El virus de la gripe A(H1N1) está enmascarando el mundo
- Internacional
Ha producido ya varias muertes, pérdidas económicas y hasta roces diplomáticos. El nuevo virus de la influenza sacude al mundo sin que los científicos tengan claras muchas de sus características.
El miedo es libre, pero también contagioso. Y si hay algo más veloz que un virus en fase de expansión es la propagación del pánico, como acaba de demostrar la reciente alerta de pandemia por el virus gripal H1N1.
Aspectos tales como la demanda de Tamiflu en las farmacias por parte de población sana, los sacrificios masivos de cerdos, el veto de Rusia al porcino español o el punto de xenofobia con que se contempla a los mexicanos en algunos lugares de EE.UU. -hechos todos ellos que no responden a razones objetivas- no son daños colaterales de la enfermedad, sino diversas variantes del miedo como fenómeno de masas, esa epidemia de alarma social que corre en paralelo a la real.
Porque, mientras la incidencia del virus parece de momento controlada, en Internet -auténtica incubadora de alarmas- y en la calle no decae el miedo a la pandemia. Pero, ¿a qué obedece? ¿Hay algún mecanismo social que siembre y difunda el temor?
No obstante, la ciudadanía debe estar consciente de que, en realidad, la gripe conocida al principio como “porcina” no agarró por sorpresa a las autoridades mundiales, regionales y nacionales de salud.
Desde el “susto” de la gripe aviar (influenza H5N1), la Organización Mundial de la Salud (OMS) movilizó la creación de mecanismos de alerta por si llegara a pasar lo que está pasando ahora.
Entonces, hace cinco años, las autoridades temieron que una influenza nueva pudiera evolucionar y se convirtiera en una que, además de ser extraña para la ciencia, lograra la capacidad de transmitirse de una persona a otra.
Entre 2003 y 2005 se detectaron 100 casos humanos de gripe aviar, de los que 60 terminaron en muerte en países como Camboya, Vietnam y China. La única condición que el virus no cumplía para que hubiera una pandemia era la de transmitirse de humano a humano.
Conociendo esto, es fácil comprender por qué la gripe A(H1N1) –popularmente “porcina”– ha alertado tanto a las autoridades mundiales de salud en el último mes.
Un virus mutante. La gripe es un virus que muta constantemente, explican diversos especialistas de la OMS.
Afecta a aves, mamíferos y al ser humano. Cada especie tiene su propia influenza con sus respectivas y continuas variantes. El virus se replica en el núcleo de la célula y cada vez que lo hace, existe la posibilidad de que se vayan gestando cambios en su composición genética.
Esto hace que existan muchas cepas o subtipos del mismo virus. Por ello, también se crea cada año una vacuna diferente para la gripe estacionaria.
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