaló que antes de la realización de estos trabajos, su propuesta fue entregada a la Mesa de Diálogo de Barro Blanco, y fue aprobada por todos sus integrantes, incluyendo a la Comisión Indígena y Campesina.
También advirtió que los trabajos mencionados requerirían del movimiento de maquinaria, pero que esto no significará que se estén haciendo obras no aprobadas por la mesa conjunta.
El pasado 26 de mayo, la representación indígena le concedió al Gobierno un plazo que vence el próximo 15 de junio para que cancele las obras de la hidroeléctrica.
El pasado 5 de mayo el Gobierno dijo que uno de los escenarios que baraja es que la empresa Genisa no termine la obra por haber incurrido en "incumplimientos ambientales reiterados", declaración que fue condenada días después por el gremio empresarial de Panamá.
El proyecto de Barro Blanco ha sido un foco constante de conflicto entre el Gobierno y la comarca Ngbe Buglé, porque aunque no colinda con la misma, el lago que formará la presa sí inundará 5,6 hectáreas de terrenos anexos a esa población cuando sea temporada de lluvias, según ha explicado Genisa.
En el lecho del río Tabasará, que alimentará la presa, está un petroglifo precolombino que sirve de culto principal de la iglesia sincretista Mama Tadta, y quedará permanentemente cubierto de agua cuando el lago se forme.
El pasado 18 de mayo los indígenas abandonaron la mesa de diálogo que integraban con el Gobierno de Panamá y una comisión de Naciones Unidas. Desde entonces acordaron que las partes se comunicarían por medio de la comisión del organismo internacional.
En su posición oficial de este domingo, el Gobierno reiteró su disposición a resolver el conflicto mediante el consenso y respeto de las partes.
"El Gobierno de (...) Panamá no renuncia al Diálogo y exhorta a la Comisión Indígena y Campesina a retomar su participación en la Mesa de Diálogo, que es la única vía propuesta por esta administración para la resolución de conflictos", sostuvo.
Barro Blanco comenzó a construirse en el 2008 sobre el río Tabasará, en el distrito de Tolé, a unos 400 kilómetros al oeste de la capital panameña, tiene un 95 % de avance y una inversión cercana a los 225 millones de dólares.
Está previsto que la hidroeléctrica proporcione 28,56 megavatios a la producción general de energía de Panamá, el 2% de la capacidad instalada del país.
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