El joyero de la pollera
Publicado 1998/02/24 00:00:00
- Leopoldo Bermúdez Buitrago
Hoy, Martes de Carnaval, se celebra en la mayoría de las comunidades del interior de la república el Día de la Pollera. Festividad propicia para rendir tributo no solamente al traje nacional, sino también a los orfebres y joyeros que dedican su trabajo a la confección de la joyería que acompaña a la tradicional y muy nacional prenda de vestir... la pollera.
En esa ocasión dedicaremos nuestras líneas a hablar de un tema poco común. Se trata de la elaboración de las prendas de pollera confeccionada en plata y bañadas en oro. No se trata de matar la tradición. Se trata más bien de mantenerla y abaratar los costos en que se incurriría de elaborarlas en oro. De hecho y debido a los altos costos, los concursos más populares y tradicionales de polleras no ofrecen ya los premios en prendas de oro sino en plata bañada en oro.
Las prendas de plata constituyen una excelente alternativa a los grandes costos que implica el utilizar prendas de oro. De más está decir que también sería más seguro para la empollerada, pues en caso de robo sus pérdidas económicas serían menores (mejor perder plata que oro). De hecho, hoy en día existen muy cotizados orfebres que con su talento y dedicación contribuyen a realzar el joyero de la pollera. Entre algunos nombres que resaltan por su popularidad y exquisitos trabajos están los de Pascual, Javier y Lalo.
Por otra parte, son muchas las personas que mandan a hacer prendas de este tipo para alquilarlas y con muy pocos contratos logran pagarlas y comienzan a producir ganancias a corto plazo.
Los costos de este tipo de prendas varían de acuerdo al trabajo que se requiera para su confección. Por ejemplo, una pajuela o una pulsera con mosqueta costaría en oro aproximadamente 250 dólares; mientras que en plata bañada en oro solamente 100 dólares. Unos zarcillos de oro se hacen a 120 dólares mientras que si se confecciona en plata su costo es sólo de 60 dólares. Las hebillas de oro para los zapatos se confeccionan en oro a un costo de 80 dólares, si las mismas se elaboran en plata, usted sólo pagará 15 dólares.
Similares en su confección, las prendas de oro o plata sólo se diferencian en el material pues a simple vista no hay diferencia alguna (a menos que el baño se le haya ido). La única desventaja es que este tipo de joyería, por lo general, no se pueda empeñar.
Hoy por hoy, son muchos los folkloristas que prefieren este tipo de prendas a las poco tradicionales prendas de fantasía barata que venden en al bajada de Salsipuedes. Con este tipo de joyería se eliminarían las estrafalarias joyas de la cabeza confeccionadas en cartón barato. La única forma de diferenciar una prenda de oro con una de plata es a través del uso de ácidos y la prueba de piedra.
En calle 12, Santa Ana está la Joyería y Relojería Lalo de propiedad de Eduardo Escartín González quien por más de 30 años se ha dedicado al negocio de la orfebrería folklórica panameña. Para Eduardo, las prendas de pollera elaboradas en plata y bañadas en oro son una alternativa a las joyas de fantasía. Sostiene además que el baño de oro dura aproximadamente tres meses dependiendo del humor y el sudor de la persona. El costo del baño varía de acuerdo al tamaño de la prenda.
Hoy en día las agrupaciones folklóricas, los folkloristas y hasta las reinas de carnaval recurren a la compra de joyas de pollera elaboradas en plata y bañadas en oro.
La próxima vez que admire las hermosas prendas de las bellas empolleradas panameñas dude un poco de su alto costo e inversión. Recuerde que las apariencias engañan y no todo lo que brilla es oro.
Que viva el carnaval y nuestra identidad nacional. Rindamos con orgullo y sin estrafalarias fantasías tributo a nuestro traje folklórico y a la orfebrería nacional.
En esa ocasión dedicaremos nuestras líneas a hablar de un tema poco común. Se trata de la elaboración de las prendas de pollera confeccionada en plata y bañadas en oro. No se trata de matar la tradición. Se trata más bien de mantenerla y abaratar los costos en que se incurriría de elaborarlas en oro. De hecho y debido a los altos costos, los concursos más populares y tradicionales de polleras no ofrecen ya los premios en prendas de oro sino en plata bañada en oro.
Las prendas de plata constituyen una excelente alternativa a los grandes costos que implica el utilizar prendas de oro. De más está decir que también sería más seguro para la empollerada, pues en caso de robo sus pérdidas económicas serían menores (mejor perder plata que oro). De hecho, hoy en día existen muy cotizados orfebres que con su talento y dedicación contribuyen a realzar el joyero de la pollera. Entre algunos nombres que resaltan por su popularidad y exquisitos trabajos están los de Pascual, Javier y Lalo.
Por otra parte, son muchas las personas que mandan a hacer prendas de este tipo para alquilarlas y con muy pocos contratos logran pagarlas y comienzan a producir ganancias a corto plazo.
Los costos de este tipo de prendas varían de acuerdo al trabajo que se requiera para su confección. Por ejemplo, una pajuela o una pulsera con mosqueta costaría en oro aproximadamente 250 dólares; mientras que en plata bañada en oro solamente 100 dólares. Unos zarcillos de oro se hacen a 120 dólares mientras que si se confecciona en plata su costo es sólo de 60 dólares. Las hebillas de oro para los zapatos se confeccionan en oro a un costo de 80 dólares, si las mismas se elaboran en plata, usted sólo pagará 15 dólares.
Similares en su confección, las prendas de oro o plata sólo se diferencian en el material pues a simple vista no hay diferencia alguna (a menos que el baño se le haya ido). La única desventaja es que este tipo de joyería, por lo general, no se pueda empeñar.
Hoy por hoy, son muchos los folkloristas que prefieren este tipo de prendas a las poco tradicionales prendas de fantasía barata que venden en al bajada de Salsipuedes. Con este tipo de joyería se eliminarían las estrafalarias joyas de la cabeza confeccionadas en cartón barato. La única forma de diferenciar una prenda de oro con una de plata es a través del uso de ácidos y la prueba de piedra.
En calle 12, Santa Ana está la Joyería y Relojería Lalo de propiedad de Eduardo Escartín González quien por más de 30 años se ha dedicado al negocio de la orfebrería folklórica panameña. Para Eduardo, las prendas de pollera elaboradas en plata y bañadas en oro son una alternativa a las joyas de fantasía. Sostiene además que el baño de oro dura aproximadamente tres meses dependiendo del humor y el sudor de la persona. El costo del baño varía de acuerdo al tamaño de la prenda.
Hoy en día las agrupaciones folklóricas, los folkloristas y hasta las reinas de carnaval recurren a la compra de joyas de pollera elaboradas en plata y bañadas en oro.
La próxima vez que admire las hermosas prendas de las bellas empolleradas panameñas dude un poco de su alto costo e inversión. Recuerde que las apariencias engañan y no todo lo que brilla es oro.
Que viva el carnaval y nuestra identidad nacional. Rindamos con orgullo y sin estrafalarias fantasías tributo a nuestro traje folklórico y a la orfebrería nacional.
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