OTAN controla Afganistán a cinco años de la invasión
Publicado 2006/10/05 23:00:00
En el 2001, EE.UU. bombardea Afganistán con ayuda británica bombardeó a este país para sacar al régimen talibán.
CINCO AÑOS después de la invasión estadounidense de Afganistán, la OTAN ha extendido sus operaciones militares a todo el país, que vive la peor ola de violencia de los últimos tiempos y con el resurgir de los talibanes.
La OTAN, que asumió por mandato de la ONU la misión Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) el 9 de agosto de 2003 con unos 4, 500 efectivos restringidos al área de Kabul, se extendió al este del país, con lo que pasó a controlar todo el territorio y a disponer de 32, 000 soldados.
Para ello no fue necesario reclutar nuevas fuerzas un proceso siempre complicado dentro de la OTAN, ya que unos 12, 600 soldados de la operación antiterrorista "Libertad Duradera" liderada por EE.UU. pasaron a estar bajo mando de la ISAF mediante un sencillo cambio de insignias.
Esta es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un número tan grande de fuerzas estadounidenses se pone bajo mando extranjero, ya que la ISAF está comandada hasta febrero próximo por el teniente general británico David Richards.
Con esta medida, la ISAF se hizo con 12 Equipos de Reconstrucción Provincial (PRT) en el este del país, que se unen a las 13 con las que ya contaba en el norte, el oeste y el sur.
La misión de la ISAF, en la que participan soldados de 37 países, incluidos los 26 de la OTAN, tiene como fin ayudar al Gobierno afgano a extender su influencia sobre las provincias para facilitar la reconstrucción y la estabilidad regional.
"Libertad Duradera", que engloba a la coalición multinacional de voluntarios que invadió Afganistán el 7 de octubre de 2001, seguirá contando en Afganistán con unos 8, 000 efectivos, encargados de la persecución de terroristas.
Desde su despliegue al conflictivo sur el pasado 31 de julio, la ISAF ha hecho frente a una resistencia inesperada de los talibanes, lo que llevó a la OTAN a pedir refuerzos a los países miembros.
Sin embargo, pese al traspaso de las más de 12, 000 fuerzas de la coalición, la Alianza sigue presionando a sus miembros para que envíen otros 2, 500 efectivos al sur y para que países como Alemania España, e Italia, con soldados en Kabul, el norte y el oeste, eliminen las restricciones geográficas que impiden su uso en otras zonas.
A principios de este año, las fuerzas aliadas han sufrido 30 bajas en combate frente a sólo cuatro en 2005, mientras se han multiplicado los atentados suicidas contra sus tropas y objetivos civiles.
El primer ministro británico, Tony Blair, defendió las acciones militares de la OTAN en Afganistán frente a quienes las critican por sus negativas consecuencias humanitarias, denunciadas en un informe de la ONU.
"No queremos que Al Qaeda y los talibanes vuelvan a tomar el control de Afganistán y a utilizarlo como campo de entrenamiento de terroristas", afirmó Blair al reunirse con el primer ministro de Finlandia, Matti Vanhanen.
La OTAN, que asumió por mandato de la ONU la misión Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) el 9 de agosto de 2003 con unos 4, 500 efectivos restringidos al área de Kabul, se extendió al este del país, con lo que pasó a controlar todo el territorio y a disponer de 32, 000 soldados.
Para ello no fue necesario reclutar nuevas fuerzas un proceso siempre complicado dentro de la OTAN, ya que unos 12, 600 soldados de la operación antiterrorista "Libertad Duradera" liderada por EE.UU. pasaron a estar bajo mando de la ISAF mediante un sencillo cambio de insignias.
Esta es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un número tan grande de fuerzas estadounidenses se pone bajo mando extranjero, ya que la ISAF está comandada hasta febrero próximo por el teniente general británico David Richards.
Con esta medida, la ISAF se hizo con 12 Equipos de Reconstrucción Provincial (PRT) en el este del país, que se unen a las 13 con las que ya contaba en el norte, el oeste y el sur.
La misión de la ISAF, en la que participan soldados de 37 países, incluidos los 26 de la OTAN, tiene como fin ayudar al Gobierno afgano a extender su influencia sobre las provincias para facilitar la reconstrucción y la estabilidad regional.
"Libertad Duradera", que engloba a la coalición multinacional de voluntarios que invadió Afganistán el 7 de octubre de 2001, seguirá contando en Afganistán con unos 8, 000 efectivos, encargados de la persecución de terroristas.
Desde su despliegue al conflictivo sur el pasado 31 de julio, la ISAF ha hecho frente a una resistencia inesperada de los talibanes, lo que llevó a la OTAN a pedir refuerzos a los países miembros.
Sin embargo, pese al traspaso de las más de 12, 000 fuerzas de la coalición, la Alianza sigue presionando a sus miembros para que envíen otros 2, 500 efectivos al sur y para que países como Alemania España, e Italia, con soldados en Kabul, el norte y el oeste, eliminen las restricciones geográficas que impiden su uso en otras zonas.
A principios de este año, las fuerzas aliadas han sufrido 30 bajas en combate frente a sólo cuatro en 2005, mientras se han multiplicado los atentados suicidas contra sus tropas y objetivos civiles.
El primer ministro británico, Tony Blair, defendió las acciones militares de la OTAN en Afganistán frente a quienes las critican por sus negativas consecuencias humanitarias, denunciadas en un informe de la ONU.
"No queremos que Al Qaeda y los talibanes vuelvan a tomar el control de Afganistán y a utilizarlo como campo de entrenamiento de terroristas", afirmó Blair al reunirse con el primer ministro de Finlandia, Matti Vanhanen.
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