La belleza de despegar

Alarma está puesta para 4:30 a.m. y mis ojos, ¡pluk!, se abren a las 4:20 a.m. Como siempre me pelo en poner el a.m. o p.m., mi mente me manda un chispazo 10 minutos antes y ¡wáquiti!... quedo de pie.

Y... ¡hoy es miércoles! La particularidad de hoy es que vamos a compartir nuestra Charla Interactiva en Chiriquí.

Emocionado paso por el pasillo hacia el baño. Jenny y Tuit: dormidísimas. Me restriego bien las orejas y salgo a buscar taxi.

Conversando con el conductor, pregunto: "¿Qué es lo más interesante que aprendiste en Inglaterra?". Su respuesta viene cargada de emociones y me lleva a conocer a los nigerianos, marroquíes, chinos y Hong Kong.

Llegamos al aeropuerto de Albrook, pido un café amaretea'o y la muchacha del me comenta: "Son $16 de sobrepeso".

Paso por el detector de metal y todo pritty. De por cierto, la placa que tengo en la mano nunca me ha pitado, ja, ja, ja. Y esperando en la salita de espera, pillo que el sol está espectacular. Tomo un par de fotos que hacen su función para #AmaneceresQueLaDerraman, me monto al avión y fuugggghhh, ¡despegamos!

Cuando me desperté en la madrugada, yo pensaba que el despegue de hoy era específicamente el del avión, y que mi destino era Chiriquí. Ahora que estoy aterrizando en David, me pregunto: "¿Cuántos despegues he tenido hoy?". Y mi mente me dice: "Papa, nuestro destino es nuestro mañana".

¡Me la he pasado despegando completito todo el día! Y me encanta. :)

Despegué al abrir los ojos a las 4:20 a.m. Despegué cuando me restregué las orejas. Despegué cuando salí a buscar el taxi. Despegué cuando abrimos la conversa cultural en el taxi, cuando llegué al aeropuerto, cuando me tomé el café y smoothie, cuando le chateé a 7 personas mientras estaba en sala de espera, cuando tomé las fotos del amanecer, cuando las subí a Instagram, cuando me senté en el avión, cuando zarpamos, cuando recliné la silla, cuando aterrizamos, cuando empecé a escribir esta columna, cuando fotografié la Cordillera Central...

Con cada pequeño despegue estoy creando mi próxima oportunidad. Estoy abriendo la puerta a lo que viene, a vivir más.

¡Y continúo despegando! Acabo de despegar ahorita que estoy aterrizando en David. Estoy despegando cuando agarramos carretera. Y despego viendo lo verde y hermoso del camino y cuando estamos iniciando la Charla Interactiva en Chiriquicito. Despego mientras estamos jugando, mientras nos gruveamos, mientras almorzamos en clan, mientras recojo todo en la maleta, mientras recibo la sonrisa y abrazo de cada uno con el que comparto hoy. Despego al regresar al aeropuerto.

Cada momento es el inicio de algo que viene. Cada momento es un paso que nos lleva al próximo paso. Que mi destino siempre se vaya corriendo a ser el mañana, me mantiene eternamente en despegue. Y la belleza de siempre estar en despegue es que siempre estoy paseando. Qué rico es pasear.

¿Estás despegando?