Doloroso secreto bajo tierra

El Panamá América


Cada vez más, el ojo nacional presta su mirada a lo que ocurre en el antiguo cuartel de Los Pumas de Tocumen, donde un doloroso secreto sepultado hace décadas, reclama a gritos dejarse saber.
De dos años a la fecha, distintos informantes han optado por reactivar las palas de sus conciencias, para exhumar los restos de personas silenciadas con el despojo de sus vidas y luego sepultadas durante una dictadura que habilitó el cuartel de Los Pumas para esconder crímenes.
La compañía de infantería aerotransportada Puma fue creada en 1959, cuando la orientación de la Guardia Nacional era engarzada a las directrices de la "seguridad interna", pero el sitio en donde después operaron en Tocumen, hoy está reducido a un puñado de edificaciones rumbo al colapso.
Allí se erigen, sin embargo, las versiones sobre decenas de tumbas clandestinas sembradas en los terrenos del otrora bastión del militarismo.
La Iglesia Católica, los familiares de los muertos y desaparecidos durante la dictadura militar, la presidenta de la República, así como organismos de derechos humanos, se han pronunciado (según citaron los medios) a favor de continuar la búsqueda de "todos" los restos humanos.
Monseñor José Dimas Cedeño fue citado por un medio diciendo esperar que las autoridades continúen excavando y se encuentren los restos del padre Héctor Gallego, así como de "todos" los panameños desaparecidos y sepultados sin las honras fúnebres que todo ser humano merece.
En concordancia con esta idea, el presidente del Comité Panameño por los Derechos Humanos (CPDH), Manuel Cupas, dijo a este diario que ese colectivo "tiene una posición igual a la que tiene la Iglesia en el sentido de que se tienen que hacer las investigaciones hasta el final" para saber la verdad.
Juan Ramírez Harris, quien fungió como vicepresidente de la Comisión de Reconciliación Nacional encomendada en 1990 por el entonces presidente Guillermo Endara, puso en entredicho que los procedimientos regulares de investigación estuviesen llenando a cabalidad la necesidad que se tiene.
Si este es el caso y las excavaciones se están llevando en una forma "extra normal", considera Ramírez Harris que se haría necesaria una Comisión por la Verdad cuyas funciones serían, primero, verificar la realidad de la existencia de restos humanos en el antiguo cuartel de los Pumas.
Como segundo objetivo de la citada comisión, el entrevistado planteó la necesidad de "definir la identidad de los restos humanos encontrados allí, hasta el agotamiento, porque no es cuestión de decir bueno no es éste, y ya eso se acabó. No solamente es el padre Gallego".
Finalmente el otrora vicepresidente de la Comisión de Reconciliación, presidida por el arzobispo Marcos G. McGrath, evocó el planteamiento de la Comisión, indicando que Panamá necesita reconciliarse, pero primero es necesario que se reconozca todo lo que hay que reconciliar.
Mientras esa discusión nacional pareciera salir del letargo, las excavaciones continúan, pero no sin trabas. Sectores han manifestado su inquietud porque aún no se resuelve el acceso que familiares de desaparecidos reclaman al área de excavación en el antiguo cuartel de Los Pumas.
No obstante, se supo de propuestas que buscan satisfacer las aspiraciones de aquellos familiares (o quienes los representen, según su decisión) que manejan indicios relacionados con la ubicación de posibles restos de sus familiares, que aún yacen enterrados en el área.
Varios familiares cuentan con informes acerca del posible paradero de sus deudos en sitios dispersos en la geografía del antiguo cuartel de Los Pumas. Uno de esos casos es el de Elmer Quintanar, quien sospecha que su hermano Ebert, podría estar enterrado cerca en el área.
Otro podría ser el caso de Andrés Fistonich, un ex militar que al parecer cayó en desgracia con sus compañeros de armas y fue desaparecido. Se registra también el caso de Belisario Gantes, cuyo cuerpo, según un testigo, fue conducido en 1968 en helicóptero al cuartel de Tocumen.
Estos desaparecidos también claman ser rescatados del foso del olvido. El presidente del CPDH, Manuel Cupas, consideró que a toda persona que tenga algún familiar "debe facilitársele su participación o acceso, siempre y cuando esto no vaya a entorpecer el normal manejo de las investigaciones".
Cupas opina que "al Gobierno debe aplaudírsele esta gestión para que se lleven a cabo estas investigaciones que deben realizarse aún cuando hayan transcurrido más de veinticinco, o treinta años". Finalmente formuló un llamado para que quienes sepan algo, lo aporten ahora.

