Orquesta construye sus instrumentos con los vegetales
- Meredith SerracÃn
Su sonido es igual de sabroso para los oídos que para el paladar.
"Onionoise" (El sonido de las cebollas) es el tercer trabajo de la orquesta. El colectivo vienés de once miembros cuenta con una docena de años de experiencia en la construcción de instrumentos "verdes" y la exploración del universo sónico de los vegetales.
Para otros músicos, un concierto empieza con el ensayo previo, pero para Susanna Garthmayer y Ernst Reitermaier, dos de sus integrantes, todo empieza mucho antes, en el mercado de Viena al que acuden para comprar sus futuros instrumentos.
Para su último concierto en la prestigiosa Konzerthaus de Viena, necesitaron entre 70 y 100 kilos de verdura y unas tres horas de trabajo para crear decenas de instrumentos como el "pepinófono" que toca Ernst: una boquilla de zanahoria, un cuerpo de pepino y una campana formada por un pimiento.
Las zanahorias se transforman en flautas, los puerros en violines, las berenjenas en algo parecido a las castañuelas, las fibras del ruibarbo en arpas y las calabazas y otros tubérculos en tambores y cajas de percusión.
Incluso el sonido del apio, el perejil y las cáscaras de cebolla, entre muchos otros, tienen su espacio en el viaje acústico que proponen a través de huertas imaginarias de sonido excepcional.
Un amplio registro que permite un repertorio que va del tecno minimalista a la música étnica, pasando por la electroacústica o el sonido más pop.
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