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Centro de Toxicología, entre atención y rechazo
Isabel Díaz (isabel.diaz@epasa.com) - Publicado:
Malaika Fagette es psiquiatra y dirige el Centro de Toxicología de la CSS, creado para los sobrevivientes del tóxico.Es consciente que la afectación es en todo el país y por ello han participado en las giras de la Fiscalía para conocer quiénes son los pacientes e introducirlos en su base de datos.Dijo que han captado a 1200 pacientes, que son los que han presentado sus denuncias ante la Fiscalía.Ellos reciben atención y terapia, revisión médica y de salud mental.Explicó que les hacen exámenes de laboratorio, una evaluación e historia clínica y dependiendo de los síntomas se refieren a los diferentes especialistas, pero el problema que confrontan es su escasez."No es fácil, hay personas enfermas por tantas patologías y demandan atención", y hay que darle sensibilización al personal sobre el abordaje de estos pacientes, afirma.Asegurados y no asegurados asisten a consultas y se les dan los medicamentos del cuadro básico y a las víctimas, confirmadas por la Fiscalía, se les gestiona la compra.Tratan de localizar a quienes han presentado las denuncias en para asegurarse de que asistan al centro, porque debe ser voluntaria.Al mes atienden a mil personas y un promedio de 6 a 8 niños.Algunos presentan problemas académicos, otros neurológicos, y son asistidos por un psicólogo que es educador y un programa de actividades en periodo de vacaciones para mejorar su estilo de vida.Virginia de Rodríguez, quien trabajó por 25 años en el sistema de salud pública como auxiliar de enfermería, acude a sus citas al centro donde afirma le dan buena atención.Desde noviembre de 2010, la piel se le empezó a manchar, sufría de dolor de cabeza y le diagnosticaron diabetes.Le hicieron la prueba de creatitina y salió alta.Tomó medio frasco del jarabe contaminado, pero sólo cinco cucharadas servían para envenenarse, comentó.No tomó más por el sabor ácido, dulce y salado.Hizo su declaración jurada, tienen el carné rojo, pero compra sus medicamentos porque son muy caros, y no hay en el centro.Para controlar su diabetes invierte $60 quincenal porque si toma el de la CSS le da diarrea y dolor de estómago.Asiste con regularidad a sus citas de medicina interna, fisioterapia, terapia de lenguaje y psicológica por el estrés que le ha dejado la intoxicación.“Nos están atendiendo bien, se han tomado la molestia de revisar los expedientes”, afirmó mientras intentaba vencer la resistencia para subir un poco más de los 90 grados sus brazos, debido al hombro doloroso que la aqueja.Yasmín Morán, a cargo de la terapia, explicó que se le dedica a cada paciente una hora en horario de 7:00 am.a 3:00 p.m.Se les evalúa y se ven las diferencias y limitaciones y se plantean los objetivos del programa de tratamiento.Hay pacientes que tienen hasta tres lesiones, lo que representa tratar a tres personas, pero en una, afirma.Dijo que empezaron sin equipos , pero no se cruzaron de brazos, porque los ejercicios son ayuda y la base del progreso , por lo que dejan una rutina a seguir.Las terapias las comenzaron gracias al apoyo de la Policlínica Presidente Remón y ahora tienen 28 pacientes.