El rentable negocio del hierro
Publicado 2006/09/15 23:00:00
- Isidro Rodríguez
Dueños de comercios dedicados a la compra de material ferroso han señalado que, en las últimas semanas, las ventas han disminuido.
COMO un "buen negocio" define Rolando Barahona, la venta de material ferroso y tiene razones.
Sus ganancias superan los B/. 3 mil mensuales.
Él es administrador en uno de estos locales en el sector de San Miguel, en el corregimiento de Calidonia.
Sin embargo, señala que la venta ha bajado debido a la proliferación de estos sitios en Panamá y el distrito de San Miguelito.
También se debe a que las personas sienten temor a la hora de comprar y vender los materiales, ya que las autoridades están tras la pista de este negocio.
Lo que dice Barahona está relacionado con el hecho de que en los últimos meses ha aumentado el robo de cables telefónicos y de tapa de alcantarillas, que luego son vendidos.
Daniel Bonilla coincidió con Barahona en que las ventas han bajado y cree que se debe también a que la gente no se atreve a movilizar la mercancía.
Aseguró que en su local no compran tapas de alcantarillas y cables si la persona que los vende no dice su procedencia, nombre y número telefónico.
En estos lugares se compran diferentes tipos de metales y el precio varía dependiendo del material.
La libra de cobre es de B/.2.50, mientras que la del aluminio, la lata y radiadores es de B/. 0.50 por libra.
Panamá América fue testigo de cuando llegó un señor con un rollo de cables de teléfono para venderlo.
El propietario del local procedió a pesar el material y parecía una venta segura, pero finalmente se rechazó el negocio.
No había detalles sobre la procedencia y por eso no se aceptó.
Los dos entrevistados coincidieron en que los vendedores son, por lo general, indigentes, personal de la Dirección Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario (DIMAUD), quienes son sus más frecuentes abastecedores.
Igualmente particulares que residen cerca de estos locales.
El hurto de cables telefónicos mantiene inquieta a la ciudadanía y a representantes de la empresa Cable & Wireless Panama (C&W).
El primer semestre de este año le ha significado a la compañía una inversión de más de B/. 1.8 millón para reponer los daños ocasionados por quienes se dedican a esa práctica, que se ha convertido en "un negocio rentable" para ellos.
Según informes de C&W, los gastos en materia de reparación y reposición de cables de tendido eléctrico se han duplicado en comparación con los del 2005.
En todo el año, la inversión en esta materia fue de B/.800 mil.
La adquisición y venta de material ferroso estatal esta tipificado en el Acuerdo Municipal 66 del 20 de junio de 2005, que impone sanciones por comprar este metal adquirido de forma ilícita.
El diputado Rogelio Paredes presentó, la semana pasada, un proyecto de ley para que se regule la compra y venta de metales en Panamá.
"Con ello se les obligaría incluso, a las casas de empeño, a que registren el nombre de quien vende y de quien compra", sostuvo el viceministro Manuel José Paredes.
Sus ganancias superan los B/. 3 mil mensuales.
Él es administrador en uno de estos locales en el sector de San Miguel, en el corregimiento de Calidonia.
Sin embargo, señala que la venta ha bajado debido a la proliferación de estos sitios en Panamá y el distrito de San Miguelito.
También se debe a que las personas sienten temor a la hora de comprar y vender los materiales, ya que las autoridades están tras la pista de este negocio.
Lo que dice Barahona está relacionado con el hecho de que en los últimos meses ha aumentado el robo de cables telefónicos y de tapa de alcantarillas, que luego son vendidos.
Daniel Bonilla coincidió con Barahona en que las ventas han bajado y cree que se debe también a que la gente no se atreve a movilizar la mercancía.
Aseguró que en su local no compran tapas de alcantarillas y cables si la persona que los vende no dice su procedencia, nombre y número telefónico.
En estos lugares se compran diferentes tipos de metales y el precio varía dependiendo del material.
La libra de cobre es de B/.2.50, mientras que la del aluminio, la lata y radiadores es de B/. 0.50 por libra.
Panamá América fue testigo de cuando llegó un señor con un rollo de cables de teléfono para venderlo.
El propietario del local procedió a pesar el material y parecía una venta segura, pero finalmente se rechazó el negocio.
No había detalles sobre la procedencia y por eso no se aceptó.
Los dos entrevistados coincidieron en que los vendedores son, por lo general, indigentes, personal de la Dirección Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario (DIMAUD), quienes son sus más frecuentes abastecedores.
Igualmente particulares que residen cerca de estos locales.
El hurto de cables telefónicos mantiene inquieta a la ciudadanía y a representantes de la empresa Cable & Wireless Panama (C&W).
El primer semestre de este año le ha significado a la compañía una inversión de más de B/. 1.8 millón para reponer los daños ocasionados por quienes se dedican a esa práctica, que se ha convertido en "un negocio rentable" para ellos.
Según informes de C&W, los gastos en materia de reparación y reposición de cables de tendido eléctrico se han duplicado en comparación con los del 2005.
En todo el año, la inversión en esta materia fue de B/.800 mil.
La adquisición y venta de material ferroso estatal esta tipificado en el Acuerdo Municipal 66 del 20 de junio de 2005, que impone sanciones por comprar este metal adquirido de forma ilícita.
El diputado Rogelio Paredes presentó, la semana pasada, un proyecto de ley para que se regule la compra y venta de metales en Panamá.
"Con ello se les obligaría incluso, a las casas de empeño, a que registren el nombre de quien vende y de quien compra", sostuvo el viceministro Manuel José Paredes.
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