Camiones volquetes: sin juez ni ley
Publicado 2000/05/02 23:00:00
- Carlos Acebedo
Los camiones volquetes transitan día y noche sin importar que lo hagan por el medio de zonas residenciales o que levanten grandes polvaredas en perjuicio de terceros.
Destruyen las vías públicas por exceder la carga permitida por la ley, sin que sean amonestados por ello.
Ponen en peligro la seguridad ciudadana al no portar la lona reglamentaria para cubrir su carga de piedras o arena.
En pocas palabras, los camiones volquetes andan por las calles sin juez ni ley y más aún: en condiciones mecánicas inimaginables que han traído como consecuencia la muerte de muchos panameños, con la excusa inexcusable de "me quedé sin frenos" o "perdí el control".
Todo esto lo hacen los conductores y propietarios de este tipo de vehículos, aún sabiendo que existe una ley (la No.10 de Pesos y Dimensiones) que regula la cantidad de carga que debe llevar un vehículo volquete, según su clasificación.
En esa clasificación entran los vehículos tipo C-3, cuya carga no debe exceder las 21.9 toneladas brutas y son camiones que constan de tres ejes. También los C-4, cuya carga permitida es de 27.5 toneladas brutas y constan de cuatro ejes.
Estos dos tipos son los que mayormente contravienen las leyes de pesos y dimensiones establecidas, según informó el arquitecto Roberto Sánchez, encargado de la sección de Pesos y Dimensiones de la Autoridad Nacional del Transporte.
Es esta dependencia la encargada de velar porque se cumpla la Ley 10 de 24 de enero de 1989, mediante la cual se adoptan medidas sobre Pesos y Dimensiones de los vehículos de carga que circulan por las vías públicas. Esta es reglamentada por el Decreto Ejecutivo No.135 de 28 de febrero de 1990.
De acuerdo con este último decreto corresponde a la Dirección Nacional e Tránsito de la Policía Nacional "brindar su cooperación en todo momento para que los conductores o propietarios de vehículos cumplan con las disposiciones de la Ley No.10 de 1989 y apoyarán a los servidores públicos encargados de los controles de pesaje en las estaciones existentes en el país".
Pese a que este apoyo está contenido en la ley, los funcionarios de Pesos y Dimensiones afirman que requieren de más apoyo por parte del Tránsito porque "una sola golondrina no hace verano".
Es a la Dirección de Operaciones del Tránsito a la que corresponde hacer cumplir especificaciones tan importantes para la seguridad, como lo son portar la lona que cubre la carga, mantener los autos en buen estado o transitar por las vías que el reglamento del Tránsito establece para los camiones volquetes, especialmente a los C-3 y C-4, que son los que más violan las leyes existentes.
Es importante destacar que diariamente en la estación de pesos y dimensiones de La Chorrera se dan entre 125 y 150 infracciones a conductores de camiones volquetes. De éstas, un 85% se les pone por evasión al no entrar al control de pesos y dimensiones.
Esto se da al tratar de burlar el requisito exigido por la ley de que todo vehículo que tenga seis llantas o más, o con características especiales que ameritan ser regulados, deben pasar por todos los controles de pesos y dimensiones instalados en el país, que suman nueve.
Estos están ubicadas en Chepo, Curundú, La Chorrera, Divisa, Espinal (Los Santos), Veraguas (carretera a Soná), Risacua (David), Paso Canoa (frontera) y Gualaca en Chiriquí.
Todos estos camiones deben solicitar un permiso especial o tarjeta para poder circular. Sin embargo, se sabe que más del 40% de los camiones que transitan por las calles del país, "andan a la libre", sin su respectivo permiso.
Esto trae como consecuencia que pasen en horarios nocturnos por las barriadas produciendo ruidos que perturban el sueño de las personas, que no protejan la carga como debe ser y, en consecuencia, caigan las piedras que transportan sobre los parabrisas de los autos que transitan detrás de ellos, o que corran por las vías a gran velocidad y en los carriles que no les corresponde.
El país está inundado de volquetes, como señala Roberto Sánchez, pero muchos de ellos no cuentan con el permiso para transitar, están en pésimas condiciones mecánicas y portan placas de otros vehículos a motor.
Tampoco cumplen con el requisito de portar en las puertas los números de placas; muchos ni siquiera han pasado el revisado.
Luego de la entrevista con Sánchez, pasó un volquete por la vía Ricardo J. Alfaro en tan malas condiciones que los guardafangos desprendidos colgaban a los lados, las llantas estaban lisas y no portaba la numeración de la placa en las puertas (era la No.111899). Como si esto fuera poco, tenía un gran letrero que decía "no joda".
En Pesos y Dimensiones se informó que esta dependencia hace operativos para evitar esta situación, especialmente en las barriadas. Pero al momento de hacerlos, se detiene a uno o dos vehículos. Luego, sus conductores se pasan la voz y los demás optan por parar el trabajo diario, hasta tanto el personal encargado del operativo se retire del área.
Pero aún hay más: la ley establece multas que oscilan entre los 25 y 150 balboas para quienes la violen.
Son cifras muy bajas si se toma en cuenta el daño que causan a terceros los conductores y propietarios de estos vehículos.
De ahí, que se mantienen conversaciones entre la Dirección de Pesos y Dimensiones de la Autoridad del Transporte y el Ministerio de Obras Públicas, que es la entidad encargada de reglamentar la aplicación y ejecución de la ley, a fin de modernizarla y aumentar las multas a quienes la infrinjan.
