Irak se desarma o EU ataca, Bush
Publicado 2002/09/12 23:00:00
- MEREDITH SERRACIN
Con la solemne conmemoración del aniversario del 11 de septiembre como telón de fondo y las divergencias sobre un posible ataque de Estados Unidos contra Irak, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, inauguró ayer la 57 Asamblea General con una apasionada exhortación al regreso de la acción multilateral.
Específicamente, el máximo responsable del organismo mundial instó al presidente George W. Bush, aun sin mencionarlo por nombre, que recurra a la ONU para lograr el regreso de los inspectores de armas a Bagdad si quiere reducir la amenaza iraquí.
El secretario general, oriundo de Ghana, señaló que una acción militar sobre Irak sin el beneplácito de la ONU "tendrá consecuencias muy graves" porque "cuando un Estado decide usar la fuerza no puede encontrar un reemplazo" del Consejo de Seguridad.
Por su parte, en su discurso, Bush aparentemente moderó los temores belicistas que Washington había generado en este organismo, al decir de muchos delegados. El presidente estadounidense anunció que trabajará con el Consejo de Seguridad de la ONU en una nueva resolución que exija el desarme del régimen de Bagdad.
222 La Casa Blanca quiere un ultimátum a Irak de semanas y no de meses.
Pero el mandatario dejó muy claro de que si el presidente de Irak, Sadam Hussein, no cumple esta nueva resolución, una acción multilateral de la ONU estaría en orden, y que si ésta no se lograra, una acción por parte de Estados Unidos "será inevitable".
"Si nos desafía de nuevo, el mundo deberá actuar de forma decisiva para detener a Irak", advirtió. Bush, en el primer discurso que abrió el debate general tras las palabras de Annan, dedicó una gran parte de su alocución a denunciar las veces que Hussein ha desoído las resoluciones de la ONU durante los 10 años transcurridos desde la guerra del Golfo. El mandatario acusó al régimen de Bagdad de haber producido armas de destrucción masiva e intimó que podía contar con la bomba atómica en un año.
En un discurso de casi media hora y que fue más conciliador de lo que se esperaba, Bush hizo el sorpresivo anuncio de que Estados Unidos se reintegraba a la UNESCO, el organismo cultural y educacional de la ONU, después de 18 años. Washington y Londres habían abandonado esa institución por considerar que se había ideologizado en contra de los países del primer mundo.
Por eso, Washington se ha estado preparando para la guerra en varios frentes. El 16 de junio, el Washington Post informó que hace varios meses Bush "ordenó a la CIA lanzar un operativo secreto de gran escala para tumbar a Sadam Hussein, y le dio permiso para usar fuerza letal para capturarlo". La orden manda que la CIA dé a las fuerzas de la oposición iraquíes fondos, armas y agentes; aumente la capacidad de recolectar información; y trace un plan para despachar agentes de la CIA y de las Fuerzas Especiales a cazar a Hussein. Un funcionario del gobierno le dijo al Post que esos planes no son un sustituto para la guerra sino "parte de los preparativos para un ataque militar".
Desde la guerra del Golfo, Washington ha estado construyendo y fortaleciendo una amplia red de bases militares por toda la región. Tiene unos 20,000 soldados en Qatar, Omán, Bahrain y Kuwait, y 5,000 en Arabia Saudita.
El New York Times informó: "Miles de infantes de Marina, de la Primera Fuerza Expedicionaria de Camp Pendleton, California, realizan ejercicios en preparación para un ataque en el golfo Pérsico", y "la Fuerza Aérea está acumulando misiles, municiones y piezas de repuesto (como motores de aviones), en depósitos de Estados Unidos y el Medio Oriente".
Además, Washington aumentó enormemente la ayuda militar a Jordania, donde tiene bases desde las cuales puede lanzar ataques aéreos y de comandos contra Irak. El Times comentó que una mayor intervención en Jordania "colocaría fuerzas estadounidenses entre Irak e Israel", pero agregó que "todavía no han consultado con el gobierno jordano sobre el uso de esas bases". Como en la guerra de 1991, Turquía sería una principal escala del ataque. La prensa turca informó que unos siete mil soldados yanquis llegaron en junio y que otros 30,000 llegarán pronto. Altos funcionarios de la administración han recorrido los países de la región en busca de apoyo para la guerra.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, fue a Kuwait, Bahrain y Qatar en junio. El Departamento de Estado y la CIA se reúnen frecuentemente con los grupos opositores en el exilio. En abril, la CIA trajo dirigentes de los grupos kurdos del norte de Irak a reuniones secretas. Unos 70 ex oficiales del ejército iraquí se reunieron en Londres a comienzos de julio. Además, Washington apoya los brutales ataques israelíes contra Cisjordania y Gaza porque quiere extinguir el levantamiento palestino antes de iniciar una guerra contra Irak.
El Times informó: "Una vez que lleguen a un consenso, trazar el plan y escoger fechas para los ataques aéreos y terrestres son los últimos pasos que tiene que dar Bush". Dijo que no se espera un ataque hasta comienzos de 2003 "para crear las condiciones militares, económicas y diplomáticas adecuadas". Pero todo eso es tema de conjetura y podría cambiar conforme a las contradicciones mundiales.
