Bangladesh está listo para recibir al papa Francisco
- Dacca /EFE
El papa comenzará su actividad mañana con la parada obligada ante el monumento a los mártires de la guerra de la independencia

Bangladesh está listo para recibir mañana al papa Francisco en la primera visita de un pontífice en más de 20 años al país, a donde llega tras pasar por Birmania (Myanmar) en un viaje marcado por la crisis humanitaria de la comunidad musulmana rohinyá.
"Por nuestra parte todo está listo, solo quedan los retoques finales", aseguró hoy a Efe el padre Kamal Corraya, portavoz de la Conferencia Episcopal de Bangladesh y sacerdote a cargo de la iglesia del Santo Rosario, que visitará el papa el sábado.
Espero que mi visita pueda abrazar a toda la población de Myanmar y animar la construcción de una sociedad reconciliada e inclusiva.— Papa Francisco (@Pontifex_es) 28 de noviembre de 2017
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Francisco llega a Dacca en la segunda visita a Bangladesh de un pontífice desde la independencia del país en 1971, tras la del papa Juan Pablo II en 1986.
El papa comenzará su actividad mañana con la parada obligada ante el monumento a los mártires de la guerra de la independencia y la visita al museo del Padre de la Nación, Sheikh Mujibur Rahman "Bangabandhu".
Además, oficiará una misa multitudinaria en el parque Suhrawardy Udyan, donde asimismo serán ordenados 16 sacerdotes.
El papa también tiene previsto reunirse con la primera ministra, Sheikh Hasina, acudir a un asilo para sacerdotes ancianos y encabezar un acto interreligioso y ecuménico por la paz.
El sábado, el papa visitará la Casa Madre Teresa, que ofrece ayuda a discapacitados mentales y físicos y cuenta con cerca de un centenar de camas para los más necesitados.
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Ese mismo día se reunirá con sacerdotes y religiosos en la iglesia del Santo Rosario y celebrará un encuentro con unos 10,000 jóvenes en la Universidad Notre Dame de Dacca, como último acto antes de regresar a Roma.
La iglesia del Santo Rosario apuraba hoy los detalles para esos actos.
Situada en un pequeño complejo en el sur de la bulliciosa Dacca, comparte espacio entre altos muros y fuertes medidas de seguridad con otros de los lugares a los que acudirá el papa en su último día en Bangladesh: el cementerio de la parroquia y la Casa Madre Teresa.
Mientras algunos operarios se afanaban en pintar las macetas, otros fregaban con insistencia el suelo y los bordillos, al tiempo que un grupo más numeroso instalaba un arco de madera frente a la puerta principal del colorido templo azul y blanco.
El único lugar en silencio, hermético, era la Casa Madre Teresa, cerrada a extraños y en la que solo algunos trabajadores atravesaban su portalón anaranjado de manera esporádica.
Fuera, junto al portal, se veían dos imágenes gigantes de Francisco y santa Teresa de Calcuta escoltadas por varios policías.
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