"De cenizas a diamantes"
Publicado 2006/06/07 23:00:00
- REDACCION
La imaginación no tiene límites, y mientras en Moscú se ofrece el servicio de congelamiento de seres humanos con nitrógeno, ya que hay quienes creen que la ciencia en el futuro los podrá resucitar, en Suiza una empresa transforma las cenizas de los muertos en diamantes, que el familiar o amante podrá luego llevar siempre consigo colgado del cuello o engastado en un anillo. ¿Insólito, verdad? La empresa, con sede en Chur, capital del cantón de los Grisones, se llama "Algordanza", que en el idioma local, el romanche, quiere decir "recuerdo", según informó el diario dominical NZZ am Sonntag.
Según sus responsables, los técnicos Viet Brimer y Rinaldeo Willy, la persona que no desee separarse de sus seres queridos una vez muerta, aunque sea de esa forma, sólo tiene que autorizar en el testamento el envío de las cenizas a "Algordanza".
Allí se analizan, se depuran y se introducen luego en una máquina inventada en Rusia para fabricar diamantes artificiales por un procedimiento industrial.
Según el tamaño del diamante que se quiere obtener, el proceso dura entre 12 y 20 días hasta que se consigue el diamante en bruto, que luego hay que pulir y montar en un material noble como puede ser el oro o el platino.
Los diamantes de "Algordanza" tienen un colorido azulado, más claro o más oscuro, según el modo de alimentación y otras circunstancias del finado, cuya individualidad dejará su impronta en la joya.
El periódico señala que un diamante de medio quilate así obtenido puede costar unos 3, 700 euros y uno de un quilate, 6,400.
Mientras que un párroco de Chur dijo no ver ningún problema desde el punto de vista cristiano a esa forma de mantener vivo el recuerdo de un ser querido, algunos especialistas dudan de la viabilidad, ya que en las cenizas de los muertos apenas queda carbono, sustancia esencial para la fabricación de diamantes.
Así como la vida de una persona es única, auténtica e irrepetible, cada diamante fabricado por Algordanza es único, auténtico e irrepetible.
l Claridad: a diferencia de los diamantes de mina, un diamante Algordanza trasciende a su valor material. Estos diamantes son certificados por el Instituto Gemológico Suizo.
l Corte: se ofrece poder escoger el corte que más le guste o inclusive optar por un diamante sin cortes, el cual tendrá una forma octaédrica.
l Color: se respeta la naturaleza de las cenizas, aún en las fases más técnicas del proceso, por lo cual bajo ninguna circunstancia el color de los diamantes se falsifica, cambia o manipula.
Estos diamantes son creados únicamente del carbono extraído de los restos físicos de una persona, sin añadir nada más, el resultado son diamantes irrepetibles con una tonalidad que varía dependiendo de la presencia de Boro(B), a mayor presencia más intensa es la tonalidad azul.
Carat (Quilate): se pueden obtener diamantes a partir de 0,30 quilates. Un quilate equivale a 200 miligramos.
¿Cuál es la diferencia entre un diamante natural, un diamante sintético y de un diamante del recuerdo?
Los diamantes naturales sólo se encuentran en las minas de diamantes, se forman sólo a lo largo de miles de años. En la naturaleza no hay dos diamantes iguales ni los diamantes perfectos. Conservan rastros químicos de los elementos presentes en el entorno donde se fueron creando y estas peculiaridades los hacen únicos.
Los diamantes creados en laboratorio o sintéticos parten siempre del mismo elemento: carbono que luego es grafitizado (elemento que está en los lápices), el cual les da tonalidades amarillas. Estas tonalidades son normalmente manipuladas con técnicas, tintas y elementos químicos que dan como resultado diamantes: rojos, verdes, azules, marrones, naranjas, etc.
Creados a partir de carbono extraído de una parte de los restos físicos de una persona, los diamantes resultado del proceso Algordanza no son perfectos, sino: auténticos, únicos e irrepetibles.
