Joven austríaca secuestrada por ocho años aparece en televisión
Publicado 2006/09/06 23:00:00
- Meredith SerracÃn
La joven Natascha Kampusch, que estuvo secuestrada durante más de ocho años y en libertad desde hace sólo dos semanas, resaltó, en su primera y esperada entrevista a la prensa, la desesperación vivida en su largo cautiverio y su deseo permanente de huir.
"Sólo pensaba en huir", dijo Kampusch en declaraciones a la revista semanal austríaca "News" en su edición de mañana, según adelantó esta tarde la agencia austríaca de noticias APA.
Toda la república alpina, conmocionada tras la liberación de Kampusch hace dos semanas, ha estado a la espera de sus primeras declaraciones públicas, así como de su primera aparición ante las cámaras de televisión.
"Una y otra vez me preguntaba por qué precisamente entre los muchos millones de seres humanos (que hay) justo a mí tenía que pasarme esto", explicó la joven de 18 años que fue recluida en una bodega, debajo del garaje de la casa de su secuestrador, Wolfgang Priklopil, un técnico en electrónica que se suicidó, con 44 años, pocas horas después de la huida de su rehén.
"Yo pensaba: seguro que no he venido al mundo para dejarme encerrar y arruinar completamente mi vida. Estoy desesperada sobre esta injusticia", añadió .
"Me sentía como una pobre gallina en una batería ponedora (expresión utilizada en Austria que es similar a sardina enlatada). Seguro que han visto en la televisión y la prensa mi calabozo. Así es que saben cuán pequeño era. Era para desesperarse".
"Siempre pensaba en cómo llegar hasta el punto de poder huir. Pero no podía arriesgarme", aseguró.
Según Kampusch, su secuestrador "sufría una fuerte paranoia y mantenía una desconfianza permanente".
"Un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no salir nunca más del sótano. Tenía que ganarme su confianza", recalcó.
Es la primera vez que la joven relata a la prensa cómo vivió su cautiverio en la casa de Priklopil, situada en la pequeña localidad de Strasshof, cerca de Viena.
Así, su calabozo se encontraba a pocos kilómetros de su antiguo hogar, en un distrito vienés, donde fue secuestrada en marzo de 1998 en su camino a la escuela.
Kampusch también dijo que desea ayudar a mujeres secuestradas en México.
Aseguró que su deseo es llevar adelante un proyecto "para mujeres en México, que son raptadas desde sus puestos de trabajo, secuestradas, torturadas de la forma más brutal y violadas".
"Quiero aportar lo mío para que eso no pase nunca más", señaló la joven.
"Sólo pensaba en huir", dijo Kampusch en declaraciones a la revista semanal austríaca "News" en su edición de mañana, según adelantó esta tarde la agencia austríaca de noticias APA.
Toda la república alpina, conmocionada tras la liberación de Kampusch hace dos semanas, ha estado a la espera de sus primeras declaraciones públicas, así como de su primera aparición ante las cámaras de televisión.
"Una y otra vez me preguntaba por qué precisamente entre los muchos millones de seres humanos (que hay) justo a mí tenía que pasarme esto", explicó la joven de 18 años que fue recluida en una bodega, debajo del garaje de la casa de su secuestrador, Wolfgang Priklopil, un técnico en electrónica que se suicidó, con 44 años, pocas horas después de la huida de su rehén.
"Yo pensaba: seguro que no he venido al mundo para dejarme encerrar y arruinar completamente mi vida. Estoy desesperada sobre esta injusticia", añadió .
"Me sentía como una pobre gallina en una batería ponedora (expresión utilizada en Austria que es similar a sardina enlatada). Seguro que han visto en la televisión y la prensa mi calabozo. Así es que saben cuán pequeño era. Era para desesperarse".
"Siempre pensaba en cómo llegar hasta el punto de poder huir. Pero no podía arriesgarme", aseguró.
Según Kampusch, su secuestrador "sufría una fuerte paranoia y mantenía una desconfianza permanente".
"Un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no salir nunca más del sótano. Tenía que ganarme su confianza", recalcó.
Es la primera vez que la joven relata a la prensa cómo vivió su cautiverio en la casa de Priklopil, situada en la pequeña localidad de Strasshof, cerca de Viena.
Así, su calabozo se encontraba a pocos kilómetros de su antiguo hogar, en un distrito vienés, donde fue secuestrada en marzo de 1998 en su camino a la escuela.
Kampusch también dijo que desea ayudar a mujeres secuestradas en México.
Aseguró que su deseo es llevar adelante un proyecto "para mujeres en México, que son raptadas desde sus puestos de trabajo, secuestradas, torturadas de la forma más brutal y violadas".
"Quiero aportar lo mío para que eso no pase nunca más", señaló la joven.
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