La unidad de Criminalística atiende de 20 a 30 casos por semana
El CSI panameño utiliza la ciencia contra el crimen
El Instituto de Medicina Legal cuenta con 260 peritos a nivel nacional que ayudan a las autoridades a resolver crímenes en todo el país. Las pruebas científicas y técnicas de los peritos permiten al Ministerio Público y tribunales tomar decisiones finales sobre los casos penales.
- especialidades forenses conforman Criminalística. Accidentología Vial, Auditoría Forense, Balística Forense, Criminalística de Campo, Documentología Forense, Fotografía Forense, Identificación Criminal, Informática Forense, Morfología Facial y Planimetría Forense.
Lejos de los hologramas tridimensionales o los futuristas monitores traslúcidos que aparecen en la serie televisiva “CSI: Crime Scene Investigation”; en la vida real, los peritos forenses panameños utilizan equipos menos llamativos, pero no por eso menos efectivos.
Los peritos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMELCF) y agentes del Ministerio Público son el equivalente a los investigadores de la serie de televisión y, al igual que en ella, sus experticias son determinantes para que la justicia declare inocente o culpable al sospechoso de un delito. Cuando ocurre un crimen, una unidad investigadora se activa y acude al lugar a revisar meticulosamente cada centímetro de la escena en busca de pistas de interés criminalístico; como pequeñas muestras de sangre, casquillos de bala o hebras de cabello.
Uno de los más de 15 mil casos anuales que procesa el IMELCF y que ha sido concluyente a través de pruebas científicas fue el de las investigaciones del asesinato a puñaladas de la universitaria Velkis García Cedeño, hecho que ocurrió el 3 de junio de 2000 en la comunidad de Bocatoma, en Natá, Coclé. Esa tarde, los terrenos del Sistema de Riego de El Caño se tiñeron de sangre con el hallazgo del cadáver de una mujer trigueña, con el rostro irreconocible por los fuertes golpes recibidos.
De inmediato, la unidad investigadora del IMELCF y agentes de instrucción del Ministerio Público llegaron a inspeccionar el área en busca de pruebas que ayudaran a esclarecer lo sucedido. El cuerpo fue reconocido por su pareja.
La Fiscalía del Segundo Distrito Judicial, que instruyó el caso, ordenó la detención de tres personas, siendo su mejor amiga, María Teresa Umaña, la principal sospechosa. Pues, el estudio forense practicado al cuerpo de Velkis concluyó que la misma falleció entre las 12:00 mediodía y 2:00 p.m., lapso en que estuvo reunida con Umaña. Los médicos forenses también determinaron que Velkis no murió instantáneamente; vivió una cruel agonía a manos de su victimario. En total le propinaron 53 lesiones punzocortantes; recibiendo una mortal en el corazón.
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Según las pesquisas, días antes del crimen ambas habían tenido una fuerte discusión, y el día de los hechos, Umaña habría sido la persona que citó a Velkis en horas del mediodía y la última que la vio con vida.
Sin embargo, estos hallazgos no eran suficientes y otra de las pruebas científicas que salieron a relucir e incidieron en declarar la vinculación de Umaña con el crimen fue la de las heridas que tenía en los antebrazos y mano izquierda, las cuales ella dijo se había causado tratando de escapar de un toro en un monte. Lo que Umaña no esperó fue que, al ser examinada por un médico forense, este determinó que las lesiones no habían sido producto del monte, sino por un objeto contundente de borde agudo compatible con las uñas de alguna persona. Estas heridas, según los textos de patología forense, tenían de tres a cuatro días de evolución, lo cual correspondía con la fecha en que ocurrió el crimen.
Hallazgo
Luego de que estos indicios incriminatorios salieran a relucir, las autoridades de la Fiscalía del Segundo Distrito Judicial ordenaron una diligencia de inspección ocular, allanamiento y registro en la casa de la sospechosa, pues se había establecido que Velkis no había sido asesinada en el lugar donde fue abandonada.
Los peritos de Criminalística procedieron a practicar la prueba de luminol en casa de Umaña, donde rociaron el químico metódicamente en los lugares donde se sospechaba podían encontrarse rastros de sangre ocultos al ojo humano. Es decir que cuando el químico es aplicado, crea fluorescencia y hace visible los fluidos al usar una luz azulada en completa oscuridad.
Durante la diligencia, el luminol dejó al descubierto rastros de sangre humana debajo del lavamanos, en la pared del pasillo que conduce a la sala, en la cocina, en la terraza y escaleras que conducían al patio.
Este cúmulo de pruebas ayudó a determinar la culpabilidad de la sindicada, a quien se le aplicó una condena de 20 años de prisión.
Para la fiscal Argentina Barrera, quien estuvo al frente de esta investigación, este fue el primer fallo o decisión en la historial penal, tanto de la fiscalía como del tribunal, que fueron eminentemente cimentados en la prueba científica.
A juicio de Barrera, las experticias técnicas y científicas producidas por Medicina Legal son de vital importancia para la formulación de la imputación y para la sustentación del caso. “Ellos analizan los indicios y elementos materiales de prueba recopilados a lo largo de la investigación, de acuerdo a los resultados técnicos y científicos, el Ministerio Público y el Tribunal, enlazado con los otros elementos de prueba, toman la decisión final en el caso penal en concreto”, dijo.
Efectividad
Trece años después de este crimen, el actual director del IMELCF, Humberto Mas, explicó que dicha prueba suele ser determinante, pero actualmente el luminol no es muy utilizado por los peritos forenses con la finalidad de evitar el uso de costosos químicos; en su lugar se reemplazó por la tecnología “luz forense” led Ultralite de alta densidad con luz azul, la cual detecta fluidos corporales como orina, semen y sangre.
Mas estimó que de cada 10 casos, nueve son resueltos gracias a los estudios que realizan los peritos del IMELCF.
Por su parte, el fiscal tercero superior, Sofanor Espinoza, coincidió con Barrera y recordó un caso reciente que se resolvió gracias a ellos. Se trató de un muchacho que asesinó a su novia en el distrito de Chepo y la prueba de ADN fue determinante para inculparlo del crimen.
“Las pruebas científicas son importantes dependiendo de lo que revelen, ya que se trata de pruebas técnicas que son llevadas a cabo por personas que no tienen ningún interés dentro del proceso y cuyo resultado es sumamente apreciable al momento de tomar una decisión final”, puntualizó Espinoza.
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