"Papable" sustituye a Juan Pablo II en Vigilia
Publicado 2005/03/27 00:00:00
- EFE
Se espera que hoy, Domingo de Resurrección, el Pontífice imparta la bendición.
POR PRIMERA vez en sus 26 años de Pontificado, Juan Pablo II no presidió anoche la Vigilia Pascual, que celebró en su nombre en la basílica de San Pedro del Vaticano el cardenal alemán, Joseph Ratzinger.
Aunque su delicado estado de salud le impidió estar en la basílica, el anciano Pontífice católico la siguió por televisión desde su apartamento en el Palacio Apostólico.
Juan Pablo II envió un mensaje a los miles de asistentes, que fue leído al comienzo de la ceremonia por el cardenal Ratzinger, en el que les bendijo y en el que expresó su agradecimiento a la televisión.
"Esta noche celebramos el misterio glorioso de la resurrección de Cristo. Gracias a la televisión, puedo seguir desde mi apartamento la sugestiva Vigilia Pascual. Saludo con afecto a todos los que están alrededor del altar del Señor, en especial a los catecúmenos que serán bautizados esta noche", escribió el Papa en su mensaje.
El Sumo Pontífice, sometido a una traqueotomía el 24 de febrero, hizo votos para que el mundo "reconozca" que gracias a la pasión, muerte y resurrección de Cristo, "lo que era viejo se ha renovado y todo es más bonito que antes". Una vez más, invocó la paz.
La Vigilia fue oficiada en su nombre por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, su brazo derecho y el encargado de escribir los bellos y duros textos del Vía Crucis del Coliseo, en los que denunció que el hombre actual no cree en nada y se deja arrastrar por un nuevo paganismo y que la tendencia es hacia un secularismo sin Dios.
El purpurado denunció también en las meditaciones del Vía Crucis "lo que tiene que sufrir Cristo por la suciedad que hay en su Iglesia, en la que se abusa de su palabra".
La solemne y larga ceremonia comenzó en el atrio de la basílica de San Pedro, en medio de un profundo silencio, con la bendición del fuego nuevo y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, "Luz del Mundo".
Ratzinger dijo en latín: "Christus heri et hodie, Principium et Finis, Alpha et Omega, ipsius sunt tempora et saecula. Ipsi gloria et imperium per universa aeternitatis saecula" (Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A El pertenece el tiempo y los siglos, a El la gloria y el poder por los siglos de los siglos)
Aunque su delicado estado de salud le impidió estar en la basílica, el anciano Pontífice católico la siguió por televisión desde su apartamento en el Palacio Apostólico.
Juan Pablo II envió un mensaje a los miles de asistentes, que fue leído al comienzo de la ceremonia por el cardenal Ratzinger, en el que les bendijo y en el que expresó su agradecimiento a la televisión.
"Esta noche celebramos el misterio glorioso de la resurrección de Cristo. Gracias a la televisión, puedo seguir desde mi apartamento la sugestiva Vigilia Pascual. Saludo con afecto a todos los que están alrededor del altar del Señor, en especial a los catecúmenos que serán bautizados esta noche", escribió el Papa en su mensaje.
El Sumo Pontífice, sometido a una traqueotomía el 24 de febrero, hizo votos para que el mundo "reconozca" que gracias a la pasión, muerte y resurrección de Cristo, "lo que era viejo se ha renovado y todo es más bonito que antes". Una vez más, invocó la paz.
La Vigilia fue oficiada en su nombre por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, su brazo derecho y el encargado de escribir los bellos y duros textos del Vía Crucis del Coliseo, en los que denunció que el hombre actual no cree en nada y se deja arrastrar por un nuevo paganismo y que la tendencia es hacia un secularismo sin Dios.
El purpurado denunció también en las meditaciones del Vía Crucis "lo que tiene que sufrir Cristo por la suciedad que hay en su Iglesia, en la que se abusa de su palabra".
La solemne y larga ceremonia comenzó en el atrio de la basílica de San Pedro, en medio de un profundo silencio, con la bendición del fuego nuevo y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, "Luz del Mundo".
Ratzinger dijo en latín: "Christus heri et hodie, Principium et Finis, Alpha et Omega, ipsius sunt tempora et saecula. Ipsi gloria et imperium per universa aeternitatis saecula" (Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A El pertenece el tiempo y los siglos, a El la gloria y el poder por los siglos de los siglos)
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