Los custodios no realizaron las ocho revisiones requeridas durante la tarde y noche antes de que falleciera
Secuestrador de Cleveland murió de asfixia autoerótica
Según la fiscalía, Ariel Castro se habría colgado tratando de caer brevemente en la inconsciencia mientras buscaba satisfacerse sexualmente. Castro no tenía tendencias suicidas, por lo que la institución carcelaria no tomó ninguna precaución para evitar que se quitara la vida.
Hechos
- Malos tratos
- Las víctimas de Ariel Castro estuvieron encadenadas por los tobillos, solo tenían acceso a inodoros de plástico colocados en los dormitorios "que rara vez se vaciaban" y las alimentaba una sola vez al día.
- Pidió perdón
- El día del juicio, el condenado pidió perdón a sus víctimas al inicio de la audiencia. Dijo que no era un monstruo y que estaba enfermo. También relató que sufrió abusos sexuales cuando era joven y habló de su adicción a la pornografía.
- Otras acusaciones
- En 1993 fue acusado de violencia doméstica cuando golpeó a la que era su esposa, le rompió varias costillas, la nariz, un diente y le dislocó la clavícula. Fue tan violenta la paliza que a la mujer se le formó un coágulo de sangre en el cerebro.
- Sorpresa
- Los vecinos del secuestrador de Cleveland nunca imaginaron que en la vivienda que este adquirió en 1992, una modesta casa de dos plantas, se encontraban ocultas tres adolescentes y una niña pequeña.
Ariel Castro, quien secuestró, violó y maltrató durante una década a tres mujeres en Cleveland (EE.UU.) y apareció ahorcado en su celda el pasado 3 de septiembre, pudo morir de asfixia autoerótica y no de un suicidio como se pensó en un principio, según un informe.
“No parece haber motivación conocida o justificada” para un suicidio, indica el informe del Departamento Correccional y de Rehabilitación del estado de Ohio.
Los pantalones y la ropa interior de Castro “estaban bajados hasta los tobillos” cuando fue hallado muerto en su celda del centro penitenciario de las afueras de Columbus (Ohio) donde cumplía condena, por lo que se está considerando “la posibilidad de una asfixia autoerótica”, precisa el documento.
La asfixia autoerótica es una práctica que consiste en obtener placer a través de la disminución de la respiración durante la actividad sexual o la masturbación.
No se encontró ninguna nota de suicidio de Castro, de origen puertorriqueño y quien no había mostrado tendencias suicidas en varias evaluaciones que se le realizaron, según destaca el informe.
La investigación del Departamento Correccional de Ohio concluye también que dos guardias de la prisión falsificaron los registros de su vigilancia a Castro en las horas previas a su muerte.
Los videos de la prisión mostraron que esos guardias se saltaron al menos ocho de las revisiones que debían hacer cada media hora a la celda de Castro en la tarde anterior a su fallecimiento.
En su celda también se hallaron algunas hojas en las que el secuestrador de Cleveland se quejaba de los insultos que le propinaban otros presos y expresaba su temor a que alguien estuviese manipulando su comida. “Su paranoia provocó que a veces no comiera”.
Por otro lado, el informe indica que la ambulancia llegó con “un retraso significativo”. Tardó en responder el doble de tiempo de lo habitual (media hora en lugar de 15 minutos). Llegó a las diez de la noche, y fue avisada a las 9:30 horas, y llegó al hospital 40 minutos después.
Castro, de 53 años, estaba bajo vigilancia estrecha en prisión, pero no contaba con protección frente al suicidio.
Su abogado, Craig Weintraub, denunció en su momento que las autoridades penitenciarias rechazaron una petición para que un psicólogo forense examinara las “tendencias suicidas” de Castro.
En agosto Castro había sido condenado a cadena perpetua sin libertad condicional por el cargo de homicidio agravado por golpear a una de las mujeres durante el cautiverio hasta causarle un aborto.
Por el resto de los casi 1,000 cargos que enfrentaba, entre ellos cientos por violación, recibió varias sentencias consecutivas que sumaban otros 1,000 años más en prisión.
Las tres mujeres, Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesús, fueron secuestradas por Castro en los años 2002, 2003 y 2004, y recuperaron la libertad el pasado 6 de mayo cuando, en un descuido de su captor, una de ellas logró escapar y pedir auxilio a gritos.
En la casa de Cleveland donde las tres estuvieron cautivas fue hallada también una niña de seis años, hija de Berry y fruto de los abusos de Castro.
En un caso parecido, el actor David Carradine, más conocido por su papel en la serie de televisión Kun Fu, murió ahorcado en un hotel de Bangkok el 3 de junio de 2009.
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