Entretanto, cientos de estos camiones transitan por las ciudades causando daños a terceros y provocando accidentes que cobran la vida de muchos panameños, sin que hasta el momento haya quien le ponga el cascabel al gato.
Destruyen las vías públicas por exceder la carga permitida por la ley, sin que sean amonestados por ello.
Ponen en peligro la seguridad ciudadana al no portar la lona reglamentaria para cubrir su carga de piedras o arena.
En pocas palabras, los camiones volquetes andan por las calles sin juez ni ley y más aún: en condiciones mecánicas inimaginables que han traído como consecuencia la muerte de muchos panameños, con la excusa inexcusable de "me quedé sin frenos" o "perdí el control".
Todo esto lo hacen los conductores y propietarios de este tipo de vehículos, aún sabiendo que existe una ley (la No.10 de Pesos y Dimensiones) que regula la cantidad de carga que debe llevar un vehículo volquete, según su clasificación.
En esa clasificación entran los vehículos tipo C-3, cuya carga no debe exceder las 21.9 toneladas brutas y son camiones que constan de tres ejes. También los C-4, cuya carga permitida es de 27.5 toneladas brutas y constan de cuatro ejes.
Estos dos tipos son los que mayormente contravienen las leyes de pesos y dimensiones establecidas, según informó el arquitecto Roberto Sánchez, encargado de la sección de Pesos y Dimensiones de la Autoridad Nacional del Transporte.
Es esta dependencia la encargada de velar porque se cumpla la Ley 10 de 24 de enero de 1989, mediante la cual se adoptan medidas sobre Pesos y Dimensiones de los vehículos de carga que circulan por las vías públicas. Esta es reglamentada por el Decreto Ejecutivo No.135 de 28 de febrero de 1990.
De acuerdo con este último decreto corresponde a la Dirección Nacional e Tránsito de la Policía Nacional "brindar su cooperación en todo momento para que los conductores o propietarios de vehículos cumplan con las disposiciones de la Ley No.10 de 1989 y apoyarán a los servidores públicos encargados de los controles de pesaje en las estaciones existentes en el país".
Pese a que este apoyo está contenido en la ley, los funcionarios de Pesos y Dimensiones afirman que requieren de más apoyo por parte del Tránsito porque "una sola golondrina no hace verano".
Es a la Dirección de Operaciones del Tránsito a la que corresponde hacer cumplir especificaciones tan importantes para la seguridad, como lo son portar la lona que cubre la carga, mantener los autos en buen estado o transitar por las vías que el reglamento del Tránsito establece para los camiones volquetes, especialmente a los C-3 y C-4, que son los que más violan las leyes existentes.
Es importante destacar que diariamente en la estación de pesos y dimensiones de La Chorrera se dan entre 125 y 150 infracciones a conductores de camiones volquetes. De éstas, un 85% se les pone por evasión al no entrar al control de pesos y dimensiones.
Esto se da al tratar de burlar el requisito exigido por la ley de que todo vehículo que tenga seis llantas o más, o con características especiales que ameritan ser regulados, deben pasar por todos los controles de pesos y dimensiones instalados en el país, que suman nueve.
Estos están ubicadas en Chepo, Curundú, La Chorrera, Divisa, Espinal (Los Santos), Veraguas (carretera a Soná), Risacua (David), Paso Canoa (frontera) y Gualaca en Chiriquí.
Todos estos camiones deben solicitar un permiso especial o tarjeta para poder circular. Sin embargo, se sabe que más del 40% de los camiones que transitan por las calles del país, "andan a la libre", sin su respectivo permiso.
Esto trae como consecuencia que pasen en horarios nocturnos por las barriadas produciendo ruidos que perturban el sueño de las personas, que no protejan la carga como debe ser y, en consecuencia, caigan las piedras que transportan sobre los parabrisas de los autos que transitan detrás de ellos, o que corran por las vías a gran velocidad y en los carriles que no les corresponde.
El país está inundado de volquetes, como señala Roberto Sánchez, pero muchos de ellos no cuentan con el permiso para transitar, están en pésimas condiciones mecánicas y portan placas de otros vehículos a motor.
Tampoco cumplen con el requisito de portar en las puertas los números de placas; muchos ni siquiera han pasado el revisado.
Luego de la entrevista con Sánchez, pasó un volquete por la vía Ricardo J. Alfaro en tan malas condiciones que los guardafangos desprendidos colgaban a los lados, las llantas estaban lisas y no portaba la numeración de la placa en las puertas (era la No.111899). Como si esto fuera poco, tenía un gran letrero que decía "no joda".
En Pesos y Dimensiones se informó que esta dependencia hace operativos para evitar esta situación, especialmente en las barriadas. Pero al momento de hacerlos, se detiene a uno o dos vehículos. Luego, sus conductores se pasan la voz y los demás optan por parar el trabajo diario, hasta tanto el personal encargado del operativo se retire del área.
Pero aún hay más: la ley establece multas que oscilan entre los 25 y 150 balboas para quienes la violen.
Son cifras muy bajas si se toma en cuenta el daño que causan a terceros los conductores y propietarios de estos vehículos.
De ahí, que se mantienen conversaciones entre la Dirección de Pesos y Dimensiones de la Autoridad del Transporte y el Ministerio de Obras Públicas, que es la entidad encargada de reglamentar la aplicación y ejecución de la ley, a fin de modernizarla y aumentar las multas a quienes la infrinjan.
Entretanto, cientos de estos camiones transitan por las ciudades causando daños a terceros y provocando accidentes que cobran la vida de muchos panameños, sin que hasta el momento haya quien le ponga el cascabel al gato.
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