La fiesta alemana de la cerveza, Oktoberfest

Más de seis millones de personas son esperadas en la tradicional Fiesta de la Cerveza de Múnich, que se celebra desde el pasado sábado en su edición número 176.

Para muchos extranjeros, las mujeres vestidas con el clásico delantal de gran escote, el "dirndl", los hombres con pantalones de cuero, las cervezas y los tradicionales panecillos salados entrelazados, los "brezn", son sinónimos de lo típico alemán.

Pero para los berlineses o los hamburgueses, la Fiesta de la Cerveza, que en Alemania se llama Fiesta de Octubre (Oktoberfest), es típicamente bávara y muy muniquesa.

Un personaje infaltable para la inauguración de la que se promociona como "la mayor fiesta popular del mundo" es el alcalde de Múnich, el socialdemócrata Christian Ude, quien desde hace 15 años se encarga de abrir el primer barril de cerveza al grito de "Ozapft is" ("Está abierto").

Ude confesó que posee un solo pantalón de cuero con el que asiste a los festejos. "Cada año se vuelve más estrecho", bromeó. En 2005 y en 2008, consiguió el récord de espitar el barril con sólo dos martillazos.

Durante las tres semanas y media de duración de la fiesta se verán desfilar las últimas creaciones de "dirndl". Este año se verán el turquesa, el amarillo y mucho lila, explica la jefa de compras de una las principales tiendas del ramo en Múnich.

Las quejas que más se escucharán en las "carpas" de madera que los distintos restaurantes habilitan en los prados "Theresienwiesen" serán por los precios de la cerveza, que oscilarán entre 8,10 y 8,60 euros (11,90 y 12,60 dólares) el litro. Y a pesar de los precios, se estima que serán consumidos unos seis millones de litros.

En cuanto a la música, basta echar una ojeada a los temas que tuvieron éxito en los bares alemanes de Mallorca este verano para saber qué sonará en las carpas en Múnich.

Lo nuevo de la fiesta de la cerveza.
Entre las novedades de este año figura un nuevo reto, el del presidente de la Asociación alemana de Amigos del Beso, Marco Wanke, que pretende batir su récord previo y besar a 10 mil mujeres en sólo tres días.

Este año, además, los responsables de las grandes carpas cerveceras han prohibido a los reporteros de prensa fotografiar a borrachos y mujeres con los pechos al aire, por entender que daña la imagen de la mayor fiesta popular del mundo y vulnera la intimidad de los asistentes.

La Asociación de Periodistas de Baviera criticó la medida por entender que se trata de una censura e impide dar una imagen global de la fiesta. Los organizadores, en cambio, alegan que esas imágenes dan una impresión distorsionada de la Oktoberfest, pues se centran en unos individuos concretos y no en el ambiente festivo global.

La historia de la Oktoberfest se remonta a 1810, a las fiestas nupciales entre el príncipe bávaro Luis I y su prometida Therese von Sachsen-Hildburghausen.