mundo
Barracas, el gran reto del MIVI
José Eduardo Sánchez S. - Publicado:
UN VERDADERO dolor de cabeza.Sí, así parece ser el problema de las barracas construidas en el pasado por el Ministerio de Vivienda (MIVI) para albergar temporalmente a cientos de familias, que por alguna situación o siniestro perdieron sus hogares en la ciudad capital.Y es que a simple vista parece que no habrá una solución inmediata para las familias que hoy habitan estas estructuras, construidas como una solución inmediata o puente hasta que pudieran ser trasladas a una vivienda digna."Este es nuestro gran reto" aseguró al Panamá América, Balbina Herrera, ministra de Vivienda.Manifestó que en este momento no existe nada definido, pero está en el proceso de coordinación para hacer frente en los próximos días a este problema que no puede esperar más.Para el 1 de febrero el MIVI realizará el lanzamiento de todos los proyectos que se desarrollarán en los diferentes puntos de la ciudad y el país, a fin de aprovechar el verano al máximo.Según la ministra hay en Panamá y Colón unos 700 inmuebles que son casas condenadas, por lo que el MIVI se ha propuesto, en este quinquenio, reducir esta cifra a la mitad.Mientras se busca una solución, los residentes de estas deprimentes estructuras claman a las autoridades una respuesta urgente a un problema que se ha convertido en crónico.Al momento de ser llevados a estos lugares se les asegura que sólo será por algunos meses, pero la situación se torna difícil cuando los años pasan, se olvidan de ellos y no ven realizadas la promesa de trasladarse a un mejor lugar.Orlinda Sam, residente en la barraca de Calle E, Santa Ana, señala que cuando fue llevada allí se le dijo que sólo estaría en el lugar por tres meses plazo en que se les construiría una nueva estructura.Hoy lleva más de un año y nadie le ha dado solución a ella ni a las 16 familias que fueron ubicadas en este lugar temporalmente.Pese a que es una de las estructuras con menor tiempo, las condiciones que presenta no son las mejores para que una familia viva, pues hay pocos baños, fregadores y servicios, por lo que tienen que conviven en hacinamiento.Pero éste no sólo es el único problema.Las barracas se han convertido en un peligro no sólo para la salud y la seguridad sino porque en ellas se incrementan los problemas sociales y la delincuencia.En otra de estas instalaciones, en una cancha de balón cesto, ubicada en Calle 15 que fue transformada en una barraca, vive también otro número de familias que llevan ya más de seis años sin poder salir de esta incómoda instalación.Julia Garzola de Lenu, lleva muchos años en espera de recibir una solución desde que hicieron las encuestas, hace más de seis años.Desde esa fecha, que la metieron en ese lugar, y pese a que ha hecho varias solicitudes no ha recibido una solución.Julia afirma que posee recursos para pagar una mejor vivienda, pero aún así no le dan respuesta.Actualmente la barraca donde vive, en Calle 15, tiene sólo un inodoro que en estos momentos se encuentra tapado, por lo que han solicitado a la Junta Comunal para que les ayude.Las barracas fueron concebidas inicialmente como una forma temporal de solucionar la falta de vivienda cuando se producían incendios y desplome de viviendas, se han quedado como residencias permanentes.Residentes de las barracas Don Bosco, Good Year, Calle 15 y Calle E de Santa Ana,están a encuentran a la espera de ser trasladados a una vivienda que tenga las condiciones mínimas para ser habitada.Este tipo de instalaciones, más que ser una solución, se convierten en un grave problema por el hacinamiento, que permite todo tipo de irregularidades.