Considerado un símbolo de pureza

EL origen de esta raza se remonta a los siglos IX y XI cuando fueron llevados a Persia, India y Asia menor por los mercaderes que cruzaban Turquía e Irán.

Llegó a Europa a finales del siglo XVI como un regalo del Sultán turco a las familias nobles inglesas y francesas. Con el pasar del tiempo se convirtió en un gato popular entre la nobleza.

Características físicas.
Algunos son pequeños y otros medianos. Su cuerpo es largo, de contextura atlética y musculosa.

Los machos pesan entre ocho y nueve libras. Mientras que las hembras seis o siete.

Adora estar cerca de su amo y lo sigue a todas partes, como supervisando sus movimientos.

Le gusta ser el centro de atención, es fiel y cariñoso, pero no le agrada estar demasiado tiempo en brazos.

Disfruta escalar lugares inaccesibles y contemplar sus dominios desde el lugar más alto de la casa.

Tiene los ojos grandes y ovalados, puede ser de cualquier tonalidad entre ámbar y dorado, verde, azul o dispares sobre todo en los ejemplares de color blanco.

Su cabeza es pequeña, el cuello largo y delgado. Las orejas grandes y tiesas con mechones de pelo ligeramente puntiagudas. De patas largas y esbeltas.

Pelaje.
Semilargo sobre el cuerpo, largo en el cuello y bajo en la panza. Su cola es bastante tupida y al correr la coloca hacia delante.

Muda durante los meses calurosos, y su pelo largo le crece espeso antes de los meses de frío.

Temperamento.
Su carácter es gentil, simpático y juguetón. Es extremadamente inteligente.

Le encanta jugar con pelotas pequeñas e incluso es capaz de recogerlas.

Uno de los juegos que puede aprender es el de buscar y traer un juguete que se les ha arrojado.

Conserva un instinto de caza, puede fomentarlos con ratones de tela.

Hay que mostrarle cariño, afecto, pues son devotos de sus dueños y tienen mucha paciencia con los niños, a pesar de ser independiente y preferir estar o vivir con una sola persona.

Suele tener un favorito en la familia, al que le demuestra su afecto restregándose contra sus piernas.

Detesta el ruido, las luces, los olores extraños, el incesante movimiento de los viajes y sobre todo sentirse encerrado en una pequeña jaula. Su promedio de vida es de 12 años aproximadamente.