Ancianos homosexuales ya tienen su propio asilo
- Sergio Correa
La idea de un hogar para adultos mayores definido por la orientación sexual de sus habitantes, a muchos les parece una suerte de gueto. A otros, sin embargo, les parece razonable.
Algunos hogares de ancianos me producen una inevitable tristeza, pero éste se ve bastante distinto: grandes ventanales, mucho verde y cuartos nuevos, aún sin estrenar.
Su clientela también será muy espacial: es el primer hogar de ancianos para homosexuales en Europa.
La organización Village, que administra la casa en Berlín, la capital alemana, espera ocupar antes de mediados de este año los 28 lugares disponibles para "gays" y lesbianas, distribuidos en 18 habitaciones individuales y cinco dobles.
Hay muchas personas que han venido a informarse, como Nora, una ex bailarina de 82 años, y su pareja.
"Cuando sea necesario, me traerán aquí. A mi alrededor habrá personas que sientan y piensen como yo, parejas del mismo sexo", dijo.
"No quiero vivir en un lugar en que se murmure: '¿Ya has visto a esa pareja de homosexuales?' No, eso no me gustaría".
¿Gueto o protección?
Ésta es quizás la primera generación de lesbianas y "gays" que se ocupa de cómo organizar institucionalmente su vejez.
La idea de un hogar de ancianos definido por la orientación sexual de sus habitantes, a muchos les parece una suerte de gueto. A otros, sin embargo, les parece razonable.
"Los gays algo mayores vivieron la persecución, la discriminación a través de la ley y cosas por el estilo", dice Hermann, un joven homosexual, de 28 años.
"Puedo entender que, si han pasado toda la vida marcados por la persecución de heterosexuales, cuando lleguen a viejos quieran quedar sólo entre gays", añade.
"Otro mundo social".
De hecho, hasta 1994 existió en Alemania una ley que penalizaba las relaciones homosexuales entre menores de 18 años.
La larga lucha de los grupos homosexuales por revocar esa ley parece haber marcado las hasta ahora difíciles relaciones con el resto de la sociedad.
"Me parece bien que las lesbianas y gays tengan su propio lugar de descanso; así no se sienten presionados por un sistema y pueden sentirse tomados en serio", opina Esteban, de 50 años.
"Los gay tenemos otro mundo social. Cuando uno se encuentra con heterosexuales, apenas tiene de que hablar".
La comunidad de "gays" y lesbianas apoya a este nuevo asilo porque, en su opinión, muchos de los cerca de 1.300 homosexuales berlineses que viven en asilos de ancianos mixtos tienen experiencias negativas.
Esto se debe a que las instituciones comunes no están preparadas.
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