8 mil Ng'f6be Bugl'e9 cruzan a Costa Rica
Publicado 2007/09/30 23:00:00
- Marcelino Rosario
Unos ocho mil indígenas de la Comarca Ngöbe Buglé empezaron a trasladarse hacia Costa Rica por el inicio de la zafra cafetalera.
De acuerdo con testimonios de los propios indígenas, aunque parezca una travesía peligrosa, para ellos les presenta un oportunidad de mejorar sus entradas económicas y algunos se atreven a afirmar, que las condiciones laborales son mejores en el vecino país.
Entre otras ventajas de laborar en Costa Rica señalan que se pueden trasladar con sus familias y no tienen que preocuparse por las normas que regulan el trabajo de menores.
Los más afectados por esta migración temporal son las fincas cafetaleras en las Tierras Altas chiricanas, que se han quedado con poca mano de obra para recoger la zafra de este año.
En cada zafra se emplean entre 20 mil y 30 mil personas, en su mayoría indígenas.
Eso es mucha leche. Algunos economistas han puesto en duda que las vacas del mundo puedan cumplir esa meta. Por ello sostienen que hay grandes posibilidades de que la escasez de leche, que hasta ahora se observa en algunas partes del mundo, se extienda a un mayor número de países.
Cierto es que la producción está creciendo en los mercados emergentes como China, pero la demanda también sube y aún más rápidamente. Una persona promedio en China consume ahora más de seis galones de leche al año, arriba de los dos galones que consumía en el 2000. De manera que mientras China es ahora uno de los principales productores de leche al año es también el mayor importador del mundo.
Un problema adicional con la leche es que no es como el petróleo: no se puede meter en barriles y almacenar. Se pone "amarga". Aún en polvo, forma más mercantilizada internacionalmente, le leche tiene un tiempo determinado de vida útil.
Ante tal dificultad, solo el 17% de toda la leche producida globalmente es comercializada. El resto, 83%, es consumido en los mercados domésticos, los cuales suelen estar protegidos por barreras arancelarias o subsidios a los productores. Por esto es que el efecto de una eventual escasez global varía de país a país, y no todos los consumidores llegarían a sufrir su impacto.
En todo caso, el panorama proteccionista está cambiando. Los países de la Unión Europea (UE) acordaron la semana pasada eliminar las ayudas a la exportación de todos los productos lácteos como consecuencia de sus reformas agrícolas y por "la extraordinaria" situación de los mercados, según informó la Comisión Europea.
La UE empezó en 1993 a reducir los subsidios y a mediados del 2006 se habían suprimido para la leche en polvo descremada y a principios de año para la leche entera en polvo y condensada.
Pero debido a esta naturaleza local del mercado, hay poca capacidad de manejo. En el pasado, el mundo podía contar con EE.UU. y Europa para atender sus requerimientos en queso, leche y leche en polvo.
Los Estados Unidos, que es el mayor productor mundial de maíz y de leche, ha visto mermar sus reservas de mantequilla y de otros productos. Lo mismo ocurre con la UE.
La creciente demanda de biocombustibles empuja hacia arriba el precio del maíz y de otros granos, los cuales usan los granjeros de EE.UU., Europa, Canadá y Japón para alimentar sus vacas. Y esta alza en costos de alimentación mete presión en los precios de la leche aún más.
Se calcula que tanto los lecheros del medio oeste estadounidense (Texas, Oklahoma, etc.) como los europeos podrían multiplicar su producción. Pero les tomaría uno o dos años y tendrían que comprar maíz y otros granos para alimentar sus vacas a precios cada vez más altos.
De acuerdo con testimonios de los propios indígenas, aunque parezca una travesía peligrosa, para ellos les presenta un oportunidad de mejorar sus entradas económicas y algunos se atreven a afirmar, que las condiciones laborales son mejores en el vecino país.
Entre otras ventajas de laborar en Costa Rica señalan que se pueden trasladar con sus familias y no tienen que preocuparse por las normas que regulan el trabajo de menores.
Los más afectados por esta migración temporal son las fincas cafetaleras en las Tierras Altas chiricanas, que se han quedado con poca mano de obra para recoger la zafra de este año.
En cada zafra se emplean entre 20 mil y 30 mil personas, en su mayoría indígenas.
Eso es mucha leche. Algunos economistas han puesto en duda que las vacas del mundo puedan cumplir esa meta. Por ello sostienen que hay grandes posibilidades de que la escasez de leche, que hasta ahora se observa en algunas partes del mundo, se extienda a un mayor número de países.
Cierto es que la producción está creciendo en los mercados emergentes como China, pero la demanda también sube y aún más rápidamente. Una persona promedio en China consume ahora más de seis galones de leche al año, arriba de los dos galones que consumía en el 2000. De manera que mientras China es ahora uno de los principales productores de leche al año es también el mayor importador del mundo.
Un problema adicional con la leche es que no es como el petróleo: no se puede meter en barriles y almacenar. Se pone "amarga". Aún en polvo, forma más mercantilizada internacionalmente, le leche tiene un tiempo determinado de vida útil.
Ante tal dificultad, solo el 17% de toda la leche producida globalmente es comercializada. El resto, 83%, es consumido en los mercados domésticos, los cuales suelen estar protegidos por barreras arancelarias o subsidios a los productores. Por esto es que el efecto de una eventual escasez global varía de país a país, y no todos los consumidores llegarían a sufrir su impacto.
En todo caso, el panorama proteccionista está cambiando. Los países de la Unión Europea (UE) acordaron la semana pasada eliminar las ayudas a la exportación de todos los productos lácteos como consecuencia de sus reformas agrícolas y por "la extraordinaria" situación de los mercados, según informó la Comisión Europea.
La UE empezó en 1993 a reducir los subsidios y a mediados del 2006 se habían suprimido para la leche en polvo descremada y a principios de año para la leche entera en polvo y condensada.
Pero debido a esta naturaleza local del mercado, hay poca capacidad de manejo. En el pasado, el mundo podía contar con EE.UU. y Europa para atender sus requerimientos en queso, leche y leche en polvo.
Los Estados Unidos, que es el mayor productor mundial de maíz y de leche, ha visto mermar sus reservas de mantequilla y de otros productos. Lo mismo ocurre con la UE.
La creciente demanda de biocombustibles empuja hacia arriba el precio del maíz y de otros granos, los cuales usan los granjeros de EE.UU., Europa, Canadá y Japón para alimentar sus vacas. Y esta alza en costos de alimentación mete presión en los precios de la leche aún más.
Se calcula que tanto los lecheros del medio oeste estadounidense (Texas, Oklahoma, etc.) como los europeos podrían multiplicar su producción. Pero les tomaría uno o dos años y tendrían que comprar maíz y otros granos para alimentar sus vacas a precios cada vez más altos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.