El Instituto Oncológico Nacional (ION) recibe cada año cerca de 4,000 pacientes nuevos, de los cuales en promedio 3,500 padecen de cáncer
Ana de Millares: testimonio de lucha, esperanza y fe
Solucionar la falta de espacios en el Instituto Oncológico Nacional (ION), frente a la demanda, es una deuda que tiene el Estado con los pacientes.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 28/10/2018 - 07:11 am
Después de 50 años de recorrer los pasillos de la Editora Panamá América, Ana de Millares se enfrenta a una entrevista en la que cuenta su caminar tras diagnosticársele cáncer de mama y lo valioso que es conocer tu cuerpo.
¿Cómo fue recibir un diagnostico de cáncer?
No se me vino el mundo encima. Entendí que solo Dios sabe por qué pasan las cosas, y todo lo dejé en manos de Él.
¿Quién ha sido su apoyo en esta batalla?
Mis hijos, mi hermana, mis jefes y mis compañeros de trabajo.
¿Cómo enfrentó los momentos difíciles de esta enfermedad?
Los tiempos duros llegaron con las quimioterapias. Es algo que no se lo deseo a nadie. Son dolores y malestares, pero que no te pueden vencer. Trabajar fue mi decisión, la solidaridad de mis compañeros fue vital para superar esa etapa.'
Frase
Agradecer a Dios es la clave para superar todos los retos que te ponga la vida. Ana de Millares - sobreviviente de cáncer
¿Cuál es su recomendación para los familiares y amigos de los pacientes con cáncer?
Estar siempre presente. El apoyo de la familia es importante, porque además del dolor del cuerpo, también es espiritual. El cáncer viene con cambios, pero yo no permití que la enfermedad me venciera.
Después de su experiencia, ¿es el cáncer sinónimo de muerte?
El cáncer no es sinónimo de muerte, es sinónimo de lucha, fe y esperanza.
¿Cree usted que los pacientes de cáncer cuentan con el respaldo real en el sistema de salud?
En atención médica sí, pero en materia de medicamentos muchas veces el paciente tiene que comprar en las farmacias privadas, y son bastante caros.
¿Qué hace falta para mejorar la calidad de vida y la atención médica de los pacientes con cáncer?
El Instituto Oncológico Nacional cuenta con un personal atento y cordial, lo que hace falta es espacio. Cada día somos más los pacientes con cáncer, y cuando llegas al hospital, hay que tener cuidado al caminar para no lastimar a los pacientes, a veces no hay ni dónde sentarse.
¿Cómo afecta la economía de una familia el diagnostico de cáncer?
Hay que extender el presupuesto familiar para incluir medicamentos, el cambio en la alimentación y transporte para asistir a citas y tratamientos.
Todos tenemos una razón de vida, ¿cuál es la suya?
El amor a Dios y mi nieto, de 9 años, que padece de síndrome de Down, que llevo adelante con el apoyo de mi hija, nietos y mi yerno. Siempre están pendientes de mí y de él.
¿Qué se aprende con una experiencia como esta?
Uno en el momento se pregunta ¿qué va a pasar?, pero si declaras la lucha, jamás te vas a sentir mal, y cuando estás en el hospital y conversas con el resto de los pacientes, te das cuenta de que realmente no tienes nada. Yo en menos de un año superé mi cáncer, a mí me operaron en abril del 2017 y el 27 de noviembre del mismo año, toqué campana.
¿Usted constantemente habla de prevención?
Yo aprendí a hacerme el autoexamen, y cuando noté el cambio en mi cuerpo, inmediatamente, consulté al médico. No perdí tiempo. El cuerpo nos avisa las cosas y uno mismo es el único responsable de su salud y su cuerpo.
El tratamiento del cáncer trae cambios en el cuerpo, ¿cuál es su consejo para aquellos jóvenes que ponen la belleza sobre su salud?
La belleza real está en el interior y tenemos que conformarnos con lo que Dios nos da, y no ponerle al cuerpo lo que no necesita. A la larga trae consecuencias.
¿Cómo se sobrevive 50 años en una misma empresa?
De cada jefe y de cada compañero aprendí algo y he tratado de aconsejar a los nuevos profesionales. Me ha tocado vivir la evolución del periodismo sin ser periodista.
¿Cree usted que en estos tiempos se trabaja por vocación?
Hay muchos profesionales que les gusta su trabajo, lo hacen por vocación y no solo por dinero. La gran mayoría sigue trabajando para crecer profesionalmente en el periodismo.
¿Cuál es la clave para lidiar con tantas personas a lo largo de estos 50 años?
Tratar de entender a cada uno. No siempre las personas están de buen ánimo o desconocemos si tienen algún problema. Es comprensión.
¿Cuándo inició su caminar por Editora Panamá América?
A los 21 años llegué a la Editora Unión en la vía Fernández de Córdoba, bajo la administración de la familia Arias, el 22 de abril de 1968. Luego pasó a manos de los militares como Editora Renovación (Ersa), para ese entonces era muy joven y no entendía la magnitud de perder un empleo y, finalmente, terminé en la Editora Panamá América hasta el día de hoy.
¿Cómo evalúa el paso del tiempo a sus 73 años?
En materia laboral, los vi pasar sumida en el amor que les tenía a mis archivos, pero personalmente, siempre he vivido agradecida a Dios por cada día de vida.
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