Específicamente, el máximo responsable del organismo mundial instó al presidente George W. Bush, aun sin mencionarlo por nombre, que recurra a la ONU para lograr el regreso de los inspectores de armas a Bagdad si quiere reducir la amenaza iraquí.
El secretario general, oriundo de Ghana, señaló que una acción militar sobre Irak sin el beneplácito de la ONU "tendrá consecuencias muy graves" porque "cuando un Estado decide usar la fuerza no puede encontrar un reemplazo" del Consejo de Seguridad.
Por su parte, en su discurso, Bush aparentemente moderó los temores belicistas que Washington había generado en este organismo, al decir de muchos delegados. El presidente estadounidense anunció que trabajará con el Consejo de Seguridad de la ONU en una nueva resolución que exija el desarme del régimen de Bagdad.
222 La Casa Blanca quiere un ultimátum a Irak de semanas y no de meses.
Pero el mandatario dejó muy claro de que si el presidente de Irak, Sadam Hussein, no cumple esta nueva resolución, una acción multilateral de la ONU estaría en orden, y que si ésta no se lograra, una acción por parte de Estados Unidos "será inevitable".
"Si nos desafía de nuevo, el mundo deberá actuar de forma decisiva para detener a Irak", advirtió. Bush, en el primer discurso que abrió el debate general tras las palabras de Annan, dedicó una gran parte de su alocución a denunciar las veces que Hussein ha desoído las resoluciones de la ONU durante los 10 años transcurridos desde la guerra del Golfo. El mandatario acusó al régimen de Bagdad de haber producido armas de destrucción masiva e intimó que podía contar con la bomba atómica en un año.
En un discurso de casi media hora y que fue más conciliador de lo que se esperaba, Bush hizo el sorpresivo anuncio de que Estados Unidos se reintegraba a la UNESCO, el organismo cultural y educacional de la ONU, después de 18 años. Washington y Londres habían abandonado esa institución por considerar que se había ideologizado en contra de los países del primer mundo.
Por eso, Washington se ha estado preparando para la guerra en varios frentes. El 16 de junio, el Washington Post informó que hace varios meses Bush "ordenó a la CIA lanzar un operativo secreto de gran escala para tumbar a Sadam Hussein, y le dio permiso para usar fuerza letal para capturarlo". La orden manda que la CIA dé a las fuerzas de la oposición iraquíes fondos, armas y agentes; aumente la capacidad de recolectar información; y trace un plan para despachar agentes de la CIA y de las Fuerzas Especiales a cazar a Hussein. Un funcionario del gobierno le dijo al Post que esos planes no son un sustituto para la guerra sino "parte de los preparativos para un ataque militar".
Desde la guerra del Golfo, Washington ha estado construyendo y fortaleciendo una amplia red de bases militares por toda la región. Tiene unos 20,000 soldados en Qatar, Omán, Bahrain y Kuwait, y 5,000 en Arabia Saudita.
El New York Times informó: "Miles de infantes de Marina, de la Primera Fuerza Expedicionaria de Camp Pendleton, California, realizan ejercicios en preparación para un ataque en el golfo Pérsico", y "la Fuerza Aérea está acumulando misiles, municiones y piezas de repuesto (como motores de aviones), en depósitos de Estados Unidos y el Medio Oriente".
Además, Washington aumentó enormemente la ayuda militar a Jordania, donde tiene bases desde las cuales puede lanzar ataques aéreos y de comandos contra Irak. El Times comentó que una mayor intervención en Jordania "colocaría fuerzas estadounidenses entre Irak e Israel", pero agregó que "todavía no han consultado con el gobierno jordano sobre el uso de esas bases". Como en la guerra de 1991, Turquía sería una principal escala del ataque. La prensa turca informó que unos siete mil soldados yanquis llegaron en junio y que otros 30,000 llegarán pronto. Altos funcionarios de la administración han recorrido los países de la región en busca de apoyo para la guerra.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, fue a Kuwait, Bahrain y Qatar en junio. El Departamento de Estado y la CIA se reúnen frecuentemente con los grupos opositores en el exilio. En abril, la CIA trajo dirigentes de los grupos kurdos del norte de Irak a reuniones secretas. Unos 70 ex oficiales del ejército iraquí se reunieron en Londres a comienzos de julio. Además, Washington apoya los brutales ataques israelíes contra Cisjordania y Gaza porque quiere extinguir el levantamiento palestino antes de iniciar una guerra contra Irak.
El Times informó: "Una vez que lleguen a un consenso, trazar el plan y escoger fechas para los ataques aéreos y terrestres son los últimos pasos que tiene que dar Bush". Dijo que no se espera un ataque hasta comienzos de 2003 "para crear las condiciones militares, económicas y diplomáticas adecuadas". Pero todo eso es tema de conjetura y podría cambiar conforme a las contradicciones mundiales.
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