¿Salud o belleza?
¡Aprieta tu corsé!
- Selene Ricord (selene.ricord@epasa.com)
A pesar de sus riesgos, el ‘tightlacer’ volvió a estar de moda. Famosas como Kim Kardashian rinden culto a la prenda, pero los médicos piden cautela.

Lucir cinturas del siglo XVIII o de reloj de arena - como las de Marilyn Monroe, Sofía Loren y Dita Von Teese - es el deseo de miles de mujeres.
@SeleneRicord
Lucir cinturas del siglo XVIII o de reloj de arena - como las de Marilyn Monroe, Sofía Loren y Dita Von Teese - es el deseo de miles de mujeres. Tanto para las famosas como para las amas de casa, las cinturas de avispa son un fetiche o moda, quizás por eso cada día miles de féminas se suman al tightlacing, corseting o entrenamiento de cintura, a pesar de sus riesgos.
Las tightlacer o las mujeres que siguen esta tendencia por estética utilizan un corsé rígido permanentemente, hasta por más de 20 horas al día para lograr conseguir la modificación corporal.
Conseguir una cintura diminuta o reducir su diámetro no es nada sencillo y conlleva muchos riesgos en la salud. Incomodidad, dificultad para respirar y moverse son algunas de ellas.
¿Realmente funciona?
Los corsés modeladores sí son útiles. Moldean y estilizan el cuerpo, así lo confirmó el cirujano plástico panameño Joseph Setton, pero eso no quiere decir que no tenga sus contraindicaciones.
Como mencionamos, su uso diario es incómodo. No permite movilidad y respirar con el torso apretado es difícil. Además, el especialista señala que no son beneficiosos para los senos, reducen el espacio intraabdominal (hace que se coma menos), disminuyen el movimiento intestinal y comprimen ciertos órganos como los riñones.
Los vendedores de estas prendas señalan a medios internacionales que modela y produce una especie de baipás gástrico no quirúrgico conocido como corset diet.
“Lo que puede hacer es comprimir la zona abdominal de forma que, al comer, la persona que lo usa se satisfaga en seguida, así imitaría el efecto de un baipás gástrico”, indicó Laura Carracedo, médica del Centro Terapéutico Ravenna al Clarín.
Algo parecido le sucedió a la actriz Lily James, quien utilizó la prenda durante la filmación de “La Cenicienta”. “Cuando me tocó usar el corsé en la filmación, no nos deteníamos para almorzar, comíamos mientras íbamos haciendo mil cosas”, le dijo James a E! News en marzo. “En ese caso, no podía desatármelo. Así que si comías algo sólido, no se digería adecuadamente y era una sensación desagradable en el estómago. Así que cambié mis alimentos a sopas para poder comer sin que me cayera mal”.
Adictas a la tendencia
La primera famosa que habló maravillas del “corsé de entrenamiento” fue Jessica Alba, pero Kim Kardashian es la gran fanática. Sube fotos a Twitter e Instagram y confiesa estar “realmente obsesionada” con el asunto. Incluso sus hermanas se le han sumado, y ya circula un hashtag, #whatsawaist, que engloba las conversaciones sobre el tema.
Los riesgos del uso del corsé no se remiten solamente a los daños internos, sino también se incluyen infecciones de piel, si este se usa muy ajustado, así como cicatrices por la misma razón. Otro problema podría ser el factor obsesión: especialmente para las chicas naturalmente flacas que escogen este método como una rutina diaria.
Corset Shop
Ingrid Ramos, de la tienda online Corset Shop, asegura que en Panamá este tipo de faja es muy buscada. Las waist trainer que ella distribuye son de material 100% látex y pueden usarse de diario, en el gym o para ejercitarse.
Ramos señala que estas fajas deben usarse de forma adecuada y de una talla que sea cómoda. Como el cuerpo no está acostumbrado, se recomienda usarla de 1 a 3 horas por tres semanas. Luego ir aumentando a medida que el cuerpo se acostumbra.
Además dijo que estas fajas, ni ninguna otra, debe usarse mientras se duerme. Y si sufre de problemas físicos debe consultar a un médico antes de utilizarla.
Cintura más pequeña
Muchas mujeres llevan al extremo el tightlacing, como la legendaria Cathie Jung. A sus 77 años presume una cintura de 38 cm y tiene el récord Guinness por ser la persona viva con la cintura más angosta. Y ya hay quien le pise los talones, como la alemana Michèle Köbke, de 25 años y su cintura de solo 41 cm.
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