Una vez fabricado el diamante, se ofrece un análisis químico con la lectura de los elementos químicos presentes en el carbono extraído, que sirve como garantía de origen. Previo al proceso de transformación se puede llevar a cabo un análisis de medición de carbono por Intertek Caleb Brett Suiza. Siempre se hace entrega de estos resultados. Así, los diamantes Algordanza son certificados por el Instituto Gemológico Suizo, una de las más importantes instituciones en el mundo.
Según sus responsables, los técnicos Viet Brimer y Rinaldeo Willy, la persona que no desee separarse de sus seres queridos una vez muerta, aunque sea de esa forma, sólo tiene que autorizar en el testamento el envío de las cenizas a "Algordanza".
Allí se analizan, se depuran y se introducen luego en una máquina inventada en Rusia para fabricar diamantes artificiales por un procedimiento industrial.
Según el tamaño del diamante que se quiere obtener, el proceso dura entre 12 y 20 días hasta que se consigue el diamante en bruto, que luego hay que pulir y montar en un material noble como puede ser el oro o el platino.
Los diamantes de "Algordanza" tienen un colorido azulado, más claro o más oscuro, según el modo de alimentación y otras circunstancias del finado, cuya individualidad dejará su impronta en la joya.
El periódico señala que un diamante de medio quilate así obtenido puede costar unos 3, 700 euros y uno de un quilate, 6,400.
Mientras que un párroco de Chur dijo no ver ningún problema desde el punto de vista cristiano a esa forma de mantener vivo el recuerdo de un ser querido, algunos especialistas dudan de la viabilidad, ya que en las cenizas de los muertos apenas queda carbono, sustancia esencial para la fabricación de diamantes.
Así como la vida de una persona es única, auténtica e irrepetible, cada diamante fabricado por Algordanza es único, auténtico e irrepetible.
l Claridad: a diferencia de los diamantes de mina, un diamante Algordanza trasciende a su valor material. Estos diamantes son certificados por el Instituto Gemológico Suizo.
l Corte: se ofrece poder escoger el corte que más le guste o inclusive optar por un diamante sin cortes, el cual tendrá una forma octaédrica.
l Color: se respeta la naturaleza de las cenizas, aún en las fases más técnicas del proceso, por lo cual bajo ninguna circunstancia el color de los diamantes se falsifica, cambia o manipula.
Estos diamantes son creados únicamente del carbono extraído de los restos físicos de una persona, sin añadir nada más, el resultado son diamantes irrepetibles con una tonalidad que varía dependiendo de la presencia de Boro(B), a mayor presencia más intensa es la tonalidad azul.
Carat (Quilate): se pueden obtener diamantes a partir de 0,30 quilates. Un quilate equivale a 200 miligramos.
¿Cuál es la diferencia entre un diamante natural, un diamante sintético y de un diamante del recuerdo?
Los diamantes naturales sólo se encuentran en las minas de diamantes, se forman sólo a lo largo de miles de años. En la naturaleza no hay dos diamantes iguales ni los diamantes perfectos. Conservan rastros químicos de los elementos presentes en el entorno donde se fueron creando y estas peculiaridades los hacen únicos.
Los diamantes creados en laboratorio o sintéticos parten siempre del mismo elemento: carbono que luego es grafitizado (elemento que está en los lápices), el cual les da tonalidades amarillas. Estas tonalidades son normalmente manipuladas con técnicas, tintas y elementos químicos que dan como resultado diamantes: rojos, verdes, azules, marrones, naranjas, etc.
Creados a partir de carbono extraído de una parte de los restos físicos de una persona, los diamantes resultado del proceso Algordanza no son perfectos, sino: auténticos, únicos e irrepetibles.
Una vez fabricado el diamante, se ofrece un análisis químico con la lectura de los elementos químicos presentes en el carbono extraído, que sirve como garantía de origen. Previo al proceso de transformación se puede llevar a cabo un análisis de medición de carbono por Intertek Caleb Brett Suiza. Siempre se hace entrega de estos resultados. Así, los diamantes Algordanza son certificados por el Instituto Gemológico Suizo, una de las más importantes instituciones en el mundo.

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