Drew Barrymore reescribe su vida en una nueva biografía
Actualizado 2015/11/08 13:44:38
- REDACCIÓN/@PANAMAAMERICA
Su autobiografía, Little Girl Lost, recogía sus andanzas hasta entonces: estrella a los 7 años gracias al éxito de E. T.

A los 14 años Drew Barrymore ya había escrito el libro de su vida. Su autobiografía, Little Girl Lost, recogía sus andanzas hasta entonces: estrella a los 7 años gracias al éxito de E. T., jugando entre el alcohol y las drogas a los 10, e ingresada en un psiquiátrico a los 12. Para cuando escribió su biografía el miembro más joven de la dinastía Barrymore, ya había intentado cortarse las venas y había roto los lazos legales que la unían a sus padres, de quienes solicitó su emancipación legal a los 15 años.
Así, Drew Barrymore con tan solo 14 años ya había vivido toda una vida. Una vida que ahora, a sus 40, la actriz, directora y productora, además de escritora, ha decidido reescribir con la publicación de una segunda autobiografía. Wildflower cuenta lo que le pasó de los 14 años en adelante, incluidos sus dos matrimonios y sus dos divorcios, esos que acaecieron cuando estaba en la veintena. O esos otros años en los que su carrera en Hollywood parecía haberse acabado pese a sus sucesivas reinvenciones. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, el libro no es una sucesión de escándalos o de lamentos. Tampoco tiene intención de sacar a la luz los trapos sucios. Se trata de una serie de ensayos y anécdotas que Barrymore dedica únicamente a tres personas. Y dos de ellas ni siquiera saben leer.
Wildflower narra la historia de una niña perdida que encuentra a su familia. La niña es ella y su familia, los únicos lectores que le interesan: su marido, Will Kopelman, 38 años, y sus hijas Olive y Frankie, de 3 años y 18 meses, respectivamente. “Desde que comencé a tener hijos todos me vinieron con la misma cantinela, ‘¿qué les vas a contar de tu vida?”, declaró recientemente la intérprete a la revista People. Una pregunta que fue el germen de su nueva biografía en la que quiere dejar claro que, en su opinión, no tiene nada de que avergonzarse. Como ella misma asegura, todo lo que pasó, pasó, y tuvo su razón de ser para poder llegar al momento que vive ahora. Ese momento es: ser madre.
Su faceta como madre
La fase de niña prodigio quedó atrás lo mismo que la de estrella que perdió el rumbo entrando y saliendo de centros de desintoxicación. Tampoco la define ser ahijada adoptiva del Midas de Hollywood, Steven Spielberg. O su carrera como actriz, ahora estrena su 49 película, Miss You Already.
“Mi trabajo queda muy en segundo plano cuando hablamos de mis hijas”, declaró la actriz a pesar de que se define como una workaholic, obsesionada con su profesión. La maternidad lo cambió todo y Wildflower quiere ser el testamento de ese cambio, un libro que Barrymore describe como una carta de amor a sus hijas. Por eso la autobiografía no incluye detalles escabrosos sobe sus anteriores matrimonios o sobre una vida que ahora le parece distante. “Es una muestra de respeto”, declaró a la revista In Style. Respeto a su marido, el marchante de arte con el que contrajo matrimonio en 2012, meses antes del nacimiento de su primera hija. “Lo que más me gusta de él es que elige ser una buena persona”, dice.
Barrymore es honesta a la hora de hablar de la diversidad de sentimientos que le genera el hecho de ser madre, algo que sintió con especial crudeza al sufrir durante seis meses una depresión post parto luego de dar a luz a su segunda hija. O al referirse a su físico, propenso a ganar peso. “Lo que nos decimos a nosotras mismas o le decimos a otras mujeres, la imagen que damos delante de nuestros hijos, tiene que estar basada en la realidad”, resume la actriz. Porque, como expresa en su libro, “uno no puede elegir su vida pero sí controlar cómo se siente”. “Y mi vida es increíble”, apostilla sin nada de crítica.
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