PIDEN A MOSCOSO COMISION POR LA VERDAD
Mientras las excavaciones continúan, se multiplican también las voces que solicitan a la presidenta Moscoso, una Comisión por la Verdad, con la que se escrute lo acontecido en el remolino de violaciones a los derechos humanos que avasalló ciudadanos durante la dictadura militar.
Ya, por ejemplo, el Centro de Investigación de los Derechos Humanos y Socorro Jurídico envió en septiembre una misiva a la presidenta de la República, elevando la solicitud para "la urgente necesidad de crear una Comisión independiente" por la verdad.
En su mensaje los peticionarios evocaron palabras del obispo Juan Gerardi, quien documentó en Guatemala, un registro de las violaciones a los derechos humanos. El obispo dijo: "Queremos contribuir a la construcción de un país distinto. Por eso recuperamos la memoria del pueblo".
Gerardi fue asesinado en Guatemala a escasos días después de haber presentado el documento llamado Recuperación de la Memoria Histórica (REHMI), esfuerzo que buscaba exponer los hechos tal como se dieron durante las décadas de violencia que se vivieron en Guatemala.
El Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá (COPADEFA), apelando a la memoria y el respeto por los difuntos y desaparecidos, también reiteró en octubre de este año, a la señora presidenta Mireya Moscoso, que se "instaure una Comisión de la Verdad".
Por su parte, Manuel Cupas del CPDH opinó que la creación de una Comisión por la Verdad le parece un paso "positivo".
No obstante, abogó porque tal movimiento se dé "siempre y cuando no se vaya a politizar, pues en estos asuntos se debe guardar mucho celo". Dijo que la Comisión "debe contar con el respaldo de personas que realmente pueden colaborar con el esclarecimiento de los hechos".

PANAMA NECESITA RECONCILIACION NACIONAL
El doctor Juan Ramírez Harris, quien una década atrás estuvo al frente de la vicepresidencia de la Comisión de Reconciliación Nacional, de la Iglesia Católica, y que fue presidida por el arzobispo de Panamá, monseñor Marcos McGrath, habló de la necesidad de reconciliación.
Esto lo hizo en el marco de los objetivos que deberá plantear una "Comisión por la Verdad", que serían, primero, verificar si existen restos en Tocumen; segundo, identificarlos a "todos" y tercero una reconciliación nacional, pero haciendo que se reconozca todo lo que hay que reconciliar.
"El planteamiento de la Comisión de Reconciliación fue claro. Panamá tiene necesidad de reconciliarse", dijo Ramírez Harris el pasado sábado 16 de diciembre, cuando los ex militares celebraban el llamado Día de la Lealtad, día en que Omar Torrijos retomó el control del poder tras un intento de golpe.
"Hoy 16 de diciembre, dicho sea de paso, toma particular importancia aquello de la reconciliación porque no hay para nada dentro del ámbito del PRD y del torrijista un reconocimiento de que lo que han hecho es malo", expresó el sábado Juan Ramírez Harris al hablar de reconciliación.
"Es necesaria la reconciliación pero para ella es necesario que se reconozca que es lo que hay que reconciliar, porque si ellos piensan que han hecho bien y nosotros pensamos que ellos han hecho mal, nunca vamos a poder reconciliarnos si no encontramos cuales son los problemas", dijo.
En 1990, una de las recomendaciones de la Comisión de Reconciliación mencionaba "la aprobación de una Ley de Amnistía Política en los casos calificados como delitos políticos. Es entendido que aquellos en donde se destaquen hechos tipificados como delitos comunes (peculados, homicidios, torturas, etc.) deberán ser ejemplarmente penalizados".
Hablando de reconciliación y justicia mons. Marcos McGrath expuso (1990) en el documento de Reconciliación Nacional que la compleja problemática de Panamá requeriría más investigación y "algún organismo" que sirva para promover "la adecuada justicia y la efectiva reconciliación".