Petrolera Halliburton criticada en EU por su papel en Irak
Publicado 2003/05/07 23:00:00
- REDACCIÓN
La extensión del contrato, otorgado sin pasar por el tradicional llamado a ofertas, fue revelado el martes pasado.
El grupo petrolero Halliburton, dirigido hasta 2000 por el vicepresidente estadounidense Dick Cheney, es blanco de las críticas de parlamentarios y la prensa por su papel en la reconstrucción del sector petrolero en Irak.
Una filial del grupo, la sociedad Kellogg, Brown and Root, que en marzo había obtenido un contrato del ejército estadounidense para la extinción de incendios en yacimientos petrolíferos en Irak, recibió igualmente un contrato más amplio que se extiende a la explotación y distribución de petróleo iraquí, principal riqueza de ese país, por lo menos hasta 2004.
La extensión del contrato, otorgado sin pasar por el tradicional llamado a ofertas, fue revelado el martes por un congresista estadounidense, el Representante demócrata Henry Waxman.
Waxman hizo pública una carta reciente del general Robert Flowers en la que detalla las operaciones previstas en el contrato acordado a la filial de Halliburton que incluyen desde la extinción de incendios en pozos petroleros a la explotación de yacimientos, pasando por la evaluación del estado de las instalaciones, reparaciones hasta la limpieza de daños ecológicos. “Estas revelaciones recientes contradicen las reiteradas garantías dadas por el gobierno estadounidense de que el petróleo iraquí pertenece a los iraquíes”, se indignó Waxman. “Lo que es inquietante es que ese contrato fue atribuido a puerta cerrada y no se sabe qué es lo que la administración busca ocultar, no optando por un procedimiento público”, concuerda Lee Drutman, uno de los responsables de la asociación de consumidores Citizen Works, liderada por el ex candidato ecologista a la presidencia Ralph Nader. “Cada vez que se opta por un procedimiento secreto ello suscita el escepticismo”, explicó a la AFP, agregando que “ciertamente cuando se trata de una firma que estuvo dirigida por el vice-presidente (Dick Cheney) ello lleva a mucha gente a interrogarse sobre la naturaleza del acuerdo y sobre la política del gobierno”. Por el contrario, para Robert Ebel, del grupo de investigación y reflexión CSIS, “es más bien una ventaja tener en la Casa Blanca un presidente y un vicepresidente que saben de explotación petrolera”, afirmó en alusión a la experiencia del presidente George.
Una filial del grupo, la sociedad Kellogg, Brown and Root, que en marzo había obtenido un contrato del ejército estadounidense para la extinción de incendios en yacimientos petrolíferos en Irak, recibió igualmente un contrato más amplio que se extiende a la explotación y distribución de petróleo iraquí, principal riqueza de ese país, por lo menos hasta 2004.
La extensión del contrato, otorgado sin pasar por el tradicional llamado a ofertas, fue revelado el martes por un congresista estadounidense, el Representante demócrata Henry Waxman.
Waxman hizo pública una carta reciente del general Robert Flowers en la que detalla las operaciones previstas en el contrato acordado a la filial de Halliburton que incluyen desde la extinción de incendios en pozos petroleros a la explotación de yacimientos, pasando por la evaluación del estado de las instalaciones, reparaciones hasta la limpieza de daños ecológicos. “Estas revelaciones recientes contradicen las reiteradas garantías dadas por el gobierno estadounidense de que el petróleo iraquí pertenece a los iraquíes”, se indignó Waxman. “Lo que es inquietante es que ese contrato fue atribuido a puerta cerrada y no se sabe qué es lo que la administración busca ocultar, no optando por un procedimiento público”, concuerda Lee Drutman, uno de los responsables de la asociación de consumidores Citizen Works, liderada por el ex candidato ecologista a la presidencia Ralph Nader. “Cada vez que se opta por un procedimiento secreto ello suscita el escepticismo”, explicó a la AFP, agregando que “ciertamente cuando se trata de una firma que estuvo dirigida por el vice-presidente (Dick Cheney) ello lleva a mucha gente a interrogarse sobre la naturaleza del acuerdo y sobre la política del gobierno”. Por el contrario, para Robert Ebel, del grupo de investigación y reflexión CSIS, “es más bien una ventaja tener en la Casa Blanca un presidente y un vicepresidente que saben de explotación petrolera”, afirmó en alusión a la experiencia del presidente George.
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