El Gobierno ruso admite que la pandemia de COVID-19 se complica
Con 1,563,976 casos acumulados, Rusia es a día de hoy el cuarto país del mundo en número de positivos por coronavirus después de Estados Unidos, la India y Brasil.
La capital rusa acumula 409,022 casos de covid-19 y 6,578 fallecimientos por esta enfermedad, 75 de ellos en las últimas 24 horas.
El Gobierno de Rusia admitió que la situación epidémica en el país se complica y que en algunas regiones la ocupación de camas hospitalarias destinadas a pacientes con COVID-19 supera el 95 %.
"La situación continúa complicándose: el incremento promedio diario de la morbilidad es del 1 %, pero con las cifras que tenemos es bastante", dijo la viceprimera ministra Tatiana Golíkova en una reunión telemática del presidente ruso, Vladímir Putin, con miembros del Gobierno.
Según Golíkova, el 19.1 % de las camas para enfermos con covid-19 en todo el país están desocupadas, pero en 19 entidades federadas la ocupación supera el 90 % y en otras cinco es de más del 95 %.
"No estamos hablando de una segunda ola. Como lo debatimos hace muy poco, hay regiones a la que según los expertos recién está llegando la primera", dijo el jefe de Kremlin desde su residencia campestre de Novo-Ogariovo, en las afueras de Moscú.
Putin ordenó que se destinen a la regiones 10,000 millones de rublos (unos 130 millones de dólares) para la adquisición de medios de protección individual y test de coronavirus.
Rusia registró hoy por segundo día consecutivo un récord de fallecidos diarios por covid-19 desde el comienzo de la pandemia, con un total de 346 decesos en las últimas 24 horas.
Según las estadísticas oficiales, en la pasada jornada se detectaron 16.292 nuevos positivos por coronavirus, 3,670 de ellos en Moscú, que es el principal foco infeccioso del país.
La capital rusa acumula 409,022 casos de COVID-19 y 6,578 fallecimientos por esta enfermedad, 75 de ellos en las últimas 24 horas.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, constató hoy que la situación en la ciudad todavía es "inestable", pero optó por no imponer medidas de control más severas y se limitó a extender por decreto las limitaciones vigentes por un mes más, hasta fines de noviembre.
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Pese al gran repunte de la epidemia en las últimas semanas, en las que se han más que duplicado los contagios diarios, las autoridades de Rusia han descartado la adopción de medidas drásticas como el confinamiento, un toque de queda o la paralización de sectores